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Entrevista AS

Pablo Mouche se sincera: "Blanco y Negro debería tener un poco más de humanidad"

El extremo argentino, hoy en el fútbol uruguayo, repasa su etapa en Colo Colo: "Los últimos meses fueron difíciles". También lamenta cómo se dio su partida. "Fue triste", admite.

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Pablo Mouche se sincera: "Blanco y Negro debería tener un poco más de humanidad"

Pablo Mouche (33) contesta el teléfono y de inmediato reconoce que está un poco triste. La razón es la derrota que Boca Juniors, el club de su vida, acaba de sufrir ante River Plate en el Superclásico argentino. "Todo se desvirtuó después de la expulsión de Rojo. Cuando te quedas con un hombre menos, es difícil", cuenta el extremo desde Uruguay, donde defiende al Sud América, un pequeño club de la Primera División. Dicho eso, el trasandino comienza a repasar junto a AS su etapa en Colo Colo. Una que inició en febrero del 2019 y que concluyó hace ocho meses.

- Colo Colo le ganó a Palestino. ¿Pudo ver algo?
- No, porque estoy a las afueras de Montevideo. Me vine a pasar el fin de semana a Punta del Este y no lo pude ver. Sé que ganó 2-1. Así que sigue estando en la punta.

- ¿Usted es de seguir los partidos de Colo Colo?
- Sí. Los resultados los sigo siempre por la aplicación y las redes sociales. La página oficial y todo. Cuando juega en un horario diferente a mis partidos, lo veo por una página, por una aplicación. Sigo más o menos todo el fútbol chileno, los goles, los resultados y obviamente los partidos de Colo Colo.

- ¿Qué opina de esta reinvención del club? De casi descender a pelear el título...
- Yo creo que es lógico y normal que pase después de la tormenta del año pasado, de toda la crisis. No solamente deportiva, sino dirigencial, institucional. Había muchos problemas en varias ramas del club. Lo mismo en el directorio. Había muchos conflictos o diferencias y creo que eso también se dirigió a lo deportivo. Todos fuimos responsables en lo que pasó. Fue un año atípico por la pandemia, por todo el conflicto que hubo entre el plantel y el directorio, por el tema del Seguro de Cesantía, por todos esos ida y vuelta que duraron casi todo el año. Por suerte se pudo cumplir el objetivo. No era el de principios de año, pero sí lo que se trazó en los últimos meses, donde vimos que estábamos en una profunda crisis deportiva e institucional.

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MARCELO HERNANDEZPHOTOSPORT

- ¿Cómo era el día a día en medio de esa crisis, pero fuera del Monumental?
- La alegría plena no existe nunca. Yo creo que es difícil encontrarla en un club o en una situación. Te vaya bien o te vaya más o menos, siempre hay algo que se interpone para que la felicidad no sea completa o para que todas las cosas no estén bien. Pero fue un año muy complicado, que nadie se esperaba. Al principio por la pandemia, por todo el parate que tuvimos, sin jugar, sin entrenar. Dentro de eso, el conflicto que se generó lo potenció muchísimo más, estando encerrados con la familia, lejos de tu país, lejos de tus familiares, de tus amigos, de tu gente, de tu entorno, sin poder salir, sin poder tener una vida normal. Se sumó todo esto de no poder hacer tu trabajo, de no poder tener la cabeza ocupada en ir a entrenar, en tener un objetivo y un enfoque claro. Después se sumó lo del conflicto con la dirigencia y todos los problemas que hubo. Bien no se pasaba. Uno se refugia en sus hijos, en que tienen que estar bien, en que sigan su vida porque no tienen nada que ver y nos lo puedes hacer partícipes de tu propio problema, sino que darles tranquilidad y acompañarlos. El día a día era difícil. También me tocó estar en el estallido social. Entonces, como que cambió un poco el ritmo de vida. Pero la verdad que en estos dos años que me tocó, yo disfruté mucho de estar en Colo Colo, por todo lo que genera, por lo que significa vestir esa camiseta. Yo estaba muy bien, muy cómodo. Pero después, los últimos meses se me hicieron un poco más difíciles, porque sabía que mi renovación no iba a estar. La sentía cada vez más lejos. En un momento la tuve muy cerca, pero a medida que se fueron profundizando los conflictos, la vi más lejana.

- ¿Con qué opinión se queda de Blanco y Negro?
- La simple opinión de que es una empresa que maneja una institución, que muchas veces no sabe lo que es un club social, popular, como es Colo Colo. Creo que deberían tener un poco más de sentido común en algunas situaciones, un poco más de humanidad, de entender algunas situaciones y no solo pensar en el beneficio económico o el beneficio de la empresa. Tiene que ser un poco más compartido, manejar un poco las situaciones. Pero después no me gusta entrar en opiniones políticas o en cómo se maneja o se deja de manejar una empresa, porque yo no estoy preparado para eso. Comparto de que en algunas situaciones o en algunos aspectos, por lo menos con nosotros, en esos tiempos difíciles de la pandemia, se podrían haber manejado de otra manera.

- Aníbal Mosa salió de la presidencia, entró Edmundo Valladares, y se ha notado un cambio bastante positivo. ¿Cree que iba por ahí?
- No lo sé, porque no conozco en profundidad al nuevo presidente. Sí obviamente de nombre, de verlo en el club, de saludarnos con mucho respeto, pero nunca mantuvimos una conversación muy extensa o una relación muy cercana, porque él estaba un poco más alejado. No tenía mucha relación con el plantel. Sin embargo, creo que sí se notó que hubo un cambio, por lo menos en lo que se ve desde afuera y por los resultados. Pero después de ahí a conocerlo en profundidad y de la forma de trabajar y de pensar, la verdad es que no puedo opinar mucho.

- ¿Y con Mosa cómo fue la relación?
- Con Aníbal igual. Siempre de respeto, de cordialidad, de saludarnos, de charlar también muy corto. Nunca tuve una charla extensa con él, salvo cuando tuve que hablar un poco o compartir conversaciones grupales, tanto con el grupo entero como con los referentes, cuando tuvimos el conflicto del Seguro de Cesantía y de la pandemia. Después no tuve mucho trato. Con el que tuve más trato, o más ida y vuelta en esa charla, fue con Harold (Mayne-Nicholls). Pero no, no los conozco en profundidad. No puedo tener una opinión ni buena ni mala de personas que no conozco en profundidad. Además, yo no llegué con ellos. Yo llegué con el presidente anterior (Gabriel Ruiz-Tagle) a Mosa.

- ¿Sentía la presión de los hinchas en la calle cuando Colo Colo estaba en un mal momento? ¿Le hacían saber que había que revertir la situación?
- Sí, sí. A ver... Cuando te cruzas con hinchas, siempre está la palabra, tanto en las buenas y en las malas. Siempre tienes los comentarios. O te felicitan cuando las cosas andan bien o te piden resultados, te piden que ganes, que saques la situación adelante. Pero nunca tuve una falta de respeto, una agresión violenta, ningún maltrato en la calle. Las cosas siempre fueron como para tirar para adelante. Positivas. Yo creo que, en ese sentido, el hincha siempre se quedó tranquilo de que intenté dar todo, en las buenas y en las malas. Cuando el rendimiento era muy bueno, creo que dejé lo mismo que cuando las cosas no andaban tan bien, que fueron los últimos meses más que nada, que no pude conseguir esa regularidad o continuidad por algunas lesiones. Pero yo creo que en el balance general, el hincha me tiene un respeto y un cariño, que es mutuo. Nunca me hicieron saber otra cosa.

- ¿Qué valor le da a Colo Colo dentro de su carrera?
- Fue buenísimo, porque pude vestir la camiseta del más grande de Chile, de un grande de Sudamérica. Una camiseta muy prestigiosa, muy pesada, de mucha historia. Siempre respeto a todos los clubes por los que jugué, pero los clubes grandes siempre tienen un mayor prestigio, un mayor valor, porque es importante jugar en un equipo grande que tenga historia, que signifique tanto en un país o en Sudamérica. Uno se siente orgulloso y valora el pasar por esos clubes. Y como te dije, en líneas generales, en los dos años y pocos meses que estuve, mi balance fue muy positivo, salvo en el último tramo. Ahí no me sentía pleno físicamente por la mala preparación que veníamos teniendo. Se vio a simple vista, post pandemia, a todos los lesionados que tuvo Colo Colo a lo largo de esos meses. Se nos hizo muy complicado. No solamente a mí, sino que a todo el plantel. Y más obviamente con la carga, los nervios, la tensión que había por la situación. Hoy en día están explotando un montón de jugadores que el año pasado eran muy criticados y que no se les valoraba. Ahora se les está respetando, porque se sienten plenos, se sienten bien, se sacaron una mochila muy grande de encima.

- ¿Le dolió que lo finiquitaran antes del partido con O'Higgins? Después venía el duelo por la permanencia...
- La verdad es que en esos últimos meses nada fue normal y lógico. ¿Qué quieres que te diga? Obviamente que yo no esperaba mucha cosa. Imagínate que a eso de septiembre, octubre, estaba cerca de firmar la renovación y todas las cosas estaban dadas para que sea así. Y de la nada las cosas fueron cambiando. Bueno, lo echaron a Espina... En esos últimos meses, siempre pasaron cosas que uno no entendía. Lo mío también lo noté un poco raro, en el sentido de que no esperaba saber (que no habría renovación)... O sea, en el fondo sí lo sabía, de que cada vez estaba mucho más lejos seguir, pero de ahí a que eso pasara antes de terminar un torneo o previo a una final, como la que teníamos por el descenso, la verdad es que fue extraño y no lo esperaba. Son cosas del fútbol, uno tiene que aceptarlas así como son y seguir adelante.

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ANDRES PINAPHOTOSPORT

- ¿Fue el momento más triste de su etapa en Colo Colo?
- Sí, porque no esperaba irme así. Fue triste y no me gustó para nada. Me hubiese gustado que las cosas sean de otra forma o no irme. O estar en este momento de Colo Colo, donde ya está todo mucho más relajado y se está trabajando de otra forma, con tranquilidad y con otro objetivo.

- ¿Y cuál fue su mayor alegría en Colo Colo?
- Yo creo que fue llegar y haber firmado. Hasta el conflicto, hasta los últimos meses, estaba impecable y la estaba pasando muy bien. La verdad es que disfrutaba cada día. El club me encantó. Es un club para quedarse muchos años y disfrutar de jugar en esa institución. Yo lo disfruté muchísimo. Me quedo con los mejores recuerdos, me quedo con lo lindo, con la gente, con los clásicos en que pude ser importante, que pude disfrutarlos con los hinchas. También la obtención de la Copa Chile y partidos importantes donde uno se sintió muy bien y muy valorado.

- ¿Le gustaría tener una revancha en Colo Colo o ya es un capítulo cerrado?
- Yo creo que por la edad, lo veo muy difícil. Tengo casi 34 años. Cumplo en unos días, así que lo veo difícil, pero a cualquiera le gustaría. También me preguntan si quiero volver a jugar a Boca y digo que sí, pero lo veo difícil. Sí me gustaría volver al fútbol chileno. A principios de año tuve la oportunidad de ir a La Serena, pero rechacé la oferta por venir a Uruguay. Más que nada por la cercanía, por lo familiar. Pero la verdad es que me hubiese gustado el desafío de estar de nuevo allá. Ojalá que el día de mañana lo pueda lograr.

- De Colo Colo pasó a Sud América. ¿El cambio ha sido muy brusco? De un club gigante a otro más pequeño...
- Sí, muchísimo. Se nota. Pero uno, en estas experiencias, valora dónde estuvo, todas las cosas que consiguió, porque yo también salí de un club muy chico de Argentina, de Tercera División, donde la luché. Hice muchísimos esfuerzos y después, en mi carrera, fui aumentando ese rango de categoría, de calidad, y me fui a Europa. Me fui a clubes grandes de Sudamérica, y uno, cuando vuelve a bajar, le da valor a todo el trayecto y el camino que consiguió a lo largo de los años. Así que sirve de experiencia. Fue un cambio muy grande, muy fuerte, que en un momento me costó asimilarlo, pero fue una decisión, un desafío personal, de cambiar de liga, de conocer el fútbol uruguayo.

Pablo Mouche defiende a Sud América, en la Primera División uruguaya.
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Pablo Mouche defiende a Sud América, en la Primera División uruguaya.

- ¿Y cómo va la experiencia en la liga uruguaya?
- Bien. En lo familiar muy bien. Mi familia la está pasando bien. Es un país muy tranquilo, se vive muy bien. La pandemia casi no se siente. Los chicos fueron al colegio del primer día que llegaron y todo funciona muy de buena forma. Es una ciudad muy tranquila. Y en lo deportivo, Sud América es un club recién ascendido. Estuvo varios años en la B y es un club chico que más o menos se parece a La Serena o a Melipilla. Su primer objetivo es permanecer en la Primera División y hoy estamos estamos bien en ese sentido. La única diferencia es que acá se juega con el promedio. Entonces, para un equipo recién ascendido es un poco más difícil, pero por ahora la llevamos bien. Estoy jugando todos los partidos, así que eso es muy importante.