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Entrevista AS

Mónica Mendoza, la ex récord de España que compitió por Chile

La velocista española estuvo tres años en el país, volviéndose amante de la comida y las fiestas por el '18'. En 2015 corrió por Chile en el Sudamericano Juvenil de Cuenca.

Mónica Mendoza, la ex récord de España que compitió por Chile

Cuando apenas tenía 15 años, Mónica Mendoza tuvo que trasladarse a Chile desde Valladolid, España. El trabajo de su padre la hizo viajar casi 11 mil kilómetros para asentarse en Santiago.

- ¿Qué hizo en su primer día en el país?
- Entrenar en el club de atletismo de la Universidad Católica.

La atleta española de velocidad estuvo radicada en Chile desde 2013 hasta 2016, tiempo en el que brilló en el medio local.  En 2015, surgió la oportunidad de que representara al país en el Sudamericano de Cuenca, donde acabaría formando parte del equipo 4x100 que batiría el récord chileno sub-20. Marcas que le permitieron disputar el Mundial de Atletismo Juvenil en Cali.

"El Sudamericano fue genial y di un gran nivel, ahí pude hacer la marca mínima para ir al Mundial de Atletismo Juvenil en Cali, Colombia. También batí los récords de España en 100 y 200 metros planos en mi categoría, y el de Chile también en los 4x100 metros", comenta desde España la actual egresada de Nutrición.

- Cuando llegó a Chile, ¿qué fue lo que más le impresionó?
- Chile es un país bastante ‘europorizado’. Quitando el tema del idioma, no vi tanta diferencia. Me acuerdo de que el primer día no entendía nada porque hablaban muy rápido y con palabras extrañas. En el resto no noté tanto diferencia, quizá sea porque me fui con solo 15 años. El colegio, donde era internacional, había bastantes españoles y niños de otros países.

- En cuanto al ámbito deportivo, ¿con qué diferencias se encontró en Chile con respecto a España?
- Ahí si que fue una gran diferencia. Partiendo con que en Chile hay menos gente que en España, entonces el nivel deportivo es menor. Yo vivo en una ciudad pequeña, Valladolid, y tenemos varias pistas de atletismo, inclusive una pista cubierta. En Chile, la Universidad Católica, siendo uno de los mejores clubes, tenía un gimnasio pequeño y poco acondicionado. Acá en las ciudades pequeñas la infraestructura es bastante moderna, allá en Chile solo en el CAR tienen algo así. Faltan recursos. Me acuerdo que yo estaba acostumbrada a entrenar en pista indoor en invierno, pero cuando llegué a Chile debía que llevar mi manta para poder entrenar con el frio.

¿Y las competiciones?
- A nivel deportivo todo era muy diferente, lo noté en las competiciones. No es que fuera más informal, pero me resultaba todo más familiar, lo cual no era malo, de hecho me gustaba porque te vas conociendo con todas las personas. En España es todo mucho más serio, además ponen marcas muy exigentes para ir a los campeonatos y hay gente que no alcanza a llegar, y al final no coincides con la misma gente.

- Muchos ex atletas en Chile valoran mucho ese paso por las competencias escolares, en su caso, ¿cómo recuerda esta etapa de torneos a nivel escolar?
- Yo creo que esos son los mejores recuerdo que me llevé de Chile. En España no hay atletismo escolar, entonces eso era algo nuevo para mí. Mi colegio empezó a tener equipo de atletismo por mí y de ahí otros chicos se fueron motivando. Correr los 100m, que es una de las pruebas más popular, con el Estadio Nacional llenó y con todo el mundo animándote fue de lo mejor que he vivido en el deporte.

Mónica (segunda desde derecha a izquierda) compitiendo en Chile por la Universidad Católica.
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Mónica (segunda desde derecha a izquierda) compitiendo en Chile por la Universidad Católica.

- En general, acá en Chile se dice que la universidad es el cementerio de los atletas. Para usted, ¿cómo fue convalidar los estudios con el deporte?
- La verdad es que yo lo llevé fatal. Mi carrera de nutrición tenía unos horarios muy raros y debía sacar tiempo para entrenar desde cualquier lado, más aún cuando yo era de aquellas personas que iba a las clases, aunque fueran materias de 'mierda'. El primer y segundo año en la ‘u’ lo pude llevar bien, de hecho, fui medallista a nivel nacional, pero a partir del tercer año no pude continuar el ritmo. Entonces decidí concentrarme en las competencias locales y regionales, para meterme.

La oportunidad de representar a Chile

- En 2015 compitió por Chile en el Sudamericano Juvenil de Cuenca, ¿cómo se dio esa oportunidad?
- Como era menor de edad y tenía residencia en el país me dieron la oportunidad de competir por Chile sin tener la nacionalidad. El Sudamericano fue genial y di un gran nivel, ahí pude hacer la marca mínima para ir al Mundial de Atletismo Juvenil en Cali, Colombia. También batí los récords de España en 100 y 200 metros planos en mi categoría y el de Chile en los 4x100 metros.

- ¿No se le pasó por la cabeza competir por Chile en el Mundial de Cali?
- Para ir al Mundial me tocó elegir si iba por Chile o España, al final me decidí por la última opción. Yo ya había competido por Chile, así que feliz de haber ido con los chilenos, a quienes conocía más que los mismos españoles, pero al final, como mi nacionalidad era española, iba a tener problemas en el futuro para representar a España si es que surgía la oportunidad, entonces me aconsejaron que tomara esa decisión.

Mónica Mendoza junto a Clara Marín, María Ignacia Montt y Camila Arrieta, equipo que lograría el récord chileno sub-20 en 4x100 metros.
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Mónica Mendoza junto a Clara Marín, María Ignacia Montt y Camila Arrieta, equipo que lograría el récord chileno sub-20 en 4x100 metros.

- ¿Cómo fue esa experiencia de competir con los mejores del mundo en su categoría?
- Desde que empiezas en el atletismo siempre sueñas con ser internacional y representar a tu país. La verdad es que esa experiencia fue algo que no pensé que iba a poder lograr. Mucho de los que compitieron en ese momento ahora son campeonas mundiales. De hecho, Duplantis fue a ese mundial y ahora es récord mundial en pértiga. Debo reconocer que con todo los nervios y el estrés no competí al nivel que quería, pero el conocer a gente de otros países y enfrentarse a competidores de Estados Unidos o Jamaica fue genial. Me acuerdo de que, aunque nadie te conociera, iban niños colombianos a pedirte autógrafos (se ríe).

Planes a futuro y antiguas anécdotas en el país

- Con su carrera en la universidad ya terminada, ¿planea concentrarse en su carrera o dedicarle más tiempo al atletismo?
- La verdad es que estoy bastante indecisa. Sigo entrenando porque el deportes es algo que llevó haciendo desde pequeña y no puedo dejar de hacerlo. Si quiero volver en cualquier momento a competir, puedo hacerlo, no tengo en rendimiento, pero si las condiciones para volver. El tema de que no haya competiciones por el tema de la pandemia me desmotiva. Como me quiero dedicar a la nutrición deportiva, siempre estaré vinculada con el atletismo, ayudando a otros. Si veo que tengo más estabilidad en horarios y trabajo, sin estrés en otras cosas, volver al alto rendimiento sería un opción.

- Sin haber pisado el país desde 2016, ¿qué es lo qué mas extraña de Chile?
- Aunque suene raro, siempre me acuerdo de las hallullas. Me encantaba ese pan, y las empandas también. Además, me gustaba mucho el carácter abierto y familiar de los chilenos. Pero, sobre todo, me encantaban mucho las fiestas en el ‘18’ , porque acá en España si sacas la bandera te pueden insultar de todo. De hecho, aprendí a bailar cueca.

- Usted que ha vivido el atletismo en España y Chile, ¿qué falta por mejorar en nuestro país para que el atletismo suba de nivel?
- Ese atletismo escolar, que esta muy bien, hay que intentar fomentarlo en la universidad y que eso no se quede como un buen recuerdo. También que desde las ofrezcan más becas o ayudas económicas. Además, hay que mejorar las instalaciones deportivas. A mi me pasaba en Chile que cuando llovía no podíamos entrenar, y cuando eres profesional eso es algo que no puede pasar. Acá en España, cuando llueve o nieva podemos entrenar en pista indoor o en el gimnasio.

- Por último, ¿alguna anécdota que le haya ocurrido en Chile?
- Me causaba mucha gracias que se metieran perros en las competencias. Eso en España es inimaginable. Yo le tenía miedo a los perros, y pensaba que si se llegaba a meter uno iba a terminar corriendo en mi mejor tiempo. Me causaba gracia cuando los perros se subían a la micro y sabían donde exactamente bajarse.