Jesús Ramírez sonríe. Luego de un 2020 complicado, el venezolano encontró su desahogo el fin de semana, donde convirtió y fue el gran héroe en la victoria de Coquimbo Unido ante Deportes Iquique en la Primera B.
El venezolano está feliz, algo que no era fácil para él hace unos meses. "Perdí mi relación, caí en depresión, no pude ver a mi familia y pasé todo el año solo. Estaba pendiente de otras cosas, menos del fútbol" , cuenta a AS el futbolista de 22 años.
- Lo pasó mal el 2020. ¿Fue el año más difícil que le ha tocado vivir? - En Audax pasé un año muy difícil, más que todo por temas psicológicos. Arranqué el año bien, pero después vino la pandemia, el encierro y la pasé mal. Fue un año bastante difícil para mí. Venir a Coquimbo lo tomé como un reto, nunca le dije nada a mi representante, solo me dijeron que tenía que volver y quise hacerlo, a aportar y devolverle a Coquimbo un poco de lo mucho que me ha dado, porque fue el equipo que me abrió las puertas en Chile. Cuando recién llegué me lesioné y se portaron muy bien conmigo, quiero dejar al equipo donde merece estar, que es de vuelta en Primera, y darle un poco al club de lo mucho que me han dado a mí.
- ¿Hubo otros factores además de la pandemia? - Por el tema del encierro. Yo venía en una relación de 5 años con mi antigua pareja, la perdí, no pudimos vernos, caí en depresión, la soledad, no poder ver a mi mamá ni a mi familia, pasé el año solo, y la verdad es que ya al final cuando regresamos a jugar yo estaba pensando en otras cosas, menos el fútbol. Quería ir a ver a mi familia, a mi antigua novia... Luego de que terminó el torneo me sirvieron mucho las vacaciones, pude solucionar muchos temas y comencé a pensar en lo que se debe.
- ¿Quiénes lo ayudaron a seguir adelante durante su época más difícil? - Mi familia, mi representante y ahora estoy trabajando con una psicóloga que me ha ayudado muchísimo, porque la verdad es que el tema fue complicado, yo no pensaba en fútbol. El año pasado solamente quería viajar, quería irme, estaba totalmente sacado. Son cosas que me sirvieron a mis 21 años para crecer, aprender y para que no me vuelva a ocurrir.
- Dice que en Coquimbo siempre se sintió cómodo y quería volver, ¿qué significa para usted regresar al club luego de una época tan difícil? - El fútbol siempre ha sido mi pasión, desde que soy niño, pero en el camino pasan cosas, temas amorosos o familiares. Además, por la pandemia nadie pudo venir a verme, no me fue posible viajar y cambiaron todos los planes. Golpea la distancia, estar solo. En Coquimbo me siento muy cómodo, la gente del club me conoce, el cuerpo médico, utileros, todos, entonces me siento acogido y también me gustó venir por lo que significa la gente, la hinchada, es como volver a sentir esa pasión de nuevo.
- En el primer partido de la temporada le tocó anotar el gol del triunfo en el minuto 90, ¿qué significado tuvo para usted ese tanto? - En ese gol se vio el tema psicológico. La concentración, agarrar la pelota, ir a cobrarla en el minuto 90', que en otro momento de mi vida, como la pasé mal, no lo hubiese hecho. Es el estar bien psicológica y físicamente, por eso se dan esas circunstancias. Con Audax terminé el torneo bien, ya estaba recuperándome mentalmente y ahora ganar contra un rival que va a ser directo es muy importante para lo que viene.