El Superclásico no borra la crisis ni acaba la maldición de la U
Colo Colo y Universidad de Chile protagonizaron un pobre 0-0. Un resultado que no le sirve a ninguno en la pelea por mantener la categoría.
Colo Colo y Universidad de Chile llegaron al Superclásico 188 en busca de un punto de quiebre en la temporada, un despegue definitivo, sin embargo, terminaron exhibiendo los mismos problemas. Una crisis no se borra en 90 minutos y el 0-0 fue el fiel reflejo de dos equipos que arrastran apenas el peso de su historia, y que están destinados a pelear hasta el final por la permanencia.
La posición incómoda que ambos comparten en la tabla se trasladó a la cancha. Ni la vuelta de los experimentados Montillo, Larrivey y Lenis le cambió la cara a la visita. Tampoco la apuesta de Quinteros por Ignacio Jara e Iván Morales. El duelo durante el primer tiempo tuvo ritmo y nervio, pero careció de todo lo demás: buen fútbol, transiciones efectivas, la capacidad de generarse ocasiones a partir de jugadas asociadas.
Cortés y De Paul intervinieron poco, y la principal virtud de ambos equipos estuvo a la hora de destruir. Sólo un par de apariciones de Pablo Aránguiz y Gabriel Costa salieron de un guión predecible e insuficiente para el duelo que reúne a los dos planteles más caros del fútbol chileno.
Henríquez perdona y la U sigue la maldición
El problema era el resultado no ayudaba a ninguno de los dos. Lo entendió primero Colo Colo. Un disparo frontal de Carmona y un tiro cruzado de Morales elevaron el protagonismo de De Paul al inicio del complemento. Falcón también avisó con un cabezazo alto. Los albos salieron más enchufados, pero fallaron en el último toque.
En la U bajó su nivel Espinoza, y a partir de su imprecisión se desmoronó el plan de juego. Dudamel intentó reaccionar con el ingreso de Ángelo Henríquez por Montillo. También supo que suplir la lesión de Osvaldo González. Un tiro de Aránguiz que atrapó Cortés devolvió a la U al partido.
Los últimos 15 minutos encontraron a ambos equipos más desordenados, en búsqueda de abrir la cuenta. El ingreso de Esteban Paredes le dio un valor agregado: el goleador jugó su Superclásico 19 pero ésta vez no pudo desequilibrar. Entre peleas, tiempo muerto y despejes desesperados se fue el duelo.
Antes eso sí, la U tuvo la más clara. Un mal disparo de Henríquez encontró bien ubicado a Cortés en la jugada que pudo cambiar el rumbo del clásico. En el otro arco, Costa tuvo la opción de desequilibrar pero ese premio también hubiese sido injusto.