Entrevista AS

Es su quinta vez en Chile y vuelve a los 37 años: “Vine con toda la ilusión”

Fue uno de los último fichajes en la B en el inicio del torneo. Pasó por seis clubes nacionales y también jugó en Brasil, Argentina, Ecuador y Guatemala: “Al principio, me costó un poco”.

Hace unos meses, y al borde del cierre del plazo para sumar incorporaciones en el Campeonato Ascenso 2023, Recoleta sorprendió con un último fichaje. No se trató de cualquier refuerzo, pues el elenco dirigido por el ex arquero Felipe Núñez agregó al delantero Pablo Pereira. El uruguayo, de 37 años, pasó antes por seis clubes nacionales y, con el ciclo actual, registra ahora la quinta etapa en el torneo chileno. El charrúa dialogó con AS.

“Estoy feliz de haber vuelto a este fútbol y a esta ciudad. Hacía muchos años que no jugaba en Santiago, desde mi paso por Palestino, hace más de 10 años. Sí me había tocado en varias otras ciudades. Fue bastante sorpresiva la opción, ya había llegado a acuerdo con un equipo en Uruguay y al otro día me llama Felipe (Núñez) para venir. Antes, había estado la posibilidad, pero no se había dado. Pensaba que ya no se iba a dar, me llamó Felipe, me preguntó si tenía ganas de venir, que me quería acá. No dudé en decirle que sí y venir”, sostuvo Pereira, quien pasó por Fernández Vial, Puerto Montt, Palestino, Unión Temuco, La Serena y Rangers.

“Aparte, era un equipo que yo venía siguiendo también desde Uruguay. Acá está Claudio (Servetti), que es amigo mío también, ya había jugado el año pasado acá. Felipe era el técnico y ya lo conocía. Con el ayudante Jorge Schwager había jugado en Puerto Montt y por eso también venía siguiendo a Recoleta. Entonces, no dudé en decirle que sí, me vine con toda la ilusión y muy contento”, agregó el ariete con pasos también por Brasil, Argentina, Ecuador y Guatemala.

- ¿Cómo fueron las primeras semanas de vuelta?

- Al principio, me costó un poco físicamente, porque allá no estaba en competencia y llegué con el campeonato arrancado acá. Los muchachos venían con una pretemporada encima, tres o cuatro partidos jugados. Llegué el último día del cierre de pases, ahí pude venir. Por suerte, me he puesto a tono y toda la gente me recibió muy bien. Me hicieron sentir como uno más desde el primer día. Voy mejorando cada día y con el equipo también.

- Su única etapa en Santiago fue en 2009 y 2010 en Palestino…

- Sí, me toco venir a fines de ese primer año, cuando el club estaba peleando por no descender. Se había lesionado el ‘Bochita’ (Alejandro) Carrasco y se abrió una brecha para venir. Vine, pudimos salvarnos del descenso y en 2010 jugué todo el año en Primera con Palestino. Eso estuvo muy bueno, me fue muy bien acá. Después se me abrieron las puertas para ir a Brasil.

- Pasó más de una década de ese momento, ¿cuánto cambió Santiago en todo este tiempo?

- Del Santiago del 2010 ha cambiado harto. En infraestructura, a la ciudad se le ve en crecimiento constante. Sí ha cambiado el tema de seguridad, que todos me lo nombran también, más allá de que yo no he tenido ningún problema, pero se nota. Hay mucha gente extranjera, en aquel tiempo no se veía mucho. Estoy viviendo en el centro y se nota, es como vivir en una zona franca. Antes, viví en Providencia y el panorama era diferente. La última vez que estuve en Chile fue en Talca (actuando por Rangers) y no se veían tantos extranjeros, pero ahora me sorprendió eso.

- Su relación con Chile partió el 2007 cuando llegó a Fernández Vial en Primera B…

- Vine a préstamo de Peñarol. En el Vial, estaba el ‘Tato’ (Ricardo) Ortiz, un entrenador uruguayo, y me pidió para venir. No dudé ni un segundo, porque era juvenil y tenía pocas posibilidades en Peñarol. Quería abrirme paso en el fútbol chileno y me vine. Fue un período muy lindo, lo pasé muy bien, disfrute mucho acá, más allá de que era mi primera experiencia en el exterior con 20 años. No fue fácil, pero el Vial es un equipo que se hace querer mucho. La gente hasta el día de hoy me escribe y se acuerda mucho de esa etapa.

- De ahí siguió al sur, fichando en Puerto Montt…

- La idea era volver a Uruguay y, un día antes del viaje, me llama Jaime Vera y me propuso irme a jugar con él. Me convenció y cambié los pasajes, de Montevideo me fui a Puerto Montt. Fue una buena temporada, llegamos a jugar la liguilla de promoción contra Unión Española, que es muy recordada. Faltaban 15 minutos e íbamos 3-0, creo, yo había hechos dos goles y era un clima hermoso para nosotros. La gente de Unión estaba como local, se quería meter para adentro de la cancha. Era el último partido del Coto (José Luis) Sierra y lo recuerdo lagrimeando en la cancha, fue una locura. No sé qué pasó que en 15 minutos nos hicieron tres goles y ellos se quedaron en Primera. Fue un golpe tremendo para nosotros.

- Después estuvo también en Unión Temuco y La Serena…

- Sí, el 2013 me llamó Marcelo (Salas), el Matador. En aquel entonces que te llamara Marcelo para mí era un orgullo tremendo. Había vuelto de Brasil a jugar en Primera en Uruguay y me costó jugar ahí, no jugué mucho. Después me fui a La Serena, ahí jugué bastante, pero la verdad es que la temporada no fue buena en general. Fueron dos períodos de dos meses y luego me fui a Centroamérica.

- ¿A Guatemala?

- Claro, tuve dos pasos por allá. En el primero, me fue muy bien. Hice hartos goles con el equipo, fui con un entrenador uruguayo. La ciudad era chiquita, no había mucho qué hacer, solo entrenar, alimentarme y descansar. Volví un tiempo después al mismo equipo, pero no fue bueno. Estuve cuatro meses, en lo económico el club no respondió y me tuve que ir, porque ya no era viable. Fue una experiencia con cosas buenas y con ese lado malo también.

- Es la quinta vez que vuelve a Chile…

- Sí, la última vez había estado en Rangers. Es un lindo equipo para jugar y tuve la mala suerte de que vine por seis meses, a mediados de 2019, y me tocó el estallido social. El campeonato se suspendió, no se pudo jugar más y eso me perjudicó. Me fui a Uruguay con un sabor amargo, porque estaba disfrutando mucho acá. En principio iba a firmar por un año y medio, pero después llegamos a acuerdo de que fuera por seis meses por si surgía otra opción acá. Me la jugué, pero no resultó.

- ¿Cuáles son sus expectativas en este nuevo ciclo?

- Sumar para el equipo, en donde me toque, aportar experiencia adentro y afuera de la cancha. También poder ser protagonista en el campeonato con Recoleta. No tuvimos un buen arranque, pero el equipo ha mejorado mucho. Felipe tiene una muy buena idea, pero lleva su tiempo. El equipo la está captando y vamos a mejorar. Queremos meternos en la liguilla del ascenso y por qué no soñar con estar en Primera División.

- Pasaron 16 años desde su primera etapa en Chile y ha ido y vuelto varias veces…

- No pensé que iba a ser así. En 2010, cuando estuve en Palestino, pensé en quedarme a vivir acá. Iba a renovar, me quería quedar acá definitivamente, lo encuentro como mi segundo país, tengo muchos amigos acá. Al final, salió una opción para irme a Brasil, económicamente era mejor y no podía decir que no. Me fui y esa intención original (de vivir en Chile) se enfrió. Tengo un nexo grande con el país, tengo mucha gente conocida, muchas amistades. En todo período de pases siempre surge una posibilidad de volver. Eso habla bien de uno, porque siempre de acuerdan de uno.

- ¿Cómo es la relación con Felipe Núñez, DT de Recoleta? Fueron compañeros en Palestino y después mantuvieron un vínculo cercano.

- Al principio era raro. Felipe ha sido de los jugadores con los que uno siempre mantiene contacto y siempre está pendiente. Había estado en carpeta en el equipo, pero no pensé que iba a venir. Cuando me llamó, una de las cosas que se habló fue que ahora él iba a ser mi entrenador. Pero lo hemos manejado bien, Felipe es un tipo muy abierto, se puede charlar con él. Uno tiene que ser consciente del lugar que hoy ocupa él en su rol de entrenador.

Lo más visto

Más noticias