La U recibe otra bofetada: Curicó Unido le gana en Rancagua

La U continúa sufriendo en el Torneo Nacional. Este sábado, el equipo de Esteban Valencia cayó por 2-1 frente a Curicó Unido en El Teniente y sumó su octavo partido en fila sin abrazarse. Los azules son duodécimos con 34 puntos, mientras que los torteros salieron de la zona de promoción: ahora suman 31 unidades.

Los azules salieron a la cancha con la idea de recuperar la sonrisa. Tenían claro que el margen de error se les había agotado hace mucho tiempo y, por ello, debían ser protagonistas. En el inicio no lograron consolidar una idea, más allá de que manejaron el balón a su antojo, pero a los 12' eso cambió. Desde la derecha, Aránguiz envío un centro perfecto y Larrivey avisó de cabeza ante Cerda.

A partir de tal acción, la U comenzó a crecer. Aunque no a raíz de grandes jugadas, sino más bien gracias al remate de distancia, una fórmula que, a veces, y de manera incomprensible, muchos prefieren obviar. Pero lo cierto es que Sandoval, Aránguiz e incluso Barrios se animaron. De ese grupo, el disparo del lateral fue el que pasó más cerca del arco de Cerda, a los 20'.

La U se ilusionaba. Sus hinchas, también. Y ese sentimiento creció sobre el final de la primera mitad, cuando Aránguiz y Sandoval volvieron a disparar. Esta vez, por la vía del tiro libre, siendo el últimos de ellos quien propició una tapada fenomenal de Cerda. El arquero respondía, mientras sus compañeros estaban al debe. Sin ir más lejos, no patearon una sola vez a la portería de De Paul en la etapa inicial.

Llegaron los goles... pero también la violencia

En el segundo tiempo, la U siguió con la misma tendencia. Respondiendo a un tiro desviado de Benegas, Cañete asumió el protagonismo a los 48'. Condujo desde la izquierda hacia el centro y con su pie derecho envió un misil que pasó demasiado cerca. Cerda se había estirado, pero no llegaba.

De todos modos, al minuto 52 el ex cruzado se iba a lucir tras despejar un cabezazo difícil de Larrivey. Es probable que los hinchas curicanos hayan aplaudido desde sus hogares, porque la intervención fue sencillamente genial. Al atacante argentino, por su parte, le tocó masticar la rabia.

Sin embargo, el destino le entregó una revancha a Larrivey a los 56': luego de un centro de Lobos, el trasandino ejecutó una volea en el área y acabó con la resistencia de Cerda. Fue un todo un desahogo para el goleador, que fue corriendo hacia la hinchada. Hubo abrazos, risas e incluso arengas.

"Sigan sometiendo, no aflojen", gritaba el Huevo Valencia tras el gol de Larrivey. Sin embargo, la frase no surtió efecto y Curicó lo aprovechó: se activó y marcó el empate a los 61' por medio de Leiva, quien aprovechó un envío de Opazo desde la derecha. La ley del ex se hacía presente en Rancagua.

Pero habría más. A los 75′, Leiva sirvió un tiro de esquina y Fritz, sin marca en el área, anotó de cabeza. El golpe fue terrible para el Romántico Viajero, que volvió al pantano. Ni Thomas Rodríguez, quien había ingresado por Aránguiz entre pifias, pudo darle un mano a su equipo: a los 83′ falló debajo del arco tras un pase de Gatica. Fue una escena que retrató el pésimo momento que vive la U, que tras el partido, incluso, fue amedrentada por algunos “hinchas”.

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