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ENTREVISTA AS

La emotiva historia del nuevo goleador de Chile: “Mi mamá vendía comida en los partidos”

Marcos Camarda de San Marcos recuerda los días en los que su familia fue clave para no abandonar el fútbol. “Nos veían felices, no les importaba”.

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La emotiva historia del nuevo goleador de Chile: “Mi mamá vendía comida en los partidos”

El uruguayo Marcos Camarda (22) vive un especial inicio de aventura en San Marcos de Arica. Con sólo tres titularidades (sumado a su debut en el que entró en los últimos minutos), el uruguayo de 22 años ya marcó en tres ocasiones, convirtiéndose rápidamente en un jugador clave para su escuadra, que marcha noveno en el Torneo de Ascenso.

Pero para este presente, ‘Tato’ tuvo que luchar bastante. En su formación, pasó por Danubio, Boca Juniors y Peñarol, antes de llegar a debutar en el profesionalismo gracias a Sud América de su país. Y en esa lucha, su familia fue clave.

“Mis papás me apoyaron siempre. Desde chico me gustó el fútbol y ellos hicieron lo imposible para que yo jugara”, comenta a AS Chile el atacante.

- ¿A qué se refiere con ‘lo imposible’?

- Mi mamá vendía comida en los partidos para que yo pueda jugar, porque no llegábamos a la plata de la cuota mensual. Hacía tortas fritas. Mi papá estaba siempre ahí en lo que podía para ayudarnos. Quizás esas cosas uno no las valoraba cuando chico, pero ya de grande, cuando uno se acuerda y se da cuenta de las cosas, te chocan más. Es lindo saber que siempre estuvieron para uno.

- Hicieron muchos esfuerzos para ayudarle a cumplir su sueño...

- Tal cual, porque yo también tengo un hermano de un año más que jugaba y era todos los fines de semana estar en la cancha con calor, frío o lluvia, pero como nos veían felices, no les importaba.

- Cuando usted pudo llegar al profesionalismo, ¿cuál fue la reacción de ellos?

- Cuando se dieron cuenta de que habíamos llegado a la meta, estaban muy felices, porque era lo que todos soñábamos. Y para uno como hijo, darles esa alegría, es muy lindo. Siempre pienso en ellos y si en algún momento puedo devolverles algo de lo que ellos hicieron por mí, voy a estar feliz. Sé que por ellos es que sigo en este camino.

- ¿Y su hermano?

- Él jugó un tiempo más, pero luego se dedicó a trabajar. Hoy se desempeña en el puerto de Uruguay. Él sinceramente fue el que me dio la fuerza para seguir, porque cuando no pudo, siempre me dio la mano y esa fuerza para que le diera para adelante. Nunca fue como ‘vos llegaste y yo no’. Siempre está feliz por mí y me acompaña.

- ¿Son de mirar sus partidos a la distancia?

- La verdad que siempre están. A veces tenemos problemas para que puedan mirar los partidos (ríe), pero tratan de estar pendiente de todos. ¿Si son exigentes con mi nivel? Mi mamá más que mi papá (ríe). Mamá me decía de repente ‘hoy no corriste mucho, estuviste más flojo’ (ríe).

- Hablando de distancia, le tocará ver el Uruguay-Chile de las Eliminatorias como visitante...

- ¡Sí! (ríe). Con los compañeros ya estamos en esa ‘pelea’ de quién gana y de si jugamos un asado. Está lindo porque se genera un grato ambiente en el grupo por esa ‘discusión’ de quién gana, qué jugador tiene cada selección y así.

- ¿Y cómo sería la apuesta? Imaginamos que no sería usted contra todo el plantel...

- ¡Noooo! Yo ya les dije que no les iba a pagar a todos un asado porque me saldría carísimo (ríe).

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