Entrevista As
La nueva vida en USA de un ex ‘9′ de la B: “En 5 días gano lo de un mes en Chile”
Patricio Schwob pasó por varios elencos del Ascenso, se retiró en 2017 y hace unos meses decidió hacer un cambio radical. “Un tiempo soné en la UC”.
La historia de Patricio Schwob (36) en el fútbol fue atípica. Casi no hizo inferiores, fue descubierto recién a los 17 años y se retiró en silencio con solo 31. Pese a ello, se consolidó como un recurrente goleador del Torneo de Ascenso, en especial en Puerto Montt y Curicó, donde vivió sus mejores momentos.
Su último club fue La Pintana en la Segunda División Profesional y después de eso se enfrentó con la cruda realidad que viven muchos futbolistas. “Cuando dejas la actividad comienzas otra vida. Nunca había trabajado, la mayoría de mi vida estuve jugando, así que después se hace muy complicado”, cuenta a AS.
Ahora le dio un giro radical a su vida y hace dos meses se instaló en Denver, Estados Unidos. “Es un sacrificio que vale la pena”, añade.
- ¿A qué se dedicó luego del retiro?
- Mi hermano tenía un minimarket y lo ayudé como dos años. Ahí vivíamos en La Pintana y no era buen ambiente para mis hijos, así que vendimos nuestra casa y nos fuimos a Chillán, compramos un sitio. Allá fui parquímetro, pero después el tema laboral se puso malo. Me desempeñaba en parques de paneles solares, estuve nueve meses en eso y como se trabaja por temporadas, a la siguiente me tocaba irme a Curicó, pero la plata no me alcanzaba.
- Igual se retiró joven...
Me arrepiento de eso, porque después es otra vida y cuesta harto trabajar en algo distinto. Ya no entrenas solo dos horas y tienes toda la tarde libre. Igual me las rebusqué, siempre trabajé y nunca me faltó para comer.
- ¿Y cómo surgió la opción de partir a Estados Unidos?
- Tengo un amigo, Jaime Monardez, que me ayudó a llegar acá. Primero se vino mi hermano con mi hijo mayor para ver cómo estaba la cosa. Luego viajé yo y ahora llegó mi familia, así que ya estamos instalados. Acá tenemos otra vida, mucho más tranquila.
- ¿A qué se dedica?
- Llegan trenes con vagones y autos nuevos. Me toca bajarlos y estacionarlos, no es muy complicado, pero se gana mucho más que allá en Chile. Me vine casi obligado, no había más opción, pero acá es otra cosa. Igual la decisión costó por la familia, porque mis papás se quedaron allá con mis otros hermanos y los niños y mi señora tuvieron que cambiar todo en su vida.
- ¿Qué tan conveniente es en lo económico?
- Acá en cinco días puedo ganar lo mismo que allá en un mes. Nos pagan por hora, así que depende de lo que trabajes, pero son como 18 o 20 dólares. No es tan agotador, aunque lo único duro es el clima porque es muy frío. Se trabaja con nieve, pero es cosa de costumbre.
- Imagino que también pesó el desarrollo de sus hijos...
- Es un sacrificio que vale la pena, porque para ellos es muy conveniente. Acá es todo gratis, los colegios son buenos, le dan útiles, computadores y aprenderán inglés que es algo que les servirá harto. Mi idea es quedarme acá 10 años y volver. ¿Qué cosas extraño? Las comidas porque acá todo tiene otro sabor, también la familia y los amigos.
“Un tiempo soné en la UC”
- ¿Qué balance hace de su carrera?
- Lo disfruté al máximo. No hice cadetes y me costó llegar porque me probé en Colo Colo y la U, pero nunca quedé. Después en un nacional amateur me llevaron a Arica con 17 años. Al final, en la mayoría de los equipos me fue bien, hice hartos goles y conocimos gente en muchas ciudades. Los mejores años los viví en Puerto Montt, donde hice como 18 goles y di el salto a Primera con Cobreloa, y también en Curicó. Allá la gente fue muy cariñosa conmigo.
- ¿En algún momento tuvo chances de llegar a un grande?
- Un tiempo soné en Universidad Católica, pero fue un rumor mientras estaba en Puerto Montt, no fue algo concreto. Al final, en ese momento fui a Cobreloa en Primera y jugué poco. Mi carrera fue más en la B y ahí hice hartos goles.