La opción final de Escobar: los cambios que debe hacer si quiere seguir en la U
El DT llegó a un punto de inflexión en temas futbolísticos y algunas certezas de funcionamiento de los azules resultan evidentes. Como las maneje, definirá su ciclo en el club.
Universidad de Chile mereció el empate en San Carlos de Apoquindo, pero los dirigidos por Santiago Escobar se marcharon del estadio de la UC lamentando otra caída. La escuadra azul había interrumpido ante Unión Española una seguidilla de tres derrotas y volvió a perder en el Clásico Universitario. En todo caso, la sensación fue distinta: el elenco visitante dominó todo el segundo tiempo y solo la gran actuación del arquero cruzado Sebastián Pérez impidió que, al menos, consiguiera la paridad.
Fueron, sin duda, los mejores momentos de la U bajo la conducción de Escobar. Por primera vez, los azules evidenciaron la consistencia de juego que todos sus seguidores ansían. Principalmente, el equipo cambió con los ingresos de Darío Osorio y Lucas Assadi, quienes brindaron manejo fluido del balón, movilidad constante e intención de gol. Sin embargo, lo más importante fue la constatación de algunas realidades futbolísticas evidentes, propiciadas por el DT y a las que debe asirse para viabilizar su proyecto deportivo en el club.
Esquema posicional
Escobar se estrenó en la U, utilizando sistema de juego 1-4-4-2. Luego varió a una estructura 1-4-3-3 y últimamente se inclinó por la organización posicional 1-4-3-1-2. Transcurridas ocho fechas del Campeonato Nacional, resulta evidente -y el DT parece haberse hecho a la idea- que este último formato es el más funcional a la realidad del plantel.
Los azules cuentan con un alto número de volantes mixtos y ofensivos (Jeisson Vargas, Israel Poblete, Felipe Gallegos, Darío Osorio, Lucas Assadi y Pablo Aránguiz). Sus actuaciones como extremos o mediocampistas externos no tuvieron el valor que cuando lo hicieron por el eje del terreno de juego. Todos son hombres de accionar por el interior de la cancha, con un rol activo en la circulación del balón mediante asociaciones y apoyos de ruptura. La formación en rombo del mediocampo del sistema 1-4-3-1-2 genera el contexto posicional para que esto, en definitiva, se repita con regularidad.
Además, otra certeza que refrenda la utilización del esquema posicional se constata en la línea ofensiva. La U exhibe mayores cuotas de eficacia cuando ataca con dos arietes, ya que cuenta con un par de ‘9′ netos y estar derivando a uno de estos al costado (Cristian Palacios actuó de puntero derecho) no prosperó. Al parecer, Escobar lo tenía claro desde el inicio, puesto que en los partidos de pretemporada en Argentina el uruguayo acompañó a Ronnie Fernández. Hoy, la realidad le indica al DT que así debe ser la configuración del sector ofensivo.
Osorio y Assadi
Han sido la principal apuesta de Escobar desde su llegada a la U y los juveniles Osorio y Assadi le están entregando plenamente la razón. La mayoría de las veces que fueron incluidos en el equipo respondieron con aportes de buen fútbol y actividad permanente.
Si nada acontece, Osorio debería ser titular en la posición de volante izquierdo en el rombo de la mitad de la cancha. Anotó un golazo contra la UC, asociándose y rompiendo en la propia área de los cruzados. Facilidad extrema en el manejo del balón, dribling con orientación vertical, velocidad nada despreciable, precisión en el remate y tendencia permanente a mostrarse para recibir la pelota, son entre otros sus argumentos para la titularidad. La U, en la actualidad, no cuenta con un hombre con esos rasgos de juego.
Lo de Assadi es algo distinto. Opera más arriba en el terreno de juego y no necesita tanto iniciar sus intervenciones con el arco rival de frente. Por eso, Escobar lo alineó como segundo punta, acompañando a Fernández en el Clásico Universitario, y la variante dio pleno resultado. Sin embargo, es un ‘10′ con un perfil más de atacante que de generador de juego. Es dinámico, siempre busca el balón, resuelve con facilidad en espacio reducido y hoy está por sobre Pablo Aránguiz como alternativa de Vargas, en el rol de volante ofensivo.
Junior y otro ‘9′
Fue la gran incorporación de la U durante el año pasado cuando los azules lidiaban por evitar el descenso. No obstante, el desempeño de Junior Fernandes, hasta hoy, no ha sido el esperado. Lo demostró contra la UC: estuvo siempre lejos de Ronnie Fernández en la dupla de ataque (antes de su sustitución se instaló como extremo izquierdo y no abandonó la zona) y la falta de desdoblamiento defensivo por momentos pesó en los azules, sobre todo en las transiciones. La irregularidad en su regreso al cuadro azul solo ha tenido chispazos del jugador que los hinchas esperan ver en su ciclo en el club.
En este contexto, y por los rasgos de juego generales que va adquiriendo el conjunto y por el nivel de Junior Fernandes, el juvenil Cristóbal Muñoz emerge como la primera alternativa en la línea de ataque. Exhibe un mayor interés para asociarse con Ronnie Fernández, su actividad defensiva es más generosa y mantiene la tónica de seguir contando con un segundo centrodelantero en el eje ofensivo. Ante la UC, ingresó en los minutos finales por Junior Fernandes, a pesar de que el trámite del encuentro exigía su presencia para acompañar a Ronnie Fernández con mucha anterioridad.
Respaldo o variante
José María Carrasco y Álvaro Brun se sumaron a la U con la intención de aportar el peso de sus trayectorias en el funcionamiento colectivo del elenco estudiantil. Sin embargo, el proceso ha sido dificultoso tanto para el zaguero boliviano como para el mediocampista central uruguayo.
Brun ha sido titular desde que llegó, pero sus actuaciones siguen dejando dudas. Por ahora, muestra un buen manejo posicional del puesto (siempre está en el lugar correcto cuando la U ataca o tiene que defender), pero esto se diluye al momento de intervenir. No posee eficacia en el 1 vs 1 y resulta regularmente superado. En la etapa de construcción de juego, genera constantemente líneas de pase, aunque el destino de sus habilitaciones no son las esperadas.
Con Carrasco, el tema es parecido. Si bien ha ido mejorando en el destino de las habilitaciones y en la seguridad con el balón, una imprecisión técnica del boliviano ante la UC le costó el segundo gol en contra a la U (el pase hacia atrás fue defectuoso y fácilmente interceptado por Gonzalo Tapia), lo que pareció en un momento arrojar todo por la borda. Lo otro tiene que ver con la performance defensiva en momentos puntuales: no retarda la acción, llega e intenta quitar y el favorecido es el atacante con balón dominado.
Ambos casos son el gran dilema de Escobar en la actualidad. La decisión que adopte el DT da toda la sensación que puede marcar el destino del paso de Carrasco y Brun por la U. Todavía cuentan con de margen para mantenerse en la titularidad, pero tampoco parecería un despropósito que el estratega colombiano se inclinara por otras opciones. Sin embarco, tampoco existe la certeza de que Bastián Tapia y Felipe Seymour o Camilo Moya brinden hoy lo que Escobar anda buscando en ambas posiciones.