ENTREVISTA AS

“Estoy orgullosa de lo que logró con Chile... Quedará la espina de no haber ido al Mundial”

Agostina Pérez, la esposa del volante que levantó el título en la Copa América Centenario, habló con AS. “Él es parte de la generación dorada”.

Agostina Pérez y Pedro Pablo Hernández (campeón de América con la Roja en 2016) llevan 13 años juntos. De esa relación nacieron Santino (10) y Amparo (6). “Agos” ha acompañado al “Tucu” en gran parte de su carrera y en diálogo con AS quiso hablar de cómo ha sido el retorno a Rancagua y cómo vivieron el título de la Centenario en Estados Unidos.

“Nosotros tenemos mucho cariño por Chile y por Rancagua, entonces la decisión de volver no nos costó. Acá nos sentimos como en casa. Era volver a un lugar donde a Pablo le fue muy bien en lo laboral y donde nos hicimos muchos amigos”, cuenta la trasandina, quien es oriunda de Tucumán, al igual que su esposo.

- Pensando en que el “Tucu” ya tiene 36 años y podría retirase pronto, ¿han planteado quedarse para siempre en Rancagua o hay otra opción?

-Chile le abrió una puerta muy grande a Pablo, no sólo por O’Higgins sino también por la Roja, entonces es nuestro país igual. Ese tema lo planteamos y Rancagua era una opción, pero también tenemos mucha familia en Tucumán y eso tira. Nuestros hijos extrañan a sus abuelos y a sus primos. Por eso proyectamos quedarnos allá, nos hicimos una casa. Pero acá también compramos un departamento, quizá iremos y volveremos entre ambas ciudades. Lo bueno es que las dos están muy cerca. Nunca nos iremos del todo de Rancagua.

- ¿Y él ya tiene decidido cuándo retirarse?

- Todavía no lo resolvió, pero él depende mucho de su cuerpo, lo escucha bastante. Ahora extendió hasta diciembre y ahí verá si puede continuar. Él ama el fútbol, la cancha, la pelota, todo. Le cuesta, pero sí se lo viene planteando porque tiene los pies puestos sobre la tierra.

- ¿Cómo recuerda usted el día que el “Tucu” fue campeón de América con la Roja?

- Recuerdo eso con todo el cariño del mundo, me da alegría lo que logró él y todo ese equipo. Es lindo que haya compartido con ellos. Estoy orgullosa de todo lo que logró y que haya sido parte de la generación dorada. Él lloró de alegría, se emocionó un montón. Por su abuela, él se siente chileno, eso es real... Pablo es un jugador muy sacrificado y le costó bastante estar donde está y conseguir las cosas que consiguió. Me emociona recordar todo eso.

- Después de eso prácticamente fue titular siempre y jugó la Copa Confederaciones. ¿Le quedó esa espina de no poder ir a un Mundial?

- Sí, seguro. A mí me dolió muchísimo que no haya podido ir al Mundial de 2018. Chile siempre tiene que ir a los mundiales. Mis hijos lloraron cuando no se clasificó. Esa espina duele...

- ¿Siente que la gente de Chile, más allá de la de O’Higgins, quiere y respeta a Pedro Pablo?

- Sí, es súper respetuosa. Lo reconocen bastante en Santiago o en Pichilemu, ciudades a las que vamos bastante. Siempre le piden fotos o cosas así. Siempre he visto a la gente amable, con cariño y respeto hacia él. Quizás por nacer en Argentina no cuenta con el mismo respeto que otros jugadores, pero se lo ganó. Pablo ama Chile y la gente lo palpa.

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