“Queremos sacarnos la espinita de los Juegos Olímpicos; nuestra idea es ir a lo grande”

Una de las parejas más laureadas del último tiempo en el deporte chileno es la de Antonia y Melita Abraham. Con medallas en Juegos Panamericanos y Copas del Mundo, las mellizas renuevan objetivos y se trazan el más ambicioso de todos: asistir, por primera vez, como dupla a unos Juegos Olímpicos. En 2016, Melita logró participar en la cita de los anillos que se efectuó en Río de Janeiro, pero para ello debió cambiar de categoría y, por consiguiente, de pareja. Ahora, el desafío es distinto.

“Todavía estamos ahí, con la espinita. Es un sueño que no hemos podido cumplir juntas y nuestra mayor ilusión está puesta en eso, en clasificar. Una vez ya allá, queremos estar en una final olímpica, nuestra idea es ir a lo grande. Tenemos que ir pasito a pasito y cumpliendo cada meta. Pero sí, es algo que tenemos dando vueltas, queremos sacarnos esa espinita y lo vamos a lograr”, declara Antonia, en diálogo con As. La deportista de Red Bull repasa en esta entrevista los próximos retos de la pareja.

- Publicó hace unos días en Instagram que agosto se venía muy duro en cuanto a entrenamientos. ¿Qué tal ha estado?

- Llevamos dos semanas ya al cien por ciento y hemos hecho demasiada carga. Ha estado muy duro. Hemos llegado a remar 55 kilómetros diarios, más las sesiones de pesas, más las sesiones de ergómetro, hemos acumulado mucho y preparando toda la base para los Juegos Odesur.

- En septiembre es el Mundial adulto y, posteriormente, los Odesur. ¿Cómo ha sido la preparación para esas competencias?

- Ahora no vamos a ir al Mundial, nos dijeron hace un par de días que no íbamos, porque vamos a priorizar los Odesur. La preparación, como te decía, ha estado súper dura. Nos queda un poco más de mes y medio así que estamos trabajando mucho y muy motivados para poder rendir de la mejor manera.

- Junto a su hermana son referentes de un deporte que, en Chile, no es tan masivo, y han logrado inspirar a otras chicas. ¿Le gustaría dejar un legado?

- Sí, con la Melita somos referentes y nos gustaría dejar un legado en el remo. Siento que ahora hemos estado muy enfocadas en nosotras, y en tratar de sacar nuestro máximo rendimiento, entonces eso igual nos limita un poco a poder estar con los chicos, y armar actividades con ellos. Cuando tengamos tiempo, nos gustaría fomentar eso.

- A sus 25 años, ¿considera que han alcanzado una madurez deportiva que antes no tenían? ¿En qué se nota?

- La verdad es que sí. Llevamos ocho años en el alto rendimiento y siento que recién estamos alcanzando la constancia. En entrenamientos se ha notado y se ha visto después en resultados. Eso nos da mucha confianza para seguir trabajando el bote y seguir con toda la ilusión.

- Uno de los desafíos más importantes, además de los Juegos Olímpicos, es la defensa del oro en los próximos Panamericanos de Santiago 2023. ¿Hay más presión por el hecho de ser locales?

La presión está. Somos anfitriones. Pero nosotras vamos seguras, porque hemos hecho un buen trabajo. Y todavía nos queda mucho trabajo por hacer. Sé que vamos a llegar de la mejor forma al Mundial previo a los Panamericanos, y luego a Santiago 2023. La presión al final la sienten los que no están tan preparados. Yo tengo la tranquilidad de que vamos a rendir bien. Todos los días acá suman y no hay tiempo que perder.

- Tanto el remo como el canotaje se quedarán sin Curauma debido a los problemas con Esval. ¿Qué opinión les genera eso?

- Es una pena. Curauma es una de las mejores pistas de Latinoamérica, y nos da pena no poder competir acá. No poder mostrarle al remo sudamericano lo que tenemos en Curauma. Nos vamos a tener que ir para Concepción y… bueno, allá es nuestra casa, así que no creo que nos veamos tan afectadas. También tenemos una buena pista allá. También tiene ciertos pros.

- Finalmente será en Laguna Grande. ¿Es algo que las desfavorece?

Lo único que podría marcar un poco la diferencia es el tema del oleaje, del viento. Al final, en Laguna Grande es mucho mayor que en Curauma, pero las condiciones van a ser para todos iguales. Hay que saber adaptarse y entrenarlo, para poder sacar lo mejor de cada una. Si remamos como sabemos, no debería haber ningún problema. La embarrada queda cuando te empiezas a desesperar.