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Vera

La mezquindad del patrón de Santa Laura

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La mezquindad del patrón de Santa Laura
JONNATHAN OYARZUN/PHOTOSPORT

Un amigo, hincha fanático de Unión Española, me dijo en septiembre, cuando todos pensaban que los hispanos alcanzarían y superarían a la UC, algo premonitorio y extraordinariamente certero: Unión va a llegar a 40 puntos, lo justo para no bajar y ojalá clasificar a una Copa, y se va a terminar la lucha.

Curiosamente, cuando el equipo estaba ad portas de dar el batacazo, comenzó a bajar, pero no porque se le acabara la bencina. Increíblemente, Unión dejó ir, por ejemplo, a la gran estrella del torneo, Cristián Palacios. Esperó hasta última hora para intentar retenerlo, pero casi sin convicción. Ya era un jugador muy caro para que siga en Santa Laura. Daba lo mismo que lleve 15 goles y que haya sido el sustento ofensivo del equipo. El jugador hasta se desvinculó de Puebla para continuar en los hispanos, pero le cerraron la puerta.

También se fue Luis Pavez, titular en gran parte del año y hasta citado a un microciclo de la Roja, Mauro Caballero , el '9' reserva del uruguayo Palacios, y hoy a Harold Cummings. En el receso se reforzó con jugadores de Primera B como Ronald González y con el paraguayo José Leguizamón, que está lejos de ser alguien que pudiera marcar diferencias en nuestra liga. En resumen, bajó los costos y eso pareciera ser lo único importante.

Los controladores de Unión siempre se han quejado de que no les reconocen sus méritos de tener el equipo a flote. Pero también hay actitudes que, más allá de los mecenazgos, hieren el espíritu de los hinchas.

Hasta hoy no se entiende cuál era el argumento racional, objetivo y contenido en las normas del fútbol que emplearon los dirigentes para decir que el cupo para el Chile 4 de la Copa Libertadores 2020, que se disputaba en cancha en enero pasado en La Serena, era de ellos. Y decidieron no presentarse a jugar. Así de simple. Por las normas, ese cupo era más de La Calera y la U que de los rojos.

Ahora el proyecto se desmoronó aún más con la partida de Ronald Fuentes. Él le sacó rendimiento a un plantel sin grandes figuras. Hizo estrella y valorizó a Carlos Palacios, recuperó a Mario Sandoval, un volante que parecía estar en decadencia y que incluso debió entrenar en el Sifup y pasar por la Segunda División Profesional. También hizo destacar a Víctor Méndez, un joven que no lograba consolidarse. Thomas Galdames, otro canterano, se posicionó como uno de los grandes proyectos.

Todo eso es mérito de Ronald Fuentes, pero ahora pasó a ser solo un recuerdo. Porque parece que en Unión hay cosas más importantes que competir.

Alguna vez, medio en broma y medio en serio, el 'Mono' Sánchez dijo: "Don Segovia no quiere que juguemos". Y parece que así es siempre.