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Entrevista AS

"Hay que dejar de llorar y empezar a trabajar": el análisis de un crack chileno

Víctor Muñoz, uno de los grandes exponentes del BMX en el país, critica el exceso de comodidad en los jóvenes. También augura éxito para Maca Pérez en Tokio.

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"Hay que dejar de llorar y empezar a trabajar": el análisis de un crack chileno

Víctor Muñoz (32) descubrió a muy temprana edad que tenía una habilidad especial para los deportes extremos. Oriundo de Carahue, una comuna cercana a Temuco, el rider comenzó a experimentar desde pequeño con la bicicleta: a los seis años buscaba maneras de formar rampas para saltar en ellas y, un poco más grande, tomaba una mountain bike en el campo y se dedicaba a subir cerros.

Para él está claro: "Aunque suene cliché, creo que yo no elegí la bicicleta, sino que ella me escogió a mí". Eso sí, no fue hasta más tarde que el deportista de Monster Energy decidió que quería transformar al BMX en su profesión. "A los 14 años lo conocí, pero recién a los 19 dije 'quiero dedicarme a esto'. Una cosa es que se te dé bien lo de andar en bicicleta, pero otra es la cantidad de trucos que puedas hacer arriba de ella, y eso no lo descubrí cuando era niño".

- ¿Cuándo llegó ese momento?
- Cuando tenía 15 años, unos amigos me llevaron a un campeonato. Ellos me inscribieron y todo, yo no tenía idea. Fui y salí primero. Ahí pensé "¿qué está pasando?" (risas). Yo a esa edad salía con mis amigos, que fueron referentes para mí, me mostraban un truco y yo lo hacía en tres o cuatro intentos. Se me daba natural. Ellos me decían "pero hueón, yo llevo intentándolo seis meses". Yo lo miraba y podía replicarlo al rato. Teníamos una banda grande en ese tiempo, ahora ya no practican mucho pero sigo viéndolos.

- Tengo entendido que también practica otros deportes...
-¡Sí! Hice muchos deportes. Para mí, si había acción, era divertido (risas). Me encanta la adrenalina. En el sur practiqué motocross. Cuando llegué a Santiago, vi una escuela de skate y me inscribí. Un tiempo antes de empezar a viajar y agarrar esto del BMX de forma profesional, me fui a la nieve a hacer snowboard. En general, me gustan los deportes extremos... estar al límite. Un amigo que es conocido, el 'Maravilla' Aravena, siempre me dice: "Hueón, deberías cambiarte al moto freestyle. Tienes condiciones" (risas).

- ¿Su mayor logro fue disputar el Campeonato del Mundo de BMX en China el 2018?
- Yo creo que sí. Fue algo alucinante, porque nunca pensé en llegar ahí. Jamás me preparé para eso ni lo anduve buscando. Están las Copas del Mundo, que son cinco y donde clasifican 40 competidores entre 200, ahí yo siempre entraba. Pero después,  en un rango mayor está el Wold Championship que organiza el Union Cycliste Internationale (UCI), que es a donde fui yo. Es como competir en los Juegos Olímpicos, ya que también te selecciona el país. Ver la bandera de Chile ahí fue emocionante. Es uno de mis mayores logros en cuanto a competencia, ya que si bien he logrado medallas de oro, o podios en otros torneos, estar allá es más importante. Está todo el BMX chileno apoyándote.

- ¿Y qué le parece la inclusión del BMX como deporte olímpico?
- Tengo un dilema en mi cabeza sobre los Juegos Olímpicos. Por un lado, es muy beneficioso, porque se va a mostrar al público normal, la disciplina se va a masificar, los niños van a querer entrar a practicarlo... pero, por otro, siento que le va quitar el lado más freestyle, ese lado rico que tiene el deporte extremo, que es no seguir reglas, hacer lo que quieras. Ese es mi pensamiento, pero ya que está inserto, de todas formas está bien.

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- Maca Pérez en BMX es una de las cartas fuertes de Chile en Tokio...
- Claro, ella es una amiga y le deseo todo el éxito del mundo. Espero que le vaya muy bien, tiene condiciones, por algo aseguró su participación en 2019 a los Juegos Olímpicos. Tiene que darle nomás.

- ¿La ve con chances de conseguir medalla?
- Por supuesto, ¿por qué no? Tiene chances. Imagino que estar allá, en el debut de la disciplina además en Juegos Olímpicos, debe ser una presión fuerte, y sería lo único que podría jugarle una mala pasada, porque el nivel lo tiene. Hay que mandarle todo el apoyo no más.

- ¿Ha podido hablar con ella ahora último?
- Sí, me está enviando videos de vez en cuando, me pregunta qué tal esto y lo otro, me pide algunos consejos, hablamos... ese tipo de cosas.

 - Usted acaba de volver de un viaje desde Estados Unidos, ¿cómo le fue?
- Hubo cosas buenas y otras malas. Fuimos al C1 que se realiza allá, pero solo alcanzamos a disputar uno porque el resto los suspendieron, por la pandemia... aún sigue todo con mucha incertidumbre. Pero con mi equipo pensamos "¿qué hacemos ahora?", porque había que aprovechar el tiempo que nos quedaba. Así que nos quedamos grabando harto material para marcas, hice videos, fotos... filmé por una marca importante de Estados Unidos. Así que bien.

- ¿Qué cree que falta para que se masifique el BMX en Chile?
- Tengo un pensamiento extraño sobre eso. Siempre leo que se alega mucho sobre la falta de apoyo, siempre es lo mismo, sin embargo, creo que no nos comprometemos para que nos apoyen. Creo que se pide mucho, pero no somos consecuentes.

-¿En qué sentido?
- En el sentido de que no todos están dispuestos a levantarse temprano, a ir a entrenar durante todo el día, a comer sano, a tener un día productivo sobre la bicicleta. En Chile tenemos un mentalidad que es... muy poco ganadora, por decirlo de alguna forma. Yo desde chicó traté de sacarme eso. Pedaleaba todos los días desde San Bernardo hasta Escuela Militar, me levantaba a las siete de la mañana para entrenar. Ahora le digo a algunos chicos "oye, ¿vamos a pedalear?" y me responden "no, es que queda muy lejos". Entonces, ¿qué vale más? ¿el sueño de llegar o las excusas que se ponen y traban esos sueños? Está bien pedir apoyo, es necesario, pero para que te llegue debes demostrar lo que vales, demostrar que eres el mejor. Nadie va a llegar a tu casa a tocarte la puerta y decirte "aquí tienes cinco marcas, firma con ellas". Tengo amigos argentinos que nadie daba un peso por ellos, también les decían "no, no vas a llegar a ningún lado", pero ahora ahí están, metidos entre los mejores del mundo. Entonces, quizá suene feo, pero hay que dejar de llorar y empezar a trabajar. Yo cuando chico me fui a Combarbalá a buscar pega, en Coquimbo. Trabajaba ocho horas diarias y practicaba tres. Así junté la plata para comenzar a viajar, porque yo tampoco tenía (risas), pero no me quedé sentado.

- ¿Cuáles son sus próximos desafíos?
- Cambié un poco la mirada sobre mi futuro en este último tiempo. A fines de este año son los Panamericanos en Lima, Perú, y será mi penúltima competencia grande. En Santiago 2023 será la última y, luego, me enfocaré más en el tema audiovisual, que me gusta mucho. Hacer videos de mayor calidad aún y demostrar que se puede hacer arte arriba de una bicicleta.