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FÚTBOL CHILENO

Los mitos y verdades del sello futbolístico de José Luis Sierra

Obtuvo títulos nacionales con Unión Española y Colo Colo y, en ambas etapas, el DT dejó huellas de cuáles son sus prioridades en el terreno de juego.

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Los mitos y verdades del sello futbolístico de José Luis Sierra

José Luis Sierra es uno de los entrenadores con posibilidades de asumir en Universidad de Chile, luego de la salida de Hernán Caputto. El DT dirigió en el país a Unión Española y Colo Colo, logrando con los hispanos el título del Transición 2013 y la estrella 31 en el Apertura 2015 con el Cacique.

En julio de 2016, Sierra dejó la banca de Colo Colo y posteriormente inició una etapa en el fútbol internacional, con dos ciclos en el Al-Itthad de Arabia Saudita y una estadía de algunos meses en el Shabab Al-Ahli de Emiratos Árabes. Casi un lustro más tarde, y con posibilidades ciertas de llegar a U, aún está presente el recuerdo de los rasgos esenciales del estilo de juego del DT chileno.

Juego asociado

El eje del formato de juego de los equipos de Sierra consiste en poseer el balón y así atacar. Sus dirigidos muestran una clara orientación hacia el manejo de la pelota, con dinámicas sucesivas de combinaciones, generando en el rival la sensación de ser dominado por esa vía en el terreno de juego.

La idea futbolística del DT tiene su origen incluso en la misma portería de sus elencos. El objetivo es que el balón salga siempre bien jugado desde atrás, incluyendo al arquero y los centrales en los pases iniciales de la circulación.

El viaje aéreo del balón entre líneas, evitando el paso por el sector del mediocampo, es un comportamiento táctico inusual en sus dirigidos. La consigna radica en unir las tres zonas del equipo a través de la circulación de la pelota, sin excesos en la conducción, en una tarea que involucre a la mayoría de los integrantes de la oncena.

"Yo no era de trasladar, trataba de jugar, a uno, dos, máximo a tres toques. Entiendo el fútbol como un juego asociado, que la toquen cuatro y siete hagan otra cosa no sirve, los quiero a todos en la misma sintonía", dijo el DT en una entrevista hace unos meses.

Debilidad por el Barcelona

Sierra se proclamó campeón en Unión Española y Colo Colo empleando el mismo esquema posicional: 1-4-3-3. Por las muestras dadas en sus etapas en Chile, para el DT los jugadores deben adecuarse al ordenamiento que él dispone en la cancha y no viceversa.

Así ocurrió primero en el cuadro hispano. La llegada de Gustavo Canales obligó a ubicar a Patricio Rubio de puntero o extremo izquierdo, en circunstancias que siempre se había desenvuelto como centrodelantero. Pero la variante resultó, pues el desempeño de Rubio no se vio disminuido.

En Colo Colo sucedió algo similar. Con Humberto Suazo en el plantel, el DT no innovó con un doble '9' junto a Esteban Paredes. Al contrario, insistió con Chupete como puntero o extremo derecho, Paredes continúo como solitario ariete y Martín Rodíguez fue el delantero por el sector izquierdo.

La postura inalterable de Sierra en cuanto a la utlización a todo evento del sistema de juego 1-4-3-3 tiene como fundamento su admiración por el estilo del Barcelona, equipo que restituyó con fuerza en el ámbito internacional el uso de este esquema posicional. "Tengo una debilidad por el Barcelona, obviamente me habría gustado jugar ahí o probar si era capaz", ha dicho el DT.

Más creación que recuperación

Los equipos conducidos por Sierra, al caracterizarse más por la posesión de balón que por la presión para recuperarlo, no exhiben como elemento relevante aspectos de la fase defensiva. Esto por supuesto no signfica que desantiendan este plano, pero su identidad está vincula mayoritariamente con la creación. 

"Me gusta que mis equipos presionen en campo rival, que recuperemos rápido, no replegados y eso conlleva defender de 50 metros la espalda", indicó el DT hace algún tiempo, intentando revelar el perfil defensivo de los planteles bajo su conducción.

Lo concreto es que tanto en Unión como en Colo Colo, Sierra intentó desarrollar una presión media en procura de hacerse nuevamente del balón en zonas lejanas a su portería. Sin embargo, los intentos de recuperación de la pelota en la salida del rival fueron más bien esporádicos y en vista de una situación puntual del partido.

En circuntancias que los oponentes consiguen progresar en el terreno de juego, los equipos del DT muestran un reagrupamiento defensivo fluido y denso. Se visualiza adecuada proximidad entre las líneas, con escasos espacios al interior del bloque defensivo, entorpeciendo así las maniobras que por el centro procuran los oponentes.