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"No quiero robar": la olvidada historia del fichaje frustrado de Matías Almeyda por la U

En la Noche Azul del 2005 el volante argentino era esperado como la gran estrella, pero todo se cayó a última hora. ¿Qué fue lo que pasó?

"No quiero robar": la olvidada historia del fichaje frustrado de Matías Almeyda por la U
Pablo Vera
Nació en Puerto Natales en 1982. Titulado de Periodismo en la Universidad Austral de Chile. Ingresó a AS en el año 2014 y desde el 2019 es Editor. Entre el 2017 y 2018 efectuó una pasantía en AS España. Durante ese período se encargó de seguir a los futbolistas chilenos en Europa, además de cubrir los partidos de la Roja en el extranjero.
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Matías Almeyda está cerca de transformarse en el nuevo entrenador de la Roja, pero su primer acercamiento con Chile fue en 2005, en un episodio que remeció el mercado de fichajes, pero que solo terminó en una anécdota más.

En ese año la U preparaba la Noche Azul y el nombre del volante sonaba como el gran tapado. El argentino, de grandes pasos por Lazio, Parma e Inter había terminado su vínculo con Brescia y su llegada a los azules prometía convertirse en la gran bomba de los últimos años.

De bomba del mercado a pase caído

Si bien el argentino no apareció en la presentación del nuevo plantel, donde sí fueron anunciados Máximo Lucas, Jaime Riveros, Andrés Oroz, Patricio Ormazábal y Cristian Canío, su llegada parecía inminente. De hecho, Lino Díaz, por ese entonces presidente de los azules, anunciaba un viaje a Buenos Aires para afinar los últimos detalles. En paralelo, se informaba que el sueldo del futbolista sería pagado por agentes externos al club.

Por su parte, Almeyda seguía alimentado el gran golpe del mercado 2005. "Estoy muy cerca de Universidad de Chile... Si voy yo no pongo condiciones, seré uno más".

Claro que Héctor Pinto, DT azul, ponía las primera dudas. "No voy a contratar un futbolista lesionado, si no está en condiciones no vendrá".

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Y así transcurrieron los días. El anhelado acuerdo no llegaba y el final de esta historia llegó el 1 de febrero, ocho días después de la Noche Azul. "No quiero robarle a la U", fue lo que el volante le comunicó a los dirigentes chilenos. Mientras, Diego Solibaret, su representante, daba más detalles del frustrado traspaso. "No está en condiciones físicas, ya que tiene una lesión en el tendón que le impide jugar al fútbol de manera normal".

Con esto, el gran golpe mediático de la U quedó en nada y el jugador terminó firmando en Quilmes, elenco que fue rival de grupo de los azules en esa edición de la Copa Libertadores.

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