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ENTREVISTA AS

"Lo mejor que me tocó vivir": el valioso recuerdo de un campeón con la U

Albert Acevedo dialogó con AS para abordar su salida de O'Higgins, pero también recordó los 10 años del título de la Sudamericana: "Todos gozaban con el juego de la U".

"Lo mejor que me tocó vivir": el valioso recuerdo de un campeón con la U
APIFOTO/PHOTOSPORT

Albert Acevedo se encuentra en una etapa crucial de su carrera en el fútbol. Con 38 años, acaba de desvincularse de O'Higgins tras una década en el club y continuará su carrera en Magallanes. El zaguero está identificado con el elenco de Rancagua, aunque tuvo un importante paso por Universidad de Chile, obteniendo la Copa Sudamericana en 2011 y un tricampeonato nacional. En una extensa charla con AS, Acevedo abordó lo que viene en su carrera, pero también reveló detalles de la notable campaña que elevó a los azules a la cima del continente. Sampaoli, Edu Vargas, Charles Aránguiz, Canales, la final ida en Quito ante Liga Universitaria... Imperdible.

"Cada vez que aparece el 14 de diciembre, uno lo conmemora y lo hace con mucha alegría. Hay un partido que los hinchas de la U lo recuerdan harto, que fue la final de ida, el 8 de diciembre, también me lo hacen saber. Antes de que estemos celebrando, recibo mensajes y saludos de cariño. Eso obviamente que es gratificante y me pone contento que también se acuerden de mí, por ese período que estuvimos en el club", cuenta Acevedo.

- ¿Siente que no fue hace mucho el logro?
- Ya pasaron 10 años, no pareciera que fuera tanto, para mí pasó todo tan rápido. Es como si hubiese sido ayer que estábamos ganando esa Copa. Es inevitable volver a recordarlo y recordarlo con alegría. Va a pasar el tiempo y se va a seguir recordando hasta que la institución pueda volver a coronarse en un torneo internacional. Desde el punto de vista de los jugadores, van pasando los años y uno le va tomando más peso al logro obtenido en esa época. Me decían que cuando pasaran los años el logro iba a ser recordado y es verdad, hoy mucho más valor tiene eso.

- El título es notable para el fútbol chileno que solo registraba la Libertadores de Colo Colo en 1991. ¿Está de acuerdo en que el gran legado del equipo es también la forma de juego que exhibió?
- Sí, completamente. La forma del equipo y la fuerza del equipo era el colectivo. En un comienzo había buenos jugadores, pero ninguno tenía la chapa de cracks que tienen hoy día. Charles era un buen jugador, el Edu (Eduardo Vargas) también pero no había jugado mucho el año anterior. Charles (Aránguiz) había ido a préstamo a Quilmes y había vuelto. De Marcelo Díaz ni hablar, había vuelto de La Serena y se quería ir a Huachipato, porque no iba a tener cabida. Podemos contar un montón de historias más, de buenos jugadores, pero que aún no se transformaban en lo que terminaron siendo. También estaba la vuelta de Johnny (Herrera) a la institución. Gustavo Canales había hecho buenos torneos en La Serena, había llegado a Unión Española y se termina consolidando en la U. Podría nombrar a un montón de jugadores, de los titulares y de los que participaron en menor medida.

- Era indudablemente una gran fuerza colectiva…
- No era un plantel de 11 jugadores, era un plantel de 20, de 18 jugadores, que participaban regularmente. Había tantos partidos que la mayoría participaba permanentemente en las competencias. Algunos quizás con una titularidad más holgada y otros participaban. Podía haber cinco o seis cambios y el equipo rendía igual. Para mí, el tema colectivo fue lo más importante como sostén de equipo. Ni hablar de la Copa que hizo Edu. Nosotros buscábamos a Edu y Gustavo y marcaban la diferencia. El resto con la pala y el sombrero seguíamos trabajando.

- ¿Destacaría a algún otro jugador?
- Si en alguien tuviéramos que reflejar el tema colectivo ni hablar de Charles. Hasta el día de hoy, con su experiencia y con su trayectoria, sigue jugando para el equipo, sigue colaborando en ese sentido. Entonces, ese equipo tenía muchas de esas cosas, tenía esa mística. Esa cosa que se huele, que se palpa, que no se compra, que tiene que ver con el esfuerzo y con el talento de cada uno, que termina llevándote a grandes niveles de rendimiento.

Acevedo junto a Sampaoli en su etapa en la U.
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Acevedo junto a Sampaoli en su etapa en la U.

- El equipo tuvo un reconocimiento transversal en su momento…
- Todos gozaban con el juego de la U y destacaban eso. Tú te encontrabas en la calle con hinchas de otros clubes y te felicitaban. Tengo amigos que eran hinchas de otros equipos y del archirrival y tomaban su tiempo para ver a la U. De más pequeño, yo también lo viví y lo palpé en el ambiente cuando Colo Colo ganó la Copa Libertadores. Como que el fútbol chileno se abanderizó con la U, después se volvía al Campeonato Nacional y cada uno veía lo suyo. En ese momento, yo sentía ese ánimo del resto de las personas, no tan solo de la gente simpatizante de la U.

- ¿Cómo era el Sampaoli de esa época?
- Mira, cuando él vuelve de Ecuador a Chile, mantuvo su forma de entrenar y también su estilo de juego. Yo lo había conocido en O’Higgins, con la presión, con la intensidad, con un juego quizás más directo que elaborado. Así comenzó y así estuvimos en toda la campaña que estuvo en Universidad de Chile. Cuando él va a la Selección, y siento que es también parte del entrenador reflexionar, modifica un poco su forma de juego. No en la presión ni en la intención, pero sí en la elaboración. Tenía jugadores de distintas características, con mayor juego asociado y podía hacer otras cosas. Él entiende que hay que darle un giro a su idea de juego, porque también los rivales te van conociendo y empiezan a buscar estrategias para contrarrestarte. Yo creo que en ese sentido Sampaoli fue inteligente.

- ¿Remarcaría ese rasgo de él?
- Ha sido súper inteligente. Siento que si bien tiene una idea madre y patrones de juego que están establecidos, que al margen de cuál sea la estrategia los sigue trabajando igual, sí la forma siempre se va modificando y se va adecuando a la cultura, a los jugadores, a todo esto, que rodea al fútbol y al juego en sí. Pero al profe siempre lo vi con una obsesión por su trabajo, por el juego.

- ¿Recuerda alguna anécdota al respecto?
- Como lo veía que siempre se movilizaba muy rápido, no me acuerdo cómo le dije, pero una vez le dije como que se cuidara. Y su respuesta fue. ‘Albert, yo manejando pierdo tiempo, podría estar viendo videos o haciendo otras cosas’. Entonces cuando la respuesta es esa inmediatamente me doy cuenta de la forma cómo vive el fútbol, 24/7 prácticamente. Si trasladarse para él era perder tiempo, porque podría estar realizando cualquier otra actividad relacionada al fútbol para mejorar, entiendo cómo su cabeza debe estar explotando y la ansiedad que siente para preparar las cosas.

- ¿Cómo lo visualiza hoy en el Olympique de Marsella?
- Siento que ha ido creciendo. El paso por la U y luego por la Selección lo termina por ubicar en la primera línea de los entrenadores del mundo. Le ha tocado dirigir equipos importantes y todo, y siento que cuando empiece a conseguir torneos no va a parar.

- Por último, ¿cuál es su balance del paso por la U?
- Es extraordinario, con logros deportivos, fue lo mejor que me tocó vivir. Quizás no en la parte última de los tres años, pero siempre estuvimos en la buena. Siempre consiguiendo títulos, siempre en la pelea, jugando además semifinales de Copa Libertadores, Copa Chile también. No tengo algún recuerdo de alguna situación mala que me haya tocado vivir. Fue un período súper lindo, no solo para los jugadores, sino que también para los hinchas de la U. Después salieron campeones con otros entrenadores, pero me imagino que de los últimos años ese período es el que más recuerdan de la institución. Eso también nos pasa a los jugadores que participamos en ese tiempo de la U.