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“Mi mamá sacó la cara por mí”: la chilena de 18 años que está en Santiago 2023 y cambiará su apellido

ENTREVISTA AS

“Mi mamá sacó la cara por mí”: la chilena de 18 años que está en Santiago 2023 y cambiará su apellido

Arantzazu Miranda es halterófila y debuta el próximo martes en los Panamericanos: “Mi familia está más feliz que cuando Chile fue campeón de América”.

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“Una duda: ¿podrías ponerme Arantzazu Miranda en la nota?”. Esa es la primera frase que lanza la halterófila de 18 años, de apellido paterno Pavez, justo antes de iniciar esta entrevista con AS. La deportista de Under Armour explica el motivo: “No es mucho lo que puedo contar. La verdad es que no me llevo bien con mi papá, y siento que mi mamá ha sacado la cara por mí. Es una forma de agradecerle, de honrarla”.

No obstante, señala que prefiere no ahondar demasiado en ese tema y centrarse en lo más grato. Por ejemplo, en qué ha significado, a su corta edad, formar parte del Team Chile y vivir la experiencia de una Villa Panamericana.

“Entrar fue muy bacán, ver los logos de Santiago 2023 y Panam Sports, ver todo organizado, las banderas en las torres. Ver a todos los deportistas, desde Brasil, Uruguay, Ecuador... Y poder compartir con ellos. Chile, por ejemplo, está al lado de Canadá. ¿Inglés? Muy poco (ríe), pero no falta el saludo. Los voluntarios también son súper amables”, dice la levantadora de pesas, que competirá este martes en categoría +81Kg.

- ¿Cómo inició su afición por el levantamiento de pesas?

- Yo me metí a las pesas de cueazo (ríe), pa’ qué estamos con cosas. Yo estaba en el colegio, al frente del Comité Olímpico, y un profe fue a reclutar niños. Hicieron unas pruebas muy básicas y quedé. Me invitó a ir y todos los días me gustaba más. Siempre aprendía algo nuevo o subía mis marcas. Mi familia decía ‘máximo esta hueá le dura dos semanas’ (ríe). Así que sorprendí a todos.

- ¿Y desde un comienzo lo tomó en serio?

- Siempre tuve la duda, nunca había visto las pesas, me metí así de la nada. En mi primera competencia quedé cuarta. Y me metieron ahí como a la mala, porque no debí haber competido, ya que no cumplía con la edad, era muy chica. Y ahí quedé con el hambre de ‘quiero sacar el primer lugar’. Y después de eso, al año y medio, por ahí, me avisaron que podía pelear el cupo para un Sudamericano y me di cuenta que tenía nivel.

- ¿Tiene alguna referente? Leí que Fernanda Valdés fue una de ellas.

- Sí, pero ya la conozco mucho más y la siento como una par. Creo que referentes en pesas no tengo. Me gusta Simone Biles. La encuentro muy seca, que haya destapado la olla y que haya revelado la parte detrás del deporte, porque todos ven lo bonito, pero no saben como uno se siente, el estrés... Ella fue muy valiente al soltar eso.

- ¿Usted ha sufrido algo así?

- Sí, se siente el estrés, la frustración. Cuando quieres hacer un peso, pero te duele algo y no lo puedes hacer. Nosotros ocupamos el cuerpo, la fuerza bruta y sin eso... A mí me pasó que en mi primer Mundial afuera me fui a blanco, en el último momento se me dobló el codo, me lo luxé y ahí estuve con un trauma. Me daba miedo volver a repetir los mismos pesos. Incluso volver a Chile, porque sentía que no valía nada.

- ¿Cuál es su objetivo para estos Panamericanos?

- Siendo sincera, soy juvenil todavía, y esta competencia es adulta. Mi principal objetivo es hacer un seis de seis. Quiero dar mi mejor nivel y si eso tiene resultados, la raja. Vivir unos Panamericanos adultos es como... nada en oro (ríe). Y que sea en Chile, me da mucho orgullo. Cuando te pasan el bolsito y entras a la Villa y lees ‘Santiago 2023′... Te sientes bacán de ser chileno.

- ¿Y su familia cómo reaccionó cuando supo que usted estaría presente?

- Dijeron ‘vamos a comprar entradas’ y dejaron pasar los días y ya se habían acabado (ríe). Pero al final nos regalaron, así que van a ir. Cuando supieron que yo estaba peleando el cupo para estar en los Panamericanos, estaban todos saltando en una pata. Más felices que cuando Chile fue campeón de la Copa América (ríe).