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Entrevista AS

La campeona chilena que rechazó a Luksic: "No lo hace porque sea una buena persona; son migajas"

Macarena Orellana está en busca de su primer Mundial de kickboxing. El empresario quiso ayudarla con dinero, pero ella apeló a sus principios. "Es importante hablar fuerte y claro", dice.

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La campeona chilena que rechazó a Luksic: "No lo hace porque sea una buena persona; son migajas"
Nicole BocazIG

Macarena Orellana (33) estuvo muy cerca de concretar su gran sueño: llegar a un Mundial de kickboxing. La chilena, quien solicitaba ayuda económica en sus redes sociales para costear el viaje y la estadía en Egipto, el lugar de la cita a disputarse en octubre, había recibido el apoyo de Andrónico Luksic. "Nos pondremos en contacto con usted", era parte del mensaje que el empresario escribió en Twitter. Así, el objetivo parecía cumplirse. Sin embargo, la luchadora prefirió rechazar el ofrecimiento, apelando a sus principios. En ese contexto, la 'Maquinita' -que seguirá buscando recursos- expone sus ideas en conversación con AS.

- Cuénteme lo que pasó con Andrónico Luksic...
- Ayer estaba entrando al doctor, revisándome en MEDS, esperando a mi traumatólogo, y veo que me empiezan a decir 'oye, ya está todo bien, Luksic te va a pagar la competencia', y me meto y veo su tuit. La verdad es que me dio harta rabia, porque soy una persona que, antes de cualquier otra cosa, soy activista, soy una persona que viene del pueblo, que ha vivido una vida de esfuerzos. Y sabemos cuáles son los mecanismos que tienen los grandes empresarios para evadir impuestos, para limpiar su imagen. Sabemos quién es Andrónico Luksic. Hace unos años él decía que era una persona como cualquier otra. Parece que no conoce cómo vivimos las personas en este país. Me dio mucha rabia. Sin embargo, me lo tomé con calma, me tomé el tiempo de pensar cuáles eran esas cosas que me daban rabia, y por qué decirle que no. Pensé en decirle que sí en algún momento, porque como decía en lo que contesté, también entiendo que ese dinero le sobra. Si le sobra, que llegue. Pero también digo 'alguien tiene que decirles las cosas claras a esas personas, acostumbradas a una legalidad que les permite evadir impuestos. Por ejemplo, las grandes mineras destruyen los ecosistemas, pero luego hacen centros culturales y con eso evaden impuestos, y hacen como una retribución a las comunidades. O esos grandes empresarios que tienen fundaciones donde apoyan a personas para evadir impuestos. No lo hacen porque sean buenas personas. Lo hacen así porque van a seguir enriqueciéndose. Entonces, ordené esas ideas y le respondí. Justo cuando estaba escribiendo, me llamaron sus asesores. Ahí les dije lo mismo, que estaba preparando una respuesta pública, y que no iba a aceptar. Como que se sorprendieron un poco. Me decían que no entendían por qué, si Andrónico era una persona que siempre apoyaba a los deportistas. Yo le pregunté si sabían de dónde su jefe sacaba su dinero y de qué manera se lo ganaba. Yo creo que hay momentos difíciles, yo obviamente necesito el dinero. Pero también creo que es importante posicionarse y hablar claro y fuerte, porque a la gente que venimos de lugares precarizados nos han acostumbrado al silencio, a que no digamos nada, a que las cosas pasen. Probablemente, muchos deportistas le han dicho que sí. O personas que han necesitado. Yo he visto que le ha ayudado a personas de lugares que necesitan apañe por enfermedades, y está bien. Nunca voy a juzgar a alguien que recibe ese dinero. Pero en este caso, tengo la posibilidad de apelar a otro tipo de redes y lo voy a hacer.

- ¿Siente que es oportunismo, populismo, de parte de Luksic?
- Sí, y no creo que lo esté haciendo particularmente conmigo. Creo que es una tendencia de la clase empresarial de este país, de utilizar estos resquicios legales para poder limpiar su imagen. Sabemos que por la ley de donaciones, o estas leyes de reparación de las comunidades, donde se generan ciertos proyectos que pueden tener impacto ambiental, se da esta situación, como compensación, para que sectores que quedan completamente destruidos, tengan como una especie de dulcesito para sentirse menos dañados. Creo que es oportunismo. Fue poco hábil también. Quizás él no sabe quién soy yo, o cuál es mi trabajo. No debe saber. No creo que conozca mi trabajo activista (ríe). Quizás se equivocó al ofrecerle algo así a alguien como yo. A lo mejor otra persona le hubiese dicho que no, piola. La verdad es que yo solo habito en el silencio cuando me es funcional en cosas, no sé, de peligro. Pero si puedo hablar fuerte y claro, lo voy a hacer. Y ocupo también estas oportunidades para hacerlo, porque creo que muy pocas veces se dan estas discusiones. Creo que es oportunismo, es esta ley del chorreo, también del capitalismo, de personas que tienen tanto dinero, que no logramos dimensionar, y que creen que regalando un poquito de sus migajas se pueden sentir un poco mejor. Incluso si lo hiciera como por no evadir impuestos, o por lo que sea, como solo por entregar dinero, también digo '¿por qué no lo envió a mi cuenta?' Si estaba ahí. Capaz que no me hubiese dado ni cuenta de su depósito, entre todos los que me han llegado.

- ¿Cómo ha estado su ánimo de cara al Mundial?
- He estado bacán. Justo la semana pasada tuve que pelear un Súper 4. Entonces, gané el campeonato. Son cuatro competidoras. Pelean dos y dos, y las ganadoras pelean la final. Entonces, eso me dejó bien de ánimo, porque había estado entrenando harto. Le había puesto harto tiempo y harta cabeza a los entrenamientos, trabajando con mi equipo. Era un pelea para preparar nuevas estrategias para el Mundial. Así que súper bien, me fue bien. Pude poner en práctica lo que había trabajado. Me dejó bien tranquila.

Macarena Orellana, a la derecha, celebrando un triunfo.
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Macarena Orellana, a la derecha, celebrando un triunfo.@chincolitafotografíasInstagram

- ¿Y cómo la ha tenido esto de pedir ayuda en las redes sociales para ir al Mundial?
- Es difícil. No solo por la ayuda, sino porque igual trabajo en jornada completa. Estoy constantemente corriendo para lograr cubrir mis entrenamientos, mis clases, el trabajo que realizo en la Universidad (Católica Silva Henríquez), en un programa educativo que se llama PACE. Entonces, es como estar todo el rato cambiando de foco. Y no es la primera vez que hago una campaña. Sí es primera vez que se viraliza tanto. Por eso quizás ha tenido otra repercusión. Pero obviamente es tener constantemente la cabeza en 'lo voy a lograr'. Por un lado está lo económico, como '¿será que lo voy a lograr'? Y por otro está el peso de que ya, si voy, que me vaya bien, porque mucha gente va a estar pendiente. Es distinto cuando la plata está por el Estado, que debiese ser el que financie. Pero es distinto cuando tienes gente que te apoya y, en el fondo, está el esfuerzo que hizo la gente por darme una luquita, dos luquitas, y están todos pendientes de mi rendimiento. Uno igual entra con eso al ring. Yo creo que es lo más difícil de pedir apoyo. Pero, por otro lado, también me ha pasado hartas veces que he tenido que solicitar apoyo, que al mismo tiempo he sentido mucho apañe. Nosotros siempre decimos que cuando nos subimos a pelear, nunca nos subimos solas. Siempre una se sube con sus amigas, con la gente que cree en ti. Creo que eso es muy bonito, de sentir el apañe.

- ¿Cómo se ha financiado su carrera deportiva?
- Lo de mantenerme entrenando y eso, sola. Yo trabajo jornada completa. Después de mi trabajo hago clases y entremedio entreno. Las dos personas que me entrenan y mi preparador físico, lo pago con dinero que sale de mi bolsillo. Y hay otras auspicios de implementos que me ayudan, o mi psicóloga deportiva, que cree en mi trabajo y me acompaña. Las competencias me las he financiado, o haciendo acciones como estas, eventos, rifas, colectas. Entonces, es difícil, porque finalmente una termina teniendo la cabeza en muchos lugares. Nunca me he podido dedicar 100 por ciento al deporte, aun cuando soy una peleadora profesional. No le puedo dedicar todo mi tiempo, porque tengo que vivir.

- ¿Le alcanza para vivir bien?
- Sí, igual alcanza. Si bien vengo de sectores bastante precarizados, soy una persona que tuvo el privilegio de acceder a la universidad. Y siempre lo menciono así, como un privilegio, porque estudié en un liceo público, soy de una familia que no es profesional. Soy la primera persona de mi familia en ingresar a la universidad, y soy de ese grupo de personas en el que quizás nadie creía que iba a llegar a la universidad. Llegué, terminé mi carrera y eso me pone en otro lugar. Si bien no soy millonaria, ni tengo una vida muy acomodada, sí logro sostener mi vida con el trabajo que tengo. Me cuesta conseguir trabajo, porque estudié una carrera que no es muy común. Soy historiadora y me dedico a la educación. Pero alcanza para vivir relativamente bien, porque no tengo hijos, vivo sola. Creo que ahí se van atravesando otras cosas. A lo mejor con lo que yo gano, una familia no podría vivir bien.

- ¿Qué tan lejos está del monto (dos millones) que necesita para ir al Mundial?
- Me falta todavía. Tengo que revisar, pero deben ser como 800 lucas, pero eso sería solo ir yo. Lo ideal sería es que al menos vaya mi entrenador, con lo que faltarían dos millones y tanto. Si no, me voy a pelear sola. No tendría a la persona que entrena conmigo todos los días.

Los datos para ayudar a Macarena Orellana

Cuenta corrienteBanco Santander006969606-616.936.497-4Maca.o.caperochipi@gmail.comAsunto: La Maquinita va al Mundial

- ¿Sus compañeros de Selección que van al Mundial también están complicados con el dinero?
- Sí, están todos en la misma, haciendo completadas. Por ejemplo, Beatriz Reyes, que también está clasificada, que es de Rancagua, ha estado haciendo completadas, vendiendo pizza, junto con Alan Briones. Así hay gente de distintas partes de Chile. La Selección está compuesta por todas las personas que ganamos el Sudamericano en octubre del 2019.

- ¿Ha tenido contacto con el Ministerio del Deporte?
- No. Lo que pasa es que como el kickboxing no es olímpico, es recién invitado olímpico, vamos a ir a las Olimpiadas en Italia 2024. No tenemos acceso como a las instalaciones, ni a los beneficios del Ministerio del Deporte, y la ley de clubes deportivos, que sería por ahí donde uno podría conseguir recursos, hay muchas federaciones de kickboxing que tienen deudas. Al final es un poco más de esa precarización y de jerarquías entre deportes que se van generando. Claro, los deportes olímpicos, incluso cuando están muy precarizados, también al menos tienen acceso al CEO, al financiamiento cuando se ganan medallas, que también es importante. Pero en el caso de los deportes no olímpicos, va quedando un poco afuera. También porque no hay cultura de deporte en Chile. Es importante dimensionar que el deporte termina siendo para personas privilegiadas, porque no es algo que se dé mucho en las escuelas. No hay instalaciones, no hay áreas verdes en las poblaciones, en las periferias. Son pocas las personas que llegan a la vida deportiva.

Macarena Orellana, a la izquierda, tras un combate.
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Macarena Orellana, a la izquierda, tras un combate.

- Usted ya ha perdido la chance de ir a dos Mundiales por la misma situación. ¿Cómo fueron esas etapas? ¿Muy frustrantes?
- Sí, súper frustrantes, porque empecé a competir bastante vieja como para el deporte. Empecé cuando tenía 26. El primer Panamericano que gané fue el 2016, que me clasificó al Mundial de Hungría, y no pude ir. Luego gané otro Panamericano, el 2018, que me clasificó al Mundial en Austria, y tampoco pude ir. A veces no es solo como tener que ir tú. Por ejemplo, ahora estoy recaudando dinero porque también hay varios compañeros que van a ir. Entonces, te da la chance de ir con una Selección. Pero las otras veces ha pasado que toda la Selección se ha quedado abajo, porque no hay dinero para que vayan todos. Una no puede ir sola a un Mundial. Necesitas, al menos, un equipo técnico.

- En el caso de ir al Mundial, ¿se ve con posibilidades?
- Sí, claro. He competido internacionalmente desde el 2016. Me ha ido bien. He ganado Sudamericanos, Panamericanos. He peleado con las mejores del continente. Soy la actual campeona panamericana. Me he mantenido en el circuito del kickboxing nacional, siendo una de las grandes exponentes. No la mejor o peor. No digo eso, porque al final son todas muy buenas. Pero me he mantenido compitiendo, y eso me ha ayudado a prepararme. Siempre he tenido el sueño de ir a pelear un Mundial. No solo por estar, sino porque creo que de verdad lo puedo ganar.

- Hace un rato, usted mencionaba que también es historiadora. ¿Ha pensado en dejar el kickboxing y dedicarse de lleno a su profesión? También por los episodios de frustración en lo económico que ha vivido en el deporte...
- Sí, lo he pensado. Hartas veces. Igual es una idea. Ahora voy a pasar a mi cinturón negro. Con él podría poner mi propia escuela. Entonces, también está ese proyecto, para niñas, mujeres y disidencias que puedan entrenar y formarse en lo deportivo.

- Por otra parte, en sus redes se ha mostrado muy activa frente a las distintas demandas sociales. ¿Qué le parece el actual panorama político del país? Etapa presidencial, Convención…
- Soy una persona que recuperó su esperanza política durante la revuelta de octubre. Pensé que ese Chile que decíamos que no despertaba con nada, que nada lo sacaba de su letargo, reaccionó frente a las injusticias de muchos años. Me dio mucha esperanza, pero después, vino como el pacto por la paz, y de cómo muchas personas de la clase política tradicional se acomodaron para cercar la cancha donde podíamos jugar. Creo que el proceso constituyente es eso un poco. De pensar, perfecto, vamos a tener que cambiar la Constitución. Pero igual dentro de esos parámetros. Y la verdad es que lo veo con bastante desconfianza. En términos electorales, me pone muy feliz que haya caído una persona como Joaquín Lavín, que fue formado por Jaime Guzmán en la década de los 80. Es parte de la fundación de un partido que irradia en lo fascista como es la UDI. Pero la derecha en Chile sigue viva. Y no solo en la clase política. También en la clase económica, y creo que hay que poner atención a esas cosas.