ORTEGA
Adiós, Larrivey
El hermetismo es máximo en la U, así que probablemente habrá que esperar un buen tiempo para conocer de primera fuente las razones oficiales de la salida del goleador.
Si consideramos solo la influencia de cada jugador en la suerte final de su equipo, Joaquín Larrivey es indiscutiblemente el refuerzo más trascendente del fútbol chileno durante las últimas dos temporadas. Sí, más incluso que Fernando Zampedri y Leonardo Gil, porque ambos destacaron en un contexto táctico que potenció sus aportes, lo que en ningún caso les quita méritos. Universidad Católica y Colo Colo lograron un funcionamiento colectivo propicio para andar bien, pero en Universidad de Chile Larrivey tuvo que pelearla muy solo.
En 74 partidos disputados, el argentino anotó 43 goles, una marca impresionante. Por si esto fuera poco, además el 48 por ciento de los tantos de la U los convirtió el ariete trasandino, otra marca impresionante. Sin embargo, lo llamativo en todo esto es que hace poco le informaron que deberá buscar un nuevo club. No seguirá vistiendo la camiseta azul y muchos (principalmente, los hinchas de Universidad de Chile) todavía no salen del asombro por la determinación adoptada.
Desde hace un tiempo, el hermetismo ha sido máximo en el cuadro azul, así que probablemente habrá que esperar para conocer de primera fuente las razones oficiales de la salida de Larrivey. Incluso, el goleador en conversación con AS admitió que aún no entiende qué pasó. Claro, porque el nuevo presidente del club, Michael Clark, le había asegurado que no se marcharía. Así lo manifestó el propio Larrivey.
Buscando una explicación, inmediatamente emerge su edad como argumento para justificar el adiós de Larrivey. Es la fácil, no caben dudas. Tiene 37 años y, si se hubiera quedado en el club, iba a cumplir 38 en agosto del 2022. Es cierto puede parecer una edad importante para actuar en un equipo grande del país, pero esto no significó nada en su paso por la U. Salvo las lesiones propias y el desgasta natural de todo delantero, jamás experimentó una marginación prolongada de las competencias. Siempre estuvo en todas y la suplencia fue solo un breve paréntesis cuando el DT era Rafael Dudamel. Además, no se perdió ni un entrenamiento, lo que da cuenta de que su forma física es óptima.
El plano psicosocial tampoco puede ser argüido para justificar la partida del argentino. Hoy día, prácticamente todo se sabe y del tipo, aparte de las señales de buena gente que dio en todo momento, jamás se supo que anduviera armando líos en la dinámica interna del plantel. Es más, en el instante en que Dudamel lo sacó del equipo, no hizo ni un problema. Soportó estoico la situación, cuando lo fácil hubiera sido confrontar al DT venezolano. Claro, la U empezaba a dar señales de que la cosa vendría mal y, con él afuera, la sensación fue que Larrivey era como el principal responsable de lo que estaba empezando a pasar.
Lo concreto es que solo quedan dos aristas para explicar que el goleador se haya marchado. La primera tiene que ver con el tema económico: pidió mucha plata y el club está iniciando una etapa de austeridad, por lo que no hay dinero incluso para un hacer sacrificio por Larrivey. Estemos claros en que, al respecto, habrán hartas especulaciones. Basta que desde adentro del club suelten que el jugador lanzo el tiro muy alto en sus pretensiones monetarias y paulatinamente la idea se comienza a instalar.
Lo otro guarda relación con una decisión futbolística. Puede ser que a Santiago Escobar no le agrade la forma de juego del ex goleador azul. Que la impronta que le otorga a sus equipos el DT colombiano incluye la presencia de un centrodelantero con otras características tácticas individuales. Tal vez, por esa razón el elegido para el puesto hasta hoy sea solo Ronnie Fernández. El ariete chileno, por ejemplo, abandona con más regularidad el eje ofensivo para involucrarse en la construcción de juego y entrega menos referencias de marca, lo que hace que el ataque no sea tanto de ir por los costados y lanzar centros.
Si así fuera, solo lo sabremos cuando Escobar ya esté en el país y semanalmente vaya conversando con la prensa. Seguramente, el primer tema que tendrá que aclarar será por qué Larrivey ya no está en el plantel. Eso en las palabras, porque finalmente cuando la U empiece a mostrar su nueva fisonomía futbolística sabremos si el motivo del adiós del goleador se debió a su incompatibilidad con el modelo de juego que los azules intentarán desarrollar.