ENTREVISTA AS
El giro radical de Wilma González: “Empecé a tener excesos, hasta que un día dije ‘basta’”
La modelo e influencer dio un giro radical a su vida hace algunos años. Hoy es personal trainer y se dedica de lleno al deporte: “En algún momento me descuidé mucho”.
Wilma González (37) se transformó en una figura del deporte. La modelo e influencer española, que ganó popularidad en nuestro país en 2012 gracias al reality Mundos Opuestos, decidió darle un giro a su vida hace algunos años y retomar la actividad física de alta intensidad. “Te voy a ser muy sincera, cuando engordé en el reality, ahí hice como el clic de ‘algo tengo que hacer’. No podía seguir alimentándome mal, porque todo va ligado, no es solo entrenar, sino también la nutrición”, señala la también personal trainer en diálogo con As.
En medio del lanzamiento de la nueva bebida Reign en el Parque Padre Hurtado, González habla, además, de sus inicios en el crossfit, una disciplina en la que se transformó en figura reconocida. “Conocí el mundo del crossfit y ahí me apasioné. Encontré que formaban atletas, sin serlo a nivel profesional. El entrenamiento del crossfit te va formando, en un nivel que cuesta años, y te da cualidades deportivas y físicas”.
- ¿Cuándo se metió de lleno en el deporte?
- Desde pequeña iba a clases de danza, hacía esquí, siempre me apasionó hacer actividad física. Pero en algún momento del camino, quizá trabajé mucho de noche, empecé a descuidarme mucho, dejé de ir al gimnasio, dejé de tener rutina, en todo tipo de aspectos en mi vida. Empecé a tener excesos, alcohol… hasta que un día dije “basta de esto”. No me gustaba cómo me veía ni cómo me sentía. Empecé por lo típico, inscribirme a un gimnasio. Después conocí el mundo del crossfit y ahí me apasioné. Después estuve en fitness, que eso fue más que todo por un tema estético. Pero el crossfit me mantuvo, incluso con trabajo en la pandemia, ya que daba clases online. Ahora veo estas competencias y quiero estar de nuevo (risas).
- ¿En qué momentos prefiere realizar deporte?
- Normalmente prefiero hacer deporte en la mañana, pero todo depende de cómo tenga los tiempos en el trabajo. O si tengo algún contratiempo con mi hijo. Soy mamá, entonces bueno, de repente no puedo realizar todo como a mí me gusta. Cuando yo estoy power, es siempre en la mañana. Siempre entreno 5 o 6 días en la mañana, descanso solo uno. Si no me queda más remedio, entreno a las ocho de la tarde, pero no me queda más remedio.
- ¿Hay alguna otra disciplina que practique?
- Yo esquío, y ahora quiero aprender a hacer snowboard, que no se me da bien (risas). Quiero reforzar esa parte. Y hacer un poquito más de gimnasia. Quiero tener más habilidades en esas áreas, que me faltan.
- ¿En qué aspectos ha mejorado su vida el deporte?
- En todo. Yo nunca he tomado antidepresivos ni ningún fármaco, pero como digo, es el antidepresivo natural. Yo el día que no entreno, estoy de mal humor. Cuando tengo mucho trabajo, hay veces en que no entreno, como esta semana. Ahí me cambia el humor. En la sicología es una ayuda total. En la parte física, más superficial, también ayuda y te hace sentirte bien. Yo tengo 37 años, trabajo un montón, soy mamá, y hacer deporte te hace sentir mucho más fuerte. En la salud también ayuda. Ser deportista en los tiempos pandémicos en que vivimos es fundamental. Yo tengo asma, tengo alergia respiratoria y no tengo tanto problema cuando me enfermo. Haciendo deporte, no estás exento de nada, pero llevas una vida más saludable y de eso no hay duda.
- ¿Algún consejo para quienes recién comienzan?
- Que le den con todo, pero que se asesoren. Cuando uno se enfrenta a hacer deporte, es importante que haya un profesional que te ayude. Pueden ir a un gimnasio, a una clase grupal, a crossfit. En el crossfit no todos se lesionan, como se cree, tiene clases de iniciación, y no los ponen a todos a hacer los ejercicios más exigentes. Todo tiene un proceso, pero tienes que estar con profesionales que te orienten. Porque, imagínate, si empiezas y te lesionas, ya no vas a querer volver nunca más, te genera una especie de trauma. Al principio cuesta, quedas molido, te duele el cuerpo. A mí a día de hoy me preguntan “¿te duele entrenar?”, y sí, todavía, pero ese dolor es gratificante después. No conozco a nadie que haya empezado a entrenar con una rutina y después lo haya dejado. Normalmente la gente que empieza, ya se queda con este hábito.