Entrevista AS
Dejó un equipo grande y ahora no descarta el retiro: “Todos los años evalúo si continuar o parar”
Tras marcharse de Cobreloa, Roberto Gutiérrez debe definir su futuro. “Sería un sueño dar un paso al costado en Católica”, expone el ‘Pájaro’.
La etapa de Roberto Gutiérrez en Cobreloa llegó a su fin. El atacante de 39 años no renovó su contrato con el club y ahora debe analizar su futuro. Si algún equipo toca su puerta, el ‘Pájaro’ evaluará la opción, pero tampoco descarta el retiro. Así lo deja claro en una conversación con AS.
“Hay tristeza en lo personal y lo grupal por no conseguir el objetivo, que era devolver a Cobreloa a Primera, pero así es el fútbol. Nos quedamos muy tranquilos y nos vamos con la frente en alto por la gran campaña futbolística”, afirma Gutiérrez, quien como loíno disputó 26 encuentros, 21 como titular, y marcó cinco goles.
- ¿Y en lo personal? ¿Cumplió o quedó al debe?
- Creo que soy súper autocrítico. Siempre quiero más y me hubiese gustado haber terminado de otra manera. Lastimosamente, tuve una lesión importante (fractura en la secta vértebra cervical) y me impidió estar en el final del torneo. Me quedo con ese trago amargo... Después, haber jugado la mayor cantidad de los minutos, en altura, y con la campaña que hicimos, me deja bastante tranquilo.
- En su carta de despedida en Instagram, usted dijo que su hija necesitó ayuda profesional por extrañar demasiado a la familia. ¿Cómo vivió ese episodio?
- Fue complicado. A veces, el trasladar a la familia, salir, es difícil. Y cuando estás muy lejos, es más complicado, porque es difícil ir a visitar a la familia, estar ahí. Sacar a mi hija de siete años, de su zona de confort, fue complicado. Y bueno, tuvimos que recurrir a una psicóloga para que trabajara con ella. Fueron muchos meses y nos ayudó bastante para poder ir viendo la adaptación de ella.
- ¿Y cómo terminó el año ella?
- Se pudo dar vuelta la situación. Ella terminó muy bien en sus clases, con amiguitas en el colegio, y siendo parte importante de su curso, porque era la presidenta. El año empezó difícil, pero se terminó con una alegría tremenda a nivel familiar.
- ¿Qué viene para usted?
- Estamos terminando la recuperación de la lesión. Durante la quincena de enero deberíamos estar ya con el alta, pero ahí estamos con el doctor. Él determinará cuándo ya puedo estar con el alta competitiva para poder regresar al fútbol profesional, si es que en algún momento uno lo coloca en la balanza y quisiera volver.
- En septiembre dijo que si ascendía con Cobreloa, se retiraba. Si bien eso no ocurrió, ¿la idea sigue rondando por su cabeza?
- Todos los años, en los términos de contrato, uno evalúa si continuar o parar. Se verá si es que hay una opción interesante para mí en lo futbolístico, en lo personal, para seguir o no. Eso es lo que uno coloca en la balanza. Este año era lo mismo.
- ¿Cómo así?
- Colocamos en la balanza el venir a Calama porque el cuerpo técnico me quería. Lo conocía del 2013 en Palestino y del 2014 en Wanderers. También al gerente deportivo, Óscar Wirth, que fue uno de los que ‘formó’ en Universidad Católica cuando llegué. Entonces, se daban las condiciones como para poder estar un año y seguir disfrutando. Físicamente, tengo todas las ganas (de seguir jugando), pero siempre se evaluará las posibilidades que tenga y si seducen o no.
- ¿Aún sueña con una última etapa en Universidad Católica?
- Para mí sería un sueño volver a la institución y dar un paso al costado donde me inicié. Sería hermoso, pero eso no solo depende de uno. También depende de las aspiraciones del club en materia de refuerzos y eso se escapa de mis manos, así que uno se queda tranquilo con haber hecho una gran campaña como fue la de Cobreloa.
- ¿Está conforme con la carrera que ha hecho?
- Sí, súper tranquilo. No soy de cuestionarme nada. Solamente soy súper autocrítico cuando tengo que decir las cosas e intento hacerlo de la mejor manera posible.