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ENTREVISTA AS

Jugó con Riquelme y Palermo, pasó por la UC y es empresario: “Una deuda fue estar en la Roja”

Facundo Imboden quedó grabado en la memoria de los hinchas cruzados. Allí ganó un título y jugó varias temporadas: “Me dolió mi salida”.

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Jugó con Riquelme y Palermo, pasó por la UC y es empresario: “Una deuda fue estar en la Roja”

Un defensor que dejó huella en Universidad Católica fue Facundo Imboden (43). El argentino, formado en Boca Juniors, arribó en 2005 a la institución precordillerana, ganó un Campeonato Nacional ese mismo año y se transformó en un emblema en la zaga de los cruzados. Allí estuvo hasta 2009, cuando en San Carlos decidieron no renovar su contrato, una situación que, según dice en esta conversación, aún le duele. Finalmente, emigró y se retiró del fútbol en 2012, luego de un paso por Deportivo Cuenca de Ecuador.

“Después de 2012 me tomé un año sabático y en 2013 arranqué con una escuela de fútbol. Es un club de barrio, en el cual yo me crié de chiquito y ahora volví. Ahora ya cumplí diez años trabajando ahí. Y saliendo de lo deportivo, tengo una empresa de demoliciones, trabajamos todos los días tirando casas. Lo de la escuelita es más hobby, porque me gusta trabajar con chicos, y lo otro es más trabajo”, cuenta el ex central trasandino, en diálogo con AS.

El nacido en Castelar revela que su retiro se adelantó y, en consecuencia, adoptó su nuevo rol: “Mi papá venía trabajando en eso hace más de 30 años, pero en 2012 tuvo un problema de salud, le dio un infarto y esa fue una de las razones por las que dejé de jugar y decidí retirarme. Al final, resultó que los exámenes le salieron bien, y me hice cargo de la empresa. Una vez que salí de Ecuador dije ‘tengo ganas de seguir jugando’, pero pasó esto, tampoco hubo ninguna propuesta interesante y simplemente lo dejé”.

- ¿Y extrañó el fútbol? ¿Le costó acostumbrarse a su nueva vida?

- Si te soy sincero, nunca lo extrañé. Quizás al pasar varios años, extrañaba la adrenalina que se vive en la previa al partido, pero como me tuve que poner al mando de la empresa y empecé de inmediato con la escuela de fútbol, entonces disfruté de otras cosas. También compartir con amigos, asados, salir a pasear, ir a algún cumpleaños un finde, que cuando eres profesional no lo puedes hacer. No me costó dejar el fútbol. Después se me pasó por la cabeza volver, pero ya había pasado mi tiempo.

- En esas cosas que debió dejar de lado, ¿hubo alguna que le dolió más?

- Sí, el nacimiento de mi hija mayor, que ya tiene 20 años. Yo estaba en Millonarios, en Colombia, y la madre estaba por dar a la luz. A mí me avisan, viajo, y la nena nació cuando yo estaba en pleno vuelo. Fue difícil. También me perdí varios cumpleaños de mis hijos, porque estaba concentrado o tenía que jugar. Son cosas que, en su momento, se dejan de lado por algo que a uno también le gusta y le apasiona que es el fútbol.

- ¿Ahora continúa jugando? Como hobby, al menos...

- Hasta el año pasado jugué con Boca Leyendas, que es el equipo senior, donde juegan ex futbolistas que pasaron por el club. Y también juego por el colegio de los chicos. Con un grupo de padres estamos en el torneo de ligas de Country del Oeste, así se llama, y ahí sigo disfrutando del fútbol.

“La suerte que tuve de debutar en Boca. Fui un privilegiado, considero que estuve tocado por una varita mágica”

Facundo Imboden

- Sobre Boca, usted debutó ahí en el año 2000, en uno de los mejores planteles que ha tenido el cuadro Xeneize.

- La suerte que tuve yo de debutar allá. Es uno de los clubes más grandes del mundo. Fui un privilegiado, considero que estuve tocado por una varita mágica porque pasan cientos de chicos por ahí y solo unos cuantos debutan. Además, en el momento que lo hice, con Carlos Bianchi como DT, Martín Palermo, Juan Román Riquelme… jugar al lado de ellos te deja más tranquilo. Nos decían a los más chicos que hiciéramos lo justo y necesario, ellos tenían la fórmula para ganar.

- En 2005 arribó a la UC. ¿Cómo se da su llegada?

- La llegada a la UC fue rara, pero linda. Yo estaba haciendo la pretemporada con Talleres de Córdoba, en el Nacional B, y me llamó Fabián Martínez, un representante que yo no conocía. Me dice “tengo una propuesta de un club chileno, ¿te interesa?”, y yo le respondí que sí. Yo tuve un paso frustrado al Basilea de Suiza en 2002. Viajé y al final quedó en nada. Entonces, solo le pedí un precontrato firmado, con el membrete del club para tener un poco más de seguridad. Así me fui a Chile, pasé las revisiones médicas y empezó mi historia con la UC. Fueron años muy lindos.

- Ese equipo hizo grandes campañas, tanto nacional como internacionalmente. Si tuviese que elegir al compañero más talentoso, ¿con quién se queda?

- Uf, es difícil elegir uno. Era un plantel muy bueno. Teníamos a Darío Conca con esa zurda mágica, a Mauricio Zenteno, un juvenil, tiempista, que te salvaba cualquier error… Al ‘Tati’ Buljubasich, que era magnífico, te daba una seguridad increíble, y arriba además un goleador como ‘Polo’ Quinteros. Era un gran equipo.

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“Me dolió (la salida de la UC), porque no me dieron la oportunidad de demostrar que estaba bien”

Facundo Imboden

- En 2009 dejó San Carlos de Apoquindo. ¿Le dolió que no le renovaran?

- Sí, me dolió, porque no me dieron la oportunidad de demostrar que estaba bien. Tuve una lesión, me rompí el ligamento cruzado de la rodilla, y me recuperé en tiempo récord. En general, lleva de seis a ocho meses, y yo a los dos meses ya estaba dejando las muletas. A los cuatro meses ya casi entrenaba a la par con el plantel. Obvio, no me dejaban que hiciera más porque eso tiene un tiempo de cicatrización. Pero el técnico que estaba en ese momento (Marco Antonio Figueroa), prefirió otro jugador, me tocó no renovar y volverme a Argentina.

- ¿Le quedó alguna deuda en su carrera?

- Creo que una de las deudas fue haber podido defender los colores de la selección argentina o de la selección chilena, porque en un momento estuvo esa posibilidad y me hubiese gustado que se diera. También haber jugado en Europa. Y después, la más dolorosa fue no haberme podido retirar en la Católica.

- ¿Le llama la atención dirigir en algún momento?

- Te soy sincero: no tengo hecho ni el curso de DT (ríe). En pandemia casi lo arranco, pero no lo hice. No me pica ese bichito todavía. Me gusta hoy trabajar con los niños, darles ese aprendizaje, la enseñanza... Para mí no hay alegría más grande que cuando un nene te ve en la calle y te grita “¡profe!”. Además, como está el fútbol hoy, que si no ganas en dos partidos ya te matan, prefiero seguir en lo que estoy.