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ENTREVISTA AS

"Tras mi lesión me tenían que llevar al baño y bañar, daba más trabajo que mi hija"

La vida de Jovany Campusano ha sido de muchísimo esfuerzo. Con AS Chile, recuerda su práctica en una planta química y recuerda la fractura que lo dejó un año sin jugar.

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La historia de Jovany Campusano ha sido de muchísimo esfuerzo. Con AS Chile, recuerda su vida en La Serena y entrega detalles durísimos de la fractura que lo tuvo casi un año sin jugar.

"Uno se pone a pensar que mientras más esfuerzo haya, las historias son más lindas". La frase corresponde a Jovany Campusano, lateral de Ñublense de Chillán, quien es una persona autorizada para hablar de aquello. 'Chucky', como es apodado, salió adelante luego de una traumática fractura de tibia y peroné que lo tuvo casi un año sin disputar un partido profesional. Dicha lesión le privó de dar un salto a O'Higgins, por lo que tuvo sacrificarse dando una vuelta muy larga para llegar a Primera. Así como también lo hizo para llegar al primer equipo de Deportes La Serena, donde incluso llegó a sacrificar las horas de sueño. ¿Cómo así? Él lo explica.

"Yo estudié en el Liceo Jorge Alessandri Rodríguez de La Serena y estaba haciendo la práctica en una carrera técnica. Me iba a las ocho de la tarde y llegaba a las 8 de la mañana a la casa y tenía que entrenar a las 10, pasaba de largo. No dormía. De repente me tocaba el turno de día y otras veces el de noche.

-¿En qué se desempeñaba?
- Yo era operador en una planta química. En ese momento estaba entre que subía o no al primer equipo.

-¿En el club sabían que usted no dormía?
-¡No, no! ¡Yo lo único que quería era entrenar! Yo pensaba en que si se enteraban, me podían decir ‘ah, usted está haciendo su carrera, lo esperamos y lo llamamos después’. Trabajaba cuatro días y descansaba cuatro. Ahí trataba de reponer, pero ya estaba el sueño acumulado.

- ¿Le quedó alguna anécdota de su paso al primer equipo?
- Con el 'profe' Fernando Vergara. Me subió al primer equipo en 2011. Los juveniles hicimos fútbol contra el primer equipo y yo lo hice muy bien como contención, en un primer tiempo que terminó 0-0. Al frente estaba el ‘Murci’ Rojas, (Mathías) Vidangossy, (Rafael) Caroca, (Diego) Rosende, Jorge Vargas, Ricardo Rojas, por nombrarte algunos. Y el ‘profe’ me dice: ‘Campusano: quiero que haga lo mismo que hizo acá o lo bajo a cadetes’ Jugué bien y fui citado a todos los partidos que quedaban. Debuté a los 18 años y terminé el torneo jugando todo el partido contra Católica, que tenía al ‘Pájaro’ Gutiérrez. Ahora somos compañeros (risas).

- Además de esa práctica en una planta química, ¿tuvo otros trabajos durante su vida?
- Mi papá es agricultor y mi mamá dueña de casa. Ayudaba a mi papá porque en ese entonces ganaba muy poco como juvenil. Siempre traté de aportar en la casa para, por último, comprarme mis cosas personales. Estuve cuatro años con un sueldo muy bajo.

"¿Mi fractura? Daba más trabajo que mi bebé de cinco meses; me tenían que bañar"

La vida de Campusano ha estado marcada por los obstáculos. El que se le presentó el 19 de diciembre de 2015 fue el más traumático de todos. Después de una dura entrada de Fernando Saavedra, 'Chucky' sufrió la fractura de la tibia y peroné, que lo tuvo casi 11 meses sin jugar partido profesional. En AS Chile recuerda el duro proceso que debió llevar a cabo para volver a caminar y jugar.

"Me costó levantarme de eso. Psicológicamente se me vino el mundo encima, pero tenía que salir adelante. Después me costó agarrar continuidad por tener debilidad física. Después, me sacaron el fierro que tenía de mi fractura y de ahí ya mi cuerpo se empezó a sentir muy bien. Sacarme el clavo me hizo bien, quedé sin ningún aparato extraño que a veces el cuerpo rechaza. Fue fundamental", indica.

- ¿Qué tenía en la pierna específicamente?
- Yo tenía un clavo endomedular. Me operé en 2015 y me colocaron eso. Joaquín Montecinos, compañero mío en La Serena, tuvo la misma lesión. A medida que fui recuperándome, se me empezó a rodar un tornillo y me vibraba dentro de la tibia. El hueso se había consolidado bien, pero como que estaba rechazando el clavo. Esto lo vine a saber tiempo después, porque me lesionaba del tobillo o la rodilla pero era por el clavo que andaba suelto. Yo jugaba así, imagínate. Estaba en 12 partidos, después me perdía seis y no sabía la razón. Hasta que me hice exámenes y me di cuenta que el clavo ya no estaba haciendo su trabajo, me estaba dañando no más. Me lo saqué y fue un alivio tremendo. De ahí en más, no he tenido más lesiones.

- ¿Pensó en el retiro debido a esa lesión?
- Sí, sí. Antes de lesionarme en esa final contra Everton, yo me iba a O’Higgins independiente del resultado. Fue como un retroceso, tuve que dar la vuelta larga pero es parte del destino. Cuando me lesioné, caí al suelo y estaba el capitán Mauricio Salazar y yo le decía que no iba a jugar más a la pelota, que no iba a poder, que hasta acá llegaba. Pero después me di cuenta que es algo que te hace más fuerte.

- ¿Regresó con temor?
- Sí, volví con miedo porque tu cuerpo no lo sientes tan protegido. La sensación es que los reflejos también los vas recuperando con el paso del tiempo al ser una lesión tan traumática, pero entras a la cancha y se te olvida. Me gusta ir al duelo, a veces juego al límite.

- ¿Cómo describiría el proceso de recuperación?
- Fue durísimo. Mi primer entrenamiento post fractura lo tuve a los seis meses. Además, mi hija tenía cinco meses cuando pasó esto. Pasas a ser un hijo más. Es un golpe muy duro. Me tenían que hacer todo, era un bebé. Yo daba más trabajo que mi hija. Me tenían que llevar al baño, me tenían que bañar. Es por eso que me pongo en el lugar de las personas discapacitadas y saber qué sienten, porque pasé por eso. Tienes que aprender a caminar otra vez. Es un proceso largo, pero en el momento que ves cambios, tu estado de ánimo cambia. Para mí, trotar con mis compañeros me hacía feliz.

- Su lesión se dio en las vísperas de Navidad y Año Nuevo. Imagino que fueron unas fechas muy diferentes.
- Totalmente. Tras la fractura me mandaron a la mutual de Valparaíso. Después volvimos a La Serena con mi familia e imagínate que en Navidad no pude sentarme a comer con ellos por los dolores. El Año Nuevo lo mismo. Lo recuerdas y te das cuenta que con mayor esfuerzo, las historias son más lindas. Lo primero que se me vino a la cabeza cuando jugamos con Wanderers la fecha pasada fue ‘chuta, hace un tiempo estaba en esta ciudad en una mutual y ahora estoy en Primera’. Son las vueltas del fútbol.