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LA ROJA

La noche más tensa de la Roja fue así: Milad, los cánticos y una larga espera

Este jueves se vivió una de las jornadas más complejas que se recuerden en la Selección: un público molesto, Berizzo dejando su cargo sin aceptar preguntas, jugadores abatidos...

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La noche más tensa de la Roja fue así: Milad, los cánticos y una larga espera
ANDRES PINA/PHOTOSPORT

El empate de la Roja ante Paraguay golpeó a la Selección como pocas veces antes se vio. Jugar como local ante un rival, en teoría inferior, y con un hombre más durante gran parte del partido, le otorgó al combinado nacional una presión que, finalmente, no logró manejar. “Teníamos que estar más tranquilos”, se recriminó Alexis Sánchez tras el partido. Lo cierto es que el ambiente tenso que hubo tampoco ayudó.

En el Estadio Monumental, cerca del minuto 70 comenzaron los primeros gritos, enfocados principalmente en Eduardo Berizzo. El público reprobaba sus modificaciones. Muchos, en la Tribuna Océano, pedían a Vicente Pizarro y Darío Osorio, pero el estratega argentino se decidió por ingresos sorpresivos como Felipe Loyola y Maximiliano Guerrero. El reloj seguía corriendo y la desesperación del público era cada vez mayor.

Al final, con la igualdad sin goles ya materializada, la hinchada en el recinto se unió para un cántico en contra del ahora ex DT del equipo: “Ya se va, ya se va, Berizzo ya se va”. Eso, cerca de las 23:30 horas. Si bien el punto obtenido no ayudaba para las aspiraciones de la Roja, no había certeza de que el argentino renunciara en medio de una doble fecha clasificatoria, a cinco días de un partido crucial contra Ecuador en Quito.

Por eso extrañó tanto en la prensa que, cerca de las 00:30 del viernes, aún no apareciera el estratega en la sala de conferencias, y que tampoco ningún futbolista se hubiese asomado en la zona mixta, donde algunos de ellos suelen conversar con los medios. La espera fue mucho más larga de lo habitual y, en ese lapso, sólo se dejó ver el médico de la Roja, Jorge Cheyre, con un semblante preocupado.

Finalmente, Berizzo concretó su renuncia en una acotada conferencia de prensa que se extendió apenas por un par de minutos y en la que no aceptó preguntas. Luego, pasó por zona mixta, donde no quiso hablar. Los únicos futbolistas de la Roja que se detuvieron fueron Alexis Sánchez y el capitán, Gary Medel. Ambos, abatidos, sin ganas de decir mucho. ¿Pablo Milad? Aprovechó que los medios estaban concentrados en el ‘Niño Maravilla’ para salir por una puerta lateral.

Así fue la cronología de una de las noches más difíciles que se recuerden en la Roja. Ahora, Nicolás Córdova se hará cargo de un equipo alicaído, pero que necesita conseguir unidades ante Ecuador para no quedar todavía más rezagado en la tabla de posiciones y agudizar la crisis de la Selección, que ya se ha prolongado por mucho.

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