U. CATÓLICA 0 - ARGENTINOS 2
"¡Kiricocho!": el grito que marcó la nueva decepción de la UC en la Libertadores
La trastienda de la caída de la UC dejó varios momentos interesantes. Saludos fraternos en la previa y post y locura trasandina por el triunfo.
Universidad Católica sumó su segunda derrota en el Grupo F de la Copa Libertadores y quedó muy complicada de cara a lo que queda en el certamen más importante del continente. Fue una jornada negra para los Cruzados, que tuvo varios momentos interesantes que no se vieron. Este es el Lado B de la dolorosa caída de la UC.
La amistosa charla de Poyet, Milito y Fuentes
Una hora y 20 minutos antes del partido, Gustavo Poyet, DT de la UC, saludó amistosamente a su par de Argentinos Juniors, Gabriel Milito. Hablaron un par de minutos hasta que el uruguayo debió retirarse por un instante. Ahí fue que apareció Juan Fuentes, ex pupilo de 'Gaby' en O'Higgins y Estudiantes de La Plata. Conversaron un rato y en esa charla se incluyó Poyet, que regresó para hablar con ambos de una forma muy distendida.
El patrón Torrén
“¡Aquí, parate aquí”, era una de las frases más repetidas del capitán de Argentinos. Sus palabras eran acompañadas con sus dos brazos extendidos hacia los lados para marcar la altura de la cancha en la que quería que tanto Villalba como Di Cesare se tenían que posicionar. El zaguero, que hace un tiempo sonó como refuerzo de Colo Colo, no dejó de hablar a sus compañeros.
El dolor de Zampedri
El 'Toro' recibió una falta en el mediocampo cuando intentaba aguantar el balón de espalda. El juego se había reanudado, pero al goleador cruzado aún le dolía el golpe de Di Cesare, por lo que estuvo con la mano izquierda en la cadera, donde sentía el malestar.
El fastidio de Poyet tras el cabezazo de Ávalos
Cuando el duelo estaba sin goles, Gabriel Ávalos cabeceó solo, pero muy exigido un centro enviado por Gabriel Florentín. Aquello provocó el fastidio de Poyet, quien reclamaba posición de adelanto con claros ademanes. El cuarto juez lo tuvo que ir a calmar.
Los aplausos de la delegación de Argentinos
Cada vez que Argentinos lograba llegar a fondo o ganar un córner, los dirigentes aplaudían y felicitaban al equipo. "¡Bien, bien Argentinos!", era la frase que más se repetía en el palco visitante.
La explosión de los dirigentes de Argentinos
En el minuto 22, Argentinos armó una tremenda jugada entre Franco Moyano, Jonathan Gómez, Gabriel Hauche y Jonathan Sandoval que llegó a definir Gabriel Florentín con un remate cruzado. Aquello desató la locura de la dirigencia y allegados de los ‘Bichos Colorados’. “¡Qué golazo, viejo!” y “¡Vamos Argentinos, carajo!” fueron los gritos que más se repitieron tras el festejo del gol. ¿Los suplentes? También celebraron, pero fueron más mesurados.
La libreta de Poyet
Cada vez que había una pelota detenida en contra o una acción que no le gustaba, Poyet se acercaba a sus ayudantes para comentarles algo y luego terminaba anotando en una pequeña libreta. Lo hizo en varias oportunidades
El afectuoso reencuentro de Aued y Hauche
Luciano Aued y Gabriel Hauche formaron parte del plantel de Racing Club de Avellaneda que se coronó campeón del Torneo de Transición 2014 de Argentina. En la 'Academia' formaron una gran relación que quedó reflejada después del partido entre la UC y Argentinos. Con la victoria de los 'Bichos Colorados' ya consumada, ambos ex compañeros se dieron un gran abrazo y conversaron cerca de un minuto antes de ingresar a camarines.
"¡Kiricocho!"
Fue, por lejos, la frase más repetida en el palco de Argentinos. En los últimos minutos, Universidad Católica se acercó tibiamente al arco de Lucas Chaves, y ante cada remate o centro cruzado, un integrante de la delegación trasandina gritaba "¡Kiricocho"! ¿Qué significa? Kiricocho no es un término, es el apodo de un hincha argentino de Estudiantes de la Plata que evolucionó por culpa de Bilardo hasta convertirse en una forma de tratar de mufar a los rivales.
Kiricocho iba a los entrenamientos de Estudiantes de la Plata y cada vez que aparecía, cuenta la leyenda que algo malo ocurría. Normalmente, lesiones de los jugadores del conjunto platense. Esta historia llegó a Carlos Salvador Bilardo, entrenador por entonces de la escuadra argentina, y decidió girar el foco de la mala suerte de Kiricocho hacia sus rivales. El Doctor le encargó una tarea, recibir a todos los equipos visitantes para contagiarles a ellos su mala suerte. Estudiantes, ese año, salió campeón.