La noche más combativa de Bravo y Vidal en Copa América
Los dos futbolistas, que habían sido protagonistas en la previa del encuentro ante Paraguay, vivieron una jornada especial. Se apoyaron mutuamente.
En medio del desorden y la escasa reacción frente a Paraguay, dos jugadores intentaron levantar a la Roja a través de una lucha constante. Esforzada y que generaba respeto entre los rivales. Arturo Vidal y Claudio Bravo, quienes habían protagonizado un emotivo abrazo de reconciliación en la previa, batallaron en el Mané Garrincha de Brasilia. Aunque no sirvió en el resultado final, la actitud fue valorada por el propio Martín Lasarte.
Después del tanto de Braian Samudio, el portero recorrió la mitad de la cancha para conversar con Eduardo Vargas. Le daba instrucciones, mientras Arturo Vidal arengaba al resto de los compañeros. El volante de Inter nunca dejaba de aplaudir. Ambos, de una u otra forma, intentaban despertar a un equipo desorientado. Era el peor partido del proceso de Lasarte, pero los líderes querían, al menos, caer con dignidad.
En el penal paraguayo, y después de una serie de reclamos, se reflejó nuevamente esa unidad de la que se habló en la Roja horas antes. "Vamos Claudio, vamos papá", le gritó Arturo Vidal desde fuera del área. "Vamos", respondió el portero. El gol desató la molestia de Bravo, que lanzó un pelotazo a uno de sus rivales. Discutió con otro y recibió tarjeta amarilla. Estaba descontrolado, hasta que llegó el propio Vidal. Lo tranquilizó y le dio ánimo.
Como ha ocurrido en varias ocasiones durante esta Copa América, Vidal perdió un balón en el segundo tiempo y casi provoca el tercer tanto de Paraguay. Sin embargo, el mediocampista demostró un esfuerzo físico que empujó a la Selección al arco rival. La revisión del VAR, después de una mano de Carlos González, fue obra suya. Él pidió que sacaran la pelota de la cancha, y él presionó a Wilmar Roldán. El capitán lo acompañó con mensajes al línea.
En la agonía, ambos aplaudían y gritaban. El volante, incluso, corría por todos los sectores de la cancha: a veces era un central más y en otros momentos buscaba llegar al arco de Antony Silva.
Tras el pitazo, Vidal y Bravo se dieron un nuevo abrazo. Sabían que la Copa América aún no ha terminado para Chile: "Lo bueno va a comenzar y es a muerte", escribió el jugador de Inter en sus redes sociales. Los dos felicitaron a sus rivales. Martín Lasarte entró a la cancha, como pocas veces, y se fue directo hacia la ubicación de ambos. Le dio la mano a cada uno. Era el agradecimiento por la entrega. Una vez más.