Jugó en la U, se retiró a los 31 años y hoy trabaja en un colegio de Santiago: “El fútbol no lo es todo en la vida”
“Creo que no fue una mala decisión haberme retirado joven. Pensé que iba a caer en una depresión, pero no pasó nada de eso”, asegura Eduardo Navea.


No es común que un futbolista se retire a los 31 años, pues bien, ese fue el caso de Eduardo Navea. El ex futbolista realizó una corta, pero intensa carrera, la que comenzó en la Universidad de Chile, club donde debutó como profesional y donde anotó su primer gol oficial. Además, tuvo pasos por Deportes Valdivia, Santiago Wanderers, Temuco, Deportes Concepción e Iberia.
Desde su retiro en 2017, Navea optó por mantenerse alejado de los medios y centrarse en su nueva vida como trabajador de un liceo ubicado en Ñuñoa. En conversación exclusiva con As, el ex delantero revela los detalles de su presente luego de dejar la actividad.
“El fútbol no lo es todo y uno se tiene que replantear muchas cosas de la vida, ya sea estudiar o trabajar en otras cosas. Tengo ex compañeros que están trabajando en otras cosas también y que se retiraron a los 2 o 3 años después”, cuenta Navea.
- ¿Cómo surgió este nuevo trabajo luego de retirarse del fútbol?
- Yo ya llevo 6 años trabajando en el Liceo Brígida Walker ubicado en Ñuñoa. Justo se dio que el director del colegio antes era dirigente de la U, Juan Pablo Pavez, entonces en ese tiempo yo le comenté que ya no quería seguir jugando y me ofreció un cargo ahí para ver todo el tema de los deportistas. El liceo siempre se ha destacado por tener deportistas, de hecho varios han estudiado acá, como Waldo Ponce, Marcelo Allende o Carla Guerrero.
- ¿Cuál es su rol dentro del colegio?
- Yo estoy a cargo de ver a todos los deportistas del liceo, porque tenemos una variedad de ramas de deporte, pero yo me concentro más en lo que siempre jugué que es el fútbol, acá llegan jugadores que son seleccionados nacionales en sus categorías y yo les tengo que hacer un plan de trabajo, hablar con los profes y decirles ‘profe, tal persona no va a estar en dos meses porque va a un torneo’. Ellos tienen una manera diferente para acceder a las clases, una plataforma que se llama “Classroom”, ahí se pueden conectar de un computador o de su celular y así nosotros los vamos ayudando para que puedan sacar su cuarto medio y que no queden a mitad de camino.
- Una especie de guía para los futuros deportistas...
- Trato de ir acompañándolos, yo siempre les digo que tienen que tener un plan B que es estudiar, es lo único que les va a dejar plata, el fútbol igual, pero por poco tiempo, por 15 años o quizás un poco más. Si terminan siendo un Arturo Vidal o un Alexis Sánchez, bienvenido sea, pero trato de transmitirles mi experiencia como futbolista. Les inculco que la disciplina es clave y que estén 100% concentrados en el foco hacia donde quieren llegar, no basta solo con tener talento. Siempre hay algunos que te escuchan y otros que no, pero trato de darles esos consejos.
- Se retiró a los 31 años. ¿Cómo fue ese proceso de dejar el fútbol profesional?
- Sí, en ese momento ya no quise jugar más por temas de representantes y creo que no fue una mala decisión haberme retirado joven. A mí igual me llegaron varias ofertas para seguir, pero había perdido ese gustito de jugar y también ví que ya bajaba un poco el nivel de rendimiento y hay que saber hasta qué tope uno puede llegar y ver otras opciones de vida. El fútbol no es todo y uno se tiene que replantear muchas cosas, pero pensé que me iba a costar mucho más el retiro, no sé, que quizás iba a caer en depresiones y cosas así, pero no pasó nada de eso. Al principio lo más difícil fue acostumbrarme a trabajar 8 horas diarias, porque como futbolista eran 2 horas y listo (ríe), pero con el paso de los meses me acostumbré sin problemas.
- ¿A qué se refiere cuando habla de los representantes?
- Lo que pasa es que yo nunca tuve representante, nunca le tomé el peso a eso, quizás eso me pesó. Cuando quisieron representarme le dije que no a varios porque te pedían plata mensual, ellos te pedían 200 o 300 lucas mensuales para ellos. Las últimas ofertas que tuve fueron el 2018 de Coquimbo y San Antonio y ahí ya definitivamente dije que ya no jugaba más porque en Coquimbo me querían meter como representante a un tipo que no conocía y que me pedía el 35% de mi sueldo. En ese sentido quedé desilusionado de esa parte del fútbol.
- ¿Quedó conforme con lo que fue su carrera?
- Uno siempre quiere cambiar cosas que a lo mejor después con el tiempo pesaron, pero me quedo tranquilo. Yo llegué a los 13 años a la U y me fui a los 25, pude jugar en todos los equipos en los que estuve. En la U tuve que salir harto a préstamo por temas económicos del club, me acuerdo que yo sufrí el tema de la quiebra cuando vuelve Marcelo Salas y eso obligaba a los jóvenes a que saliéramos a préstamo, de hecho yo fuí uno de los primeros en salir por eso. Después llegaba de nuevo a presentarme a la U y tenía que volver a salir porque el tema económico para mí era mucho más que el que me entregaba a la U.
“Quizás si hubiese estado solo y sin hijos, habría pensado un poco más el tema del retiro”
- ¿Y cómo evalúa lo que fueron sus etapas en los otros clubes?
- En Wanderers hice una campaña espectacular, me querían comprar el pase, pero por temas de plata nunca llegaron a acuerdo porque la U estaba pidiendo mucho dinero. Ahí me tocó remar de nuevo y Arturo Salah que estaba en ese momento de técnico en la U recibió un informe mío que mandaron de Wanderers y según eso era, no sé, Messi (ríe), pero despues llegó otro DT y no tuve mucha participación.
- El club en el que permaneció más tiempo fue Iberia, donde además se produjo su retiro. ¿Por qué se generó ese vínculo con el club?
- Estuve siete años ahí y fue una linda etapa. Ellos me compraron mi pase el 2012, en ese momento estaba Carlos Heller, y me quedé hasta mi retiro. Se portaron un siete conmigo, él, su familia y su gente más cercana. Es un tipo muy apasionado en el tema del fútbol, es un hincha más en ese sentido, no es como el típico dueño de algunos clubes, si te tiene que putear, te va a putear y va a decirte las cosas a la cara, pero a la vez es un tipo que jamás vio la clase social de cada jugador. Siempre tuve buena relación con él.
- Al momento de tomar la decisión de retirarse, ¿fue algo que decidió junto a su familia?
- Mis viejos son cero fútbol, pero cero, o sea, el me iba a ver a la cancha siempre fue mi tata, que ya no está con nosotros hace bastantes años. Fue el único que me fue a ver cuando debuté en la U. Mis papás siempre quisieron que estudiara o trabajara en otra cosa. El tema del retiro yo lo había conversado, pero al final la decisión la toma uno. Quizás si hubiese estado solo sin hijos, lo pensaba un poco más. No podía ser egoísta tampoco, si seguía jugando tenía claro que eso significaba seguir lejos de mi familia.
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