"Prefiero a otro antes que a ti": Conde revive el momento más duro que vivió con Sampaoli
El portero uruguayo, actualmente en Danubio, repasó su estadía en Universidad de Chile y confesó su molestia con Sampaoli cuando llegó Johnny Herrera.
Esteban Conde fue partícipe de los últimos grandes planteles de Universidad de Chile. El portero uruguayo llegó en 2010 de la mano de Gerardo Pelusso, jugó Copa Libertadores con el equipo azul que llegó a semifinales de la Copa Libertadores 2010 y un año después perdió protagonismo con la llegada de Jorge Sampaoli.
Igualmente, "Coco" fue campeón de la Copa Sudamericana 2011 y del tricampeonato nacional que obtuvieron entre 2011 y 2012. En conversación con AS Chile, el actual portero de Danubio rememoró los logros obtenidos en la U y repasó aquel rol secundario que le tocó asumir con la llegada del casildense.
- En 2011 llega Jorge Sampaoli, ¿le había tocado estar con un técnico con ese grado de obsesión?
- No, jamás me había tocado tener un tipo tan intenso como Jorge, realmente, es impresionante. Es admirable poder sostener esa locura, bien llamada, para dirigir en el día a día, el día del partido, cómo los vive, cómo los siente. Y eso se transmite: si vos lo ves a él y ves a sus equipos, es como si fuera el reflejo, realmente, con una intensidad bárbara. Cuando va a los equipos, por lo general logra plasmar su idea, entonces eso habla muy bien de él como entrenador.
- ¿Cómo vivieron, como plantel, las salidas de Rafael Olarra y Manuel Iturra?
- Eran referentes, ambos. En realidad en ese momento se tomaron esas decisiones y es un proceso totalmente nuevo. Uno como que no sabe al principio dónde está parado, pero son decisiones que toman los entrenadores y el club, y ante eso, más que la sorpresa, no puedes hacer mucho. Siempre es chocante para un jugador que salga un compañero y en este caso referentes. Después, en base a los resultados que consiguió el equipo que formó Jorge, nada se le puede reprochar.
- Usted llegó a la U en 2010 con Miguel Pinto como arquero titular y capitán, se fue y llegó Johnny Herrera. ¿Lo entendió?
- Yo firmé un contrato largo con la U, de 4 años. La idea era que ante la posibilidad de que vendieran en el breve lapso a Miguel, quedarme yo con el puesto. Esa era un poco la idea que tenía la concesionaria y Gerardo, que me había llevado. Después él se va, yo hablo con la gente del club, me dijeron que la idea de ellos era cumplir con lo que habíamos arreglado, pero después vino Jorge y faltando muy poco para iniciar el torneo trajo a Johnny, que era el arquero que él quería.
A mí me costó un montón aceptarlo, porque estaban todos los mercados cerrados para irme a otro lugar, porque quería jugar. En el momento me enojé bastante, por la forma en realidad, porque llegó muy sobre la fecha y yo ya me estaba haciendo el arquero de la U. Esa situación me hizo crecer un montón: hasta el momento mi carrera iba en ascenso constante y nunca me había tocado un entrenador que dijera "no, prefiero a otro antes que a vos". Nunca me había tocado. Me hizo madurar un montón y de hecho cambió mi concepción del puesto, porque también se puede aportar desde el banco, aunque a veces los jugadores no lo entendemos de esa forma. Vivimos una época muy linda en la U.
- Ese es un punto importante. Siempre se le destaca por su rol en la final de ida en el 2011, cuando pierden con Universidad Católica. ¿Cuál fue el mensaje y qué pasó en esos tres días?
- Lo que más trascendió, porque "Pepe" Rojas lo mencionó en algún momento, fue que en el túnel, volviendo de ese 2-0 abajo, veníamos todos bajoneados y yo le dije que entrara un poco a los gritos en el vestuario, porque era necesario levantar y que teníamos posibilidades. Hasta que no terminara la segunda final teníamos posibilidad y "Pepe" entró, metió un par de gritos, levantó el estado de ánimo del grupo, más allá de lo que se siente una derrota y capaz que trasciende porque salió bien. Hay un montón de arengas que quedan olvidadas porque no se consiguió el objetivo. En este caso sí.
- Considerando eso, ¿cómo fue la celebración después del 4-1?
- Fue una locura, realmente. Es más, creo que por la forma, nosotros celebramos con mucha más locura esa final que la Sudamericana, porque se resolvió de otra forma. Con Liga fue 3-0, más tranquilo. El 4-1 se consiguió al final y fue una locura. Se había generado la pica con ellos con lo del cotillón de Católica y realmente se disfrutó un montón porque fue épico dar vuelta esa final.
- ¿Cómo recuerda la obtención de la Copa Sudamericana?
- Fue un tremendo campañón. Fénix de Uruguay fue un escollo durísimo en el arranque, era un equipo que jugaba muy fuerte, a la uruguaya y nos complicó un montón. Pasar esa etapa y ganar a Nacional, empiezas a creer que se puede, que estás competitivo. Y después ganarle a Flamengo, por la forma, meterle 4 goles en Brasil. Si no crees ante esa situación, es porque no crees en nada, porque si ese equipo no creía en sí mismo... Después Vasco fue durísimo. Nuestros compañeros estaban volando realmente, estaban imparables.
- ¿Después del 4-0 a Flamengo empiezan a creer?
- Es que es por la trascendencia del rival, de la forma, superarlo ampliamente, que el rival no tenga respuestas. Para mí es lo que Jorge mencionaba mucho: someter al rival. Fue someter al rival. Eso te hace creer, sin duda.
- Se va a Atlético Rafaela y se topa con Juan Eluchans, ex Católica, que había estado en la final 2011. ¿Fue tema de conversación alguna vez?
- Sí, fue tema, sin duda. Yo no soy de molestar mucho, honestamente. Sí charlamos mucho, además estábamos los dos más grandes ya. Nos hicimos muy amigos, Rafaela es una ciudad chica y compartíamos muchísimo en familia. En algún momento le tiramos una bromita de su gol en contra. Se quería matar, Juan, la verdad se quería matar.