No cabe duda que la aparición de Arturo Vidal fue una de las más potentes del siglo en el fútbol chileno. Desde que llegó al primer equipo de Colo Colo, la carrera del 'Rey' no paró de crecer, a tal punto de convertirse en uno de los mejores volantes del mundo en esta era. Para Johanns Dulcien , ex cadete albo, lo que consiguió el bicampeón de América con la Roja no es casualidad. En AS, el actual empresario revela las historias más hilarantes que involucran al 'King'.
- Compartió con una de las generaciones más exitosas en la historia de Colo Colo. ¿Tiene anécdotas? - Los conozco a todos porque también fui sparring en la Selección de (Marcelo) Bielsa. Compartí con (Arturo) Vidal y con (Alexis) Sánchez. Cuando fui a Italia, Alexis me fue a ver, me llevó a su departamento, viajamos en el mismo avión de vuelta. Fui a ver un Milan-Udinese en San Siro. Con 'Jarita' (Gonzalo Jara) tirábamos la talla, pero con Vidal fue lo más cercano. Hasta el día de hoy hablamos.
- ¿Se imaginó que iban a tener la carrera que lograron? - De Vidal siempre lo pensé. De hecho, tuve a Hugo González como técnico en Colo Colo y me decía 'él va a llegar lejos, ¿sabís por qué? Porque tiene lo que tú no tienes'. Y yo le respondí: '¿qué cosa?'. Y me dijo: '¡hambre poh, conch...!' (risas).
- ¿Y usted sintió que le faltó hambre? - Es que el jugador que es bueno, es distinto. A mí me gustaba inventar jugadas que nadie hacía, no que me mandaran a correr y por eso me hicieron mala fama, de que era flojo, pero una vez rompí un test con Esteban Pavez, no siguió sonando el pito. Pero lo encontraba innecesario, porque yo pensaba en el fútbol. Y hay técnicos que no te convencen. Es corre o te vas. ¿Sabes lo que hacía? Me quedaba detrás del cartel con Pinares y cuando pasaba el grupo por ahí, nos metíamos. Yo dentro de la cancha no me iba a esconder, iba a pedir la pelota, pero me decían 'tenís que ganarte la oportunidad'.
- ¿Otra anécdota con Vidal? - Tuve la suerte de verlo jugar un partido en la juvenil. Le ganaron a la U 3-2 con tres goles de él... Y jugaba de central. Se los pasaba a todos, tiraba paredes, la pedía, era extraordinario el hueón. Además, desde chico que jugaba con el pecho parado como diciendo 'acá estoy yo'.