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ENTREVISTA AS

Arnaldo Espínola repasó su año de dulce y agraz en la U

El ex central jugó en Universidad de Chile en 2004, donde fue campeón del Apertura. El paraguayo no continuó tras agredir a Juan Pablo Toro en un duelo clave.

Arnaldo Espínola repasó su año de dulce y agraz en la U

El 2004 será un año difícil de olvidar para Arnaldo Espínola, que con 29 años llegó a Universidad de Chile, ganó clásicos, fue campeón del Torneo de Apertura 2004, pero que vio cómo se manchaba su paso por el elenco azul tras una desafortunada acción en donde agredió a Juan Pablo Toro: eso le significó la tarjeta roja por parte de Carlos Chandía, que además cobró penal para Unión Española, el que sería convertido por José Luis Sierra para igualar el marcado global de esa eliminatoria en el minuto 89 del partido de vuelta por los cuartos de final del Clausura 2004. Al final, los hispanos eliminaron a la U en penales y el paraguayo fue el gran apuntado: "Me ha costado pagarlo muy caro", reconoció.

Espínola se queda con lo bueno y en conversación con AS Chile destaca la unión del equipo, de los sacrificios que se hicieron en medio de la quiebra del club y la recordada final en Calama ante un Cobreloa que parecía imbatible.

- Llegó a la U en 2004 y en el primer partido vencen 4-0 a Colo Colo…
- Lo recuerdo como si fuera hoy, porque llegar y debutar así… Cuando uno debuta, tiene la obligación de hacerlo bien, con el pie derecho, ganar la confianza no solamente de los dirigentes, compañeros o cuerpo técnico, sino también de la hinchada, que yo ya sabía que era muy apasionada. Fue un examen soñado, porque uno nunca se imagina debutar así, pero lo hice de la mejor manera.

- ¿Quiénes eran sus cercanos en ese camarín?
- Compartía mucho con todos. Era un grupo muy unido, donde tuve muy buena relación con todos: Diego Rivarola, Sergio Gioino, Luis Musrri. Estuve en la casa de todos ellos, compartí en familia con ellos. El capitán Musrri me llevó a su casa, lo mismo con Rivarola, con Gioino. Con la mayoría tuve buena relación en el club.

- Volvamos al Torneo de Apertura 2004: en semifinales juegan con Santiago Wanderers, que venía inspirado, con un Jaime Riveros en buen nivel y se habló mucho en la previa de cierto temor por ser el equipo del cual era hincha Reinaldo Sánchez, entonces presidente de la ANFP.
- Fue un partido muy lindo. Sabíamos que iba a ser difícil. Teníamos un poco de temor por esa ayuda, como se decía, de la ANFP, pero sabíamos que teníamos buen equipo, estábamos confiados. Creo que eso fue lo que nos llevó hacia adelante, que éramos un grupo unido y confiado de lo que hacía dentro de la cancha. Éramos aguerridos, todos se entregaban íntegros en los partidos. Fue un año muy difícil en lo económico, porque se había decretado la quiebra, entonces hubo una entrega a la pasión, porque la mayoría eran jugadores del club, de la cantera, para la mayoría era un sueño jugar ahí y había un amor propio por la camiseta.

- En la final, mucho se habló de la invencibilidad de Cobreloa en Calama. Y ustedes no logran ganar en la ida, en Santiago, ¿se acuerda de eso?
- Sabíamos que una final y más por lo que era Cobreloa, y lo que representaba, llegaban con un grado de favoritismo, porque tenían a su favor la altura en Calama. Entonces dependíamos mucho del primer partido, en donde debimos haber sacado una diferencia, pero no lo conseguimos. En la semana, antes de la revancha, la gente hablaba mucho de que habíamos perdido el título en Santiago y hubo una desconfianza hacia nosotros por no haber ganado de local.

- ¿Desconfianza de la gente o del equipo?
- Yo creo que fue más de la gente y del periodismo en sí, pero nosotros estuvimos siempre confiados. Como te dije, una vez más en Calama se sacó ese amor propio, ese compañerismo que teníamos como grupo, esa fuerza que nos llevó a salir campeones de visita.

- Antes del partido, Calama era una fiesta y prácticamente que daban por seguro que ganarían el tricampeonato. Además, parte ganando Cobreloa con gol de Luis Fuentes. ¿Qué recuerda de ese día?
- Recuerdo nuestra estadía en el hotel, que llegamos al vestuario en el entretiempo y tuvimos un momento muy tenso. La verdad que estábamos muy ansiosos, el grupo en general, pero a la vez tranquilo. Teníamos amor propio y teníamos que pelearlo hasta el final. En ese sentido, estaba esa desazón de la gente o de la prensa, se sentía también que en Calama estaban festejando prácticamente un título más y nosotros teníamos que esperar el momento para entrar a pelear.

- ¿Muy duro jugar en Calama?
- Fue mi segundo partido que iba a jugar ahí. La pelota era muy rápida. En los primeros minutos nos paramos bien y pudimos defender muy bien. Los aguantamos bien. El gol ellos lo consiguen de un córner y de ahí en más comenzamos a pelear con todo lo que teníamos en contra: la altura, la gente, la confianza, pero pudimos pelear como siempre lo hicimos, como todo el semestre. Jugamos muchos partidos con Colo Colo por la Copa Gato para poder saldar o cobrar nuestro sueldo, entonces esa unión nos valió mucho para pelear hasta los últimos minutos y hasta los penales, donde tuvimos más confianza, más todavía cuando ellos erraban los penales.

- ¿Cómo recuerda el término de su etapa en la U luego de la agresión a Juan Pablo Toro que desencadena que queden fuera por penales?
- Fue un momento del partido, de calentura, de una reacción que me costó caro. De verdad lo pagué muy caro. A mí me hubiera gustado continuar en la U, también el segundo semestre hicimos un buen trabajo. Si en ese partido pasábamos, podíamos pelear el Clausura para el bicampeonato. No fue así y a mí me dolió mucho. Después, estando en Paraguay, me dolió mucho más, pero ya no podía regresar atrás porque fue una situación que pagué muy caro y me costó la salida de la U.

- ¿Toro lo provoca a usted o pasó otra cosa?
- La verdad es que él me pegó a mí y yo reaccioné. Fue una reacción rápida y el línea me vio. Él también ya fue con esa intención de provocarme y tirarse, verdad, porque yo ni le pegué bien. Es más, es mi reacción lo que cuesta la expulsión. Él fue para hacer eso y le salió bien.

- En los días posteriores se hace noticia que le pinchan los neumáticos del auto en el Caracol Azul.
- Sí, era uno que siempre estaba con nosotros. No culpo a la gente, a la hinchada, a ninguna persona, solamente a él, que estuvo todo el año con nosotros. Era un pelado, ya no me acuerdo el nombre, pero siempre estuvo todo el año con nosotros. No fue alguien de la hinchada ni gente amante de la U, fue un aficionado. Lo que más dolió es que todo el año estuvo con nosotros.

Espínola también fue acerero

Tras salir de Universidad de Chile, el zaguero estuvo un año en Cerro Porteño y volvió al fútbol chileno para defender a Huachipato, donde jugó Copa Sudamericana -en una instancia donde exigieron al equipo comandado por Claudio Borghi- y semifinales del torneo local.

- ¿Cómo evalúa su paso por Huachipato en 2006?
- Muy linda. Peleamos una Sudamericana con Colo Colo, donde nos quedamos fuera por penales. Estuvimos a poco, tuvimos para ganarlo y no lo conseguimos. Ese grupo era igual, pero no tenía los problemas económicos de la U. Era equipo joven, jugadores de la cantera e hicimos un buen trabajo. Tengo los mejores recuerdos en Chile. Busqué regresar, pero no se me dio más. De ahí pasé a Argentina y me fui a retirar a Paraguay.

- ¿Cómo fue ese enfrenamiento con Colo Colo, que tenía a un Humberto Suazo goleador y la mejor versión de Matías Fernández?
- Fue un partido muy difícil, perdimos uno y ganamos el otro. Ellos no nos pudieron ganar en el Monumental, terminamos en penales. Fueron partidos muy lindos, donde tuvimos el rendimiento que teníamos que tener. No sé si era la primera vez de Huachipato en una copa internacional, pero era meritorio estar ahí y jugar así.

- En las semifinales de ese año se topa contra la U de Marcelo Salas y caen 6-1 en el partido de ida.
- Uno siempre guarda respeto por esa clase de jugadores. Estaba Mayer Candelo y Herly Alcázar, los colombianos. Fue un partido donde fueron muy superiores a nosotros, estaban mejor, con la fuerza de la hinchada y es otro partido si juegas contra la U y está su hinchada en el estadio.