En 2018, Damaris Abarca se transformó en la primera mujer en llegar a ser presidenta de la Federación de Ajedrez en Chile . Era un nuevo paso para ella, después de haber desarrollado, hasta ese momento, una brillante carrera como ajedrecista profesional, con múltiples títulos locales, internacionales y participaciones en las Olimpiadas Mundiales de la disciplina .
Lejos del tablero de ajedrez y las labores en la presidencia de la federación, Abarca siempre tuvo interés en la política. Desde muy joven estuvo involucrada en el movimiento estudiantil, participando en la Revolución Pingüina de 2006. Hoy, su principal objetivo es ser parte de los 155 constituyentes que redactarán la nueva Constitucional de Chile.
"El deporte debería estar incluido en la Constitución como un derecho fundamental , y así se podría avanzar en lograr una igualdad para fomentar el deporte competitivo y formativo", señala la candidata por el Distrito 15
- ¿Cómo ha sido este inicio de 2021 para usted? - Ha sido muy similar al año pasado, porque se suspendieron todos los eventos y con el tema de la pandemia todavía no se soluciona el cómo volveremos a competir. Sigo con los entrenamientos en la Selección Nacional, preparándome para las Olimpiadas de Rusia, a las que había clasificado para 2020 y que se suspendieron por dos años. Todo es virtual hoy en día. Lo bueno es que el ajedrez si se puede ejercer muy bien online. Se están rompiendo un montón de récords, como en el Campeonato Nacional de Clubes, que llegó a tener 1000 participantes.
- ¿Cómo le queda tiempo entre los entrenamientos para su deporte, el trabajo como presidenta de la Federación de Ajedrez y la Asociación de Ajedrecistas Mujeres, y también su candidatura a constituyente? - De hecho, trabajo en más cosas la verdad (se ríe). También soy directora de la Fundación Ecam, que es algo que últimamente ha absorbido mis energías. En la asociación el trabajo es algo constante y no ha tenido tanta intensidad. En la federación, si bien sigo siendo la presidenta y me encargo de temas administrativos, he estado un poco en pausa con el tema del periodo de campaña y me he separado de algunas tomas de decisiones. Creo que es sano no mezclar lo político con las otras cosas. Fue algo que converse en una asamblea, el tema de no politizar la federación.
- ¿Qué cosas la diferencian del resto de candidatos a la constituyente? - Varías cosas. Primero, el hecho de ser mujer, madre y que soy de región. En todo mi camino para desarrollarme como atleta de alto rendimiento viví en persona las desigualdades del país. Fueron las políticas públicas las que me permitieron seguir creciendo. Cuando tenía 13 años, un profesor se acercó a preguntar si alguien sabía jugar ajedrez, para ir a una competencia. Así fue como empecé en ese mundo y, si no hubiese existido esas competencias nacionales, que estaban organizadas por un órgano del Estado, yo no hubiese competido. Ya siendo campeona nacional, no contaba con recursos. Recién cuando abrieron una biblioteca en Rosario, con dos computadores, pude practicar más. El Estado tiene que involucrase para tener igualdad en el deporte y en los derechos sociales. Mi propia historia da un ejemplo de que las políticas publicas hacen las diferencia y pueden entregar oportunidades. Lo otro, siempre he sido alguien ligada a la dirigencia. Fui dirigenta de la Revolución Pingüina en 2006, y después también en el ámbito deportivo. Fui la primer presidenta mujer a nivel Sudamericano en una Federación de Ajedrez.
- Cómo ajedrecista y dirigenta, ¿cómo fue sortear con los estereotipos de género y el machismo en el deporte? - En el ajedrez, el deporte y mucha área de la sociedad vemos que todavía hay un arraigo a los estereotipos de género. Desde chica lo viví. El ajedrez es un deporte históricamente muy masculinizado. Tenemos cifras brutales de participación masculina en contraste con la femenina. A nivel mundial, compiten 100 hombres por cada ocho mujeres. En los primeros torneos que iba siempre era la única mujer. No solamente eran espacios destinados para el sexo masculino, sino que también se escuchaban comentarios como “juegas como niña, porque juegas mal” o “juegas como hombre” cuando jugaba bien. Siempre lo masculino como lo positivo. Así fui creciendo, escuchando ese tipo de comentarios. En el deporte, una mujer siempre se tiene que validar el doble , pero no debería ser así. Ya cuando grandes, las con otras ajedrecistas en Chile formamos el primer club del mundo formado solo con mujeres.
- ¿Qué cosas puede aplicar de sus enseñanzas junto al ajedrez en su carrera política? - El ajedrez me ha enseñado tantas cosas en mi vida que me quedaría cortar en enumerarlas. En el mundo de la política siempre se reacciona cuando ocurre algo, por lo menos lo que yo he visto, y el ajedrez justamente te enseña a anticiparte a las situaciones y mirar las mejores posibilidades. Eso es algo que se puede aplicar bien a las políticas públicas. También el identificar las cosas no solo como algo blanco o negro. En el ajedrez no es que tengas una jugada buena o malo, sino que hay muchas posibilidades, por lo que debes sentarte a reflexionar y pensar en la mejor. Eso es algo que falta en la política. Muchas chilenas o chilenos vemos que los políticos se encierran en dos cosas, amor u odio, y nosotros desde afuera vemos muchos colores o posibilidades. Como deportista, recorriendo Chile y el extranjero, he adquirido una concepción de la realidad.
- ¿Cuáles son sus mejores recuerdos en su carrera deportiva? - Uno de los mejores recuerdos que tengo fue cuando fui a mi primera Olimpiada Mundial de Ajedrez en 2010. Ese año había ganado el Campeonato Nacional con solo 20 años, clasificando al mundial en Rusia. Llegar allá fue impactante. Rusia es la madre del ajedrez y allá están casi todos los campeones del mundo. Fue muy emocionante porque en las calles había tableros de ajedrez gigantes y al caminar por la calle veías televisores que trasmitían partidos de ajedrez, con cincuenta personas paradas ahí viendo los encuentros. La cultura ajedrecista era increíble y me emocionó mucho. No me fue bien en el torneo, porque había llegado solo con dos campeonatos internacional en mi cuerpo. Después, pude clasificar a las próximas Olimpiadas en Turquía en 2012, y ahí me fue súper bien. Hice ocho puntos, gané mi título de maestra y obtuve una beca para viajar alrededor del mundo. Así fue como empecé a ser una ajedrecista profesional, la primera en Chile.
- En específico, ¿cuáles son sus ideas en relación con el deporte que se deberían incluir en la nueva Constitución? - Es evidente que la actual constitución no contempla al deporte, solo lo considera en un apartado que tiene relación con las municipalidades. Algo tan fundamental no puede depender de una municipalidad, porque es algo desigual. Una municipalidad puede tener un presupuesto 200 veces mayor que otra, y el deporte se va a promover distinto. El deporte debería estar incluido en la constitución como un derecho fundamental, y así se podría avanzar en lograr una igualdad para fomentar el deporte competitivo y formativo.