El calvario de un ex azul tras retirarse del fútbol: "Tengo dolor para hacer cualquier actividad"

- ¿Qué ha sido de su vida después de dejar el fútbol?
- Estoy radicado en Brasil desde este año. Me vine cerca de Porto Alegre, porque mi mujer y mis hijos son brasileños. Venía de vacaciones, pero como ya no estoy jugando, me terminé quedando a vivir.

- Su último club fue Deportes Temuco en 2019. ¿Qué más ha hecho en este tiempo?
- Acá en Brasil estoy bien metido con la compra y venta de terrenos, con una empresa que tengo, pero tampoco es una cosa que me genere mucho tiempo. Se mueve más o menos sola. Es algo que venía haciendo desde que jugaba. Más que todo, estoy aprovechando a la familia. Laboralmente, siempre traté de preocuparme de los años que iba a jugar, para después tener tiempo para mí y mi familia, y hacer lo que quisiera.

- ¿Y por qué decidió retirarse del fútbol?
- Porque físicamente me estaba sintiendo muy mal. Mis rodillas ya no estaban dando en los últimos cuatro años, que fueron bien complicados. Prácticamente me estaba infiltrando todos los días para entrenar. Al principio lo hacía para jugar, después lo hacía una vez por semana para poder aguantar los entrenamientos y ya en el último año me infiltraba a diario. Entonces, no es vida, porque después de eso es una muerte anunciada en lo físico. Tenía muy poca calidad de vida. Intenté, hice todo lo posible, pero en los últimos cuatro años me sentí mal.

- ¿Pero ahora sigue entrenando?
- Sí, entrenando y cuidándome, porque uno siempre fue deportista y sabe que, si come, toma y está sin esa disciplina del día a día, puede engordar. Me cuido para sentirme bien. Soy joven todavía. Y también me preocupo de mi salud, porque el fútbol me dejó muy disminuido. Prácticamente tengo dolor para hacer cualquier actividad. Hasta cuando me levanto de una silla, después de estar ahí un rato, me cuesta por mis rodillas y mi espalda. Y por eso uno se cuida, para poder fortalecerse.

- Teniendo en cuenta su juventud, ¿los problemas físicos le afectan en lo mental?
- Sí, te frustra. Pero tengo en cuenta que fue mi vida. Mi trabajo hizo que mi físico y mi cuerpo esté de esa forma. En un momento asumí que la máquina no funcionó más. A algunos les pasa y a otros no, pero yo venía arrastrando problemas hace tiempo. Lo que hoy día me preocupa es tener calidad de vida y no sentir tanto dolor, porque tengo problemas con las rodillas, perdí los cartílagos y tengo una hernia en la espalda por tanto impacto. Es bien jodido.

- ¿El retiro lo pilló bien preparado en lo económico?
- Al principio de mi carrera no me preocupaba mucho de eso, solo de jugar y tratar de tener un buen rendimiento. Pero a medida que va pasando el tiempo, sí, uno se va preparando. Después de los 24 años me fui preparando para saber que algún día iba a retirarme. Empecé a invertir, hice negocios y, por suerte, hoy tengo estabilidad y no necesito depender de nadie. Eso me da tiempo para estar con mi familia, que es lo mejor de todo esto.

- ¿Hubo algún equipo, después de Deportes Temuco, que lo quiso tentar para regresar a jugar?
- Me llamaron muchos representantes después que terminé en Temuco, para jugar. También algunos técnicos, para que lo siga intentando y que me iban a ayudar, pero ya no quería ser más irresponsable. Con Temuco cerré el ciclo. Antes, en Palestino, terminé muy mal físicamente y volver al fútbol en Temuco me costó mucho. Era imposible que sea llevadero diariamente. Después sí hubo ofrecimientos, pero los descarté todos.

- ¿Le dolió este retiro en las sombras? Me imagino que le hubiese gustado despedirse en una cancha...
- Sí, obvio. Como está el comienzo de todo, también está el término, y es súper importante. Pero no hubo un término. Se cerró un ciclo por obligación, pero lo sabía desde antes, lo venía asumiendo. Me hubiese gustado un término diferente, con más minutos, y haber decidido retirarme. Yo creo que ahí está el gran valor de todo esto. Hay jugadores que deciden retirarse y otros que tienen que hacerlo por otros motivos. Las lesiones fueron mi retiro. Yo no decidí dejar la actividad.

- ¿Cómo evalúa su carrera?
- Irregular, con altos y bajos, que es normal cuando estás en un deporte de alto rendimiento. Aproveché muy bien los altos, porque estuve en el momento indicado. Cada vez que estaba en un buen momento, tuve la posibilidad de jugar, de demostrar, de que me tengan en cuenta. Eso me queda guardado. Pero también fui irregular por las lesiones, porque de repente uno se empieza a frustrar cuando las cosas no salen, de que físicamente no te sientes bien... Tu cabeza quiere una cosa y tu físico no responde. Y ahí empieza todo un calvario. Pero sí, mi carrera podría haber sido mejor y yo, más maduro.

- ¿Cuál fue su mayor alegría en el fútbol?
- Haber representado a mi país. Ser nominado a la Selección fue una de mis buenas alegrías. Uno no dimensiona lo que te puede dar eso, lo que significa. Hoy en día uno mira para atrás y puede sacar muchas cosas en blanco.

- ¿Y la gran pena de su carrera es...?
- El no haber podido quedarme más tiempo en la U. Mi carrera comenzó con una salida un poco abrupta. Nunca pudo estar todo limpio, tranquilo... Me hubiese gustado jugar un par de años más en la U y haber salido un poco más maduro. Salí joven, con poca experiencia y en la U estaba disfrutando el momento. Es la espina clavada que tengo.

- En resumen, dice que está dolido por cómo terminó su carrera. ¿Pero ahora cómo se siente?
- Bien. Ya han pasado dos años... A veces están esos recuerdos, y uno piensa en lo que hizo y no hizo. Pero generalmente me siento orgulloso de lo que pude hacer, y nunca se me pasó por la cabeza querer volver a jugar. Empecé la vida como toda la gente y que ha sido diferente, pero buena, con cosas que antes no podía hacer por tiempo, por el fútbol, viajando. Sin embargo, hoy ya me puedo estabilizar en un lugar con mis hijos, mi familia, y eso me hace feliz.