La voleibolista nacional Beatriz Novoa se ha convertido en una de las deportistas chilenas más destacadas del último tiempo. Emigró a Argentina a los 17 años y uno más tarde fue fichada por el Barcelona. Un ascenso que sólo pudo frenar la pandemia y que la obligó a retornar primero, y luego a vivir una pequeña temporada en Perú.
“Fue algo súper rápido, se suspendió la liga, torneos, todo. Yo estuve la mitad del torneo la primera vez que vine, entonces quería volver aquí para estar toda la temporada completa”, le cuenta AS la punta receptora desde España. “Tenía la espina de volver, así que estoy contenta. Quería ir con todo”.
- ¿Cómo se siente regresar a competir en España? - Muy contenta. Son dos ligas súper diferentes, pero como yo ya había estado en Europa siempre sentí que la española era más competitiva que la peruana y que había más refuerzos. Sabía lo que me venía, ya conocía algunos clubes y jugadores. Tuve una buena pasada en Perú, pero España es un poquito más potente y competitiva, entonces es buenísimo, siempre estoy aspirando a algo mejor y también a mejorar.
- ¿Cómo fue la experiencia de estar en Perú? Allá tienen el voleibol más inserto en su cultura y usted fue una de las mayores figuras de la liga... - Fue súper lindo cómo lo viven. Había ido muchas veces a Perú a competir, pero solamente Sudamericanos por Chile o Panamericanos. Nunca había vivido ahí, nunca había jugado en la liga, no sabía cómo era, y te juro que es un ambiente impresionante. Es muy lindo porque la gente lo vive de otra manera, les encanta, se ven todos los partidos, te escriben. En el partido que jugué bien, donde metí 40 puntos, toda la gente estaba gritando como loca, y más que alabándome a mí, era para todo el equipo, por todo lo que había mejorado. La liga es mejor que la chilena y que varias de latinoamérica.
- Esos 40 puntos fueron un récord histórico, ¿qué siente con eso? - Juro que me costó creer cuando me lo dijeron al salir del partido. Me pone feliz ver lo que he mejorado en todos estos años que llevo jugando, pero no es solo un premio para mí, también del equipo. En el vóley dependemos de la otra, en este caso estaba Paula Salinas jugando conmigo y ella es la que me dejó las pelotas tan bien para que yo les pegara. Me costó tomarle el peso al principio, pero ahora que lo pienso y me acuerdo del partido se me ponen los pelos de punta.
- ¿Cómo se ha sentido en sus primeros meses con el Barcelona? - Súper contenta. Subieron a Primera División y me llamaron. Me mostraron al equipo, a qué querían aspirar y me gustó. Me enamoré mucho y me dieron muchas ganas de venir. Entonces, cuando llegué acá fue como una mezcla de alegría, ganas y ansiedad.
- Además de usted, varias chilenas están emigrando al extranjero ¿Cómo ve el momento de las voleibolistas nacionales? - Siento que el voleibol chileno va subiendo, va con todo. El hecho de que muchas jugadoras estén saliendo va a hacer que la actividad mejore y se vean cosas a nivel internacional muy buenas, que es a lo que aspiramos con la selección. A mí me pone muy feliz que muchas chicas de 17, 18 años, están saliendo al extranjero. Es duro, yo lo viví con 17, pero es posible. Yo estuve de chica en otras generaciones y creo que esta es diferente. Eso va a ser muy bueno .
- Ya tiene 20 años, todavía es muy joven pero con una trayectoria extensa en Chile, Argentina, Perú y España. ¿Cree que es su momento de ser una líder dentro del equipo en Santiago 2023? - Cómo te decía, somos una selección de proyecciones. Hay muchas chicas que tienen 17, 18. Entonces yo soy como una de las grandes y creo que sí, que varias de las mayores vamos a ser líderes en Santiago 2023. Era lo que aspirábamos y se viene con todo. De verdad hemos esperado mucho para eso, entonces estamos con unas ganas tremendas.