Larrivey, a fondo: entre el dolor por la muerte de Leonel Sánchez y la preocupación por el futuro de la U

Joaquín Larrivey (37) transmite optimismo. Más allá de que el Cosenza, su equipo, lucha para no caer a la Serie C del fútbol italiano, el atacante se da ánimo. “Estamos en una situación difícil, pero con la esperanza de poder hacer las cosas bien en estos siete partidos que quedan y zafar del descenso”, relata el argentino en conversación con AS. El goleador sabe lo que es batallar en la parte baja de la tabla. Lo vivió específicamente con la camiseta de la U, y no lo olvida.

En este mano a mano, además de entregar detalles de su presente en Europa, Larrivey recuerda sus días en el Centro Deportivo Azul, aborda el complejo momento de la U tras la caída en el clásico universitario, reflexiona en torno al legado de Leonel Sánchez y habla de su futuro como técnico. Para esto último, por cierto, el trasandino dio un gran paso: “Ya tengo el título de entrenador. Simplemente falta que me lo den, que me lo homologuen”. Su curriculum suma otra victoria.

- ¿Cómo enfrenta el complejo presente del Cosenza?

- La verdad, sabía que venía en un momento complicado. Me faltaba un poquito de preparación, pero ahora ya estoy muy bien. Los últimos dos partidos los jugué completos, así que estoy con mucha expectativa. Uno nunca sabe, pero si zafamos del descenso, automáticamente se me renueva el contrato. Sería lindo poder cumplir el objetivo, sobre todo para la familia. Estamos cómodos acá, pero en el fútbol nunca se sabe. También estamos abiertos a otras situaciones, pero, a priori, ese es el objetivo.

- Es la segunda temporada consecutiva que lucha contra el descenso. ¿Esa situación lo agota mentalmente?

- Tercera, te diría... En particular, yo sabía que venía a pelear el descenso. Entonces, estaba un poco preparado. En la U, también en la primera campaña sabía que había que hacer muchos puntos por el promedio, y el año pasado me imaginaba más peleando el torneo que el descenso. Pero bueno. Los objetivos van cambiando con el correr de los resultados, de los años, y hay que adaptarse y afrontar las cosas de la mejor manera, con optimismo. Ahora vine con muchas ganas de salir de esta situación. Tengo la esperanza de poder sumar mi granito de arena para que eso pase.

- ¿Cómo reaccionó a la noticia del fallecimiento de Leonel Sánchez?

- Con una tristeza profunda. Había tenido la enorme posibilidad de conocerlo, de charlar en su casa. Agradezco profundamente a su mujer, que nos dio esa oportunidad de ir con Sergio Vargas. Estoy triste por su partida, muy nostálgico. Y me imagino que todo el mundo estará de esa manera. Pero al mismo tiempo con la sensación de alegría por lo que dejó en la gente, por lo que fue. Hoy veo que no solamente en la U se le valora y se le rinde homenaje, sino que en todos los estadios de Chile. Ojalá que pronto se repita (otro jugador como Leonel), pero yo creo que va a pasar un largo tiempo para que un chileno salga goleador de un Mundial, por ejemplo. El legado que deja es enorme y a mí me gusta recordar a las personas, con la tristeza de la partida, que está muy reciente. Pero también con la alegría de lo que significó, significa y significará para la U y la historia del fútbol chileno.

- ¿Qué conversó con Leonel cuando lo visitó en su hogar?

- Llegué y él estaba viendo un partido de la U que habíamos jugado hace unos días. Lo miramos, charlamos y nos comentaba de cuando jugaba él y hablamos un montón del Mundial. Si bien no jugué todo lo que me hubiese gustado en la U, ni estaba empapado con toda la historia del U y el fútbol chileno, fue una charla espectacular. Conocí la persona y mucho más a fondo todo lo que él realizó en el fútbol.

- ¿Qué le pareció el clásico universitario? Me comentó que lo iba a ver...

- Sí, nos quedamos hasta tarde mirándolo. El primer tiempo fue muy difícil, se vio un panorama negro. Fue un partido parejo y donde se veía a un equipo formado, que no ha cambiado o que ha cambiado muy pocos jugadores en los últimos años, el campeón de los últimos años en Chile, frente a un equipo en plena formación, que año a año va cambiando ocho o nueve jugadores y donde se necesita tiempo, trabajo y conocimiento del equipo, entre ellos.

- ¿Y el segundo tiempo?

- Ahí me cargué de energías porque vi un equipo desinhibido, con el ingreso de Osorio y Assadi, que le cambiaron la cara al equipo, y uno se esperanza. Empieza a creer que puede cambiar la situación. Lamentablemente, lo tuvieron ahí, pero no pudieron empatar. Me parece que eso hubiese sido lo más justo, por lo hecho por Católica en el primer tiempo y lo hecho por la U en el segundo. Fue una derrota dolorosa.

- ¿Cuánto más de plazo le daría a Santiago Escobar?

- Como alguien que quiere al club, es muy difícil evaluarlo. Me parece que los más indicados para eso es la gente que está adentro. Ellos tienen que hacer la evaluación y saber si necesita más tiempo, si el camino que está llevando adelante es el correcto. Y, a partir de ahí, decidir. Yo veo un equipo en formación, que todavía le falta engranar las piezas. Puede jugar un partido muy bien, dos regular, dos mal, uno muy bien. Incluso, como el partido del sábado, que jugó un primer tiempo malo y un segundo muy bueno. Entonces, es normal que eso pase cuando hay un equipo prácticamente nuevo. Tú ves otros equipos, que probablemente tengan más regularidad, y son los equipos que cambian menos jugadores o pocos. Me parece que va un poco por ahí. No soy quién para pensar si hay o no que cambiarlo (a Escobar).

- ¿Pero le convence la idea futbolística de Escobar?

- Es que, por ahora, lamentablemente, lo que se está viendo no es lo que él quiere. Yo leí que dijo que el segundo tiempo (vs UC) es lo que quiere que se vea. Y sí, es lo que todos queremos que se vea con más regularidad. Para eso hace falta tiempo, trabajo y en la U es difícil, porque se necesitan resultados inmediatos.

- ¿Ha conversado con su amigo Walter Montillo sobre el momento de la U?

- Hablo todos los días con Walter. Él no vio el clásico, pero le comenté un poco lo que me pareció a mí y tenemos casi las mismas conclusiones de lo que es el club.

- ¿Por qué cree que la U lleva más de cuatro años sin ganar un título?

- Es difícil. Para mí tiene mucho que ver con una estructura que se cambia constantemente. Cambian 10 jugadores por temporada. Hoy, los equipos que pelean arriba y los que salieron campeones últimamente, cambian muy poco. Cambian lo que no funcionan y las cosas que funcionan las dejan. Me parece que eso no está ocurriendo últimamente en la U. Jugadores que han funcionado se han ido y otros que no han funcionado se han quedado. Toma el ejemplo de Colo Colo y Católica. ¿Cuántos jugadores cambió Colo Colo para este torneo?

- Muy pocos...

- Dos o tres. El DT es el mismo. Fue campeón de Copa Chile y segundo del torneo, después de haber peleado el descenso. Católica, del año pasado a este, cambió muy poco. Ni hablar de los últimos años. Cambia dos o tres jugadores. Me parece que tiene que ver con eso, con el cambiar constantemente tantos jugadores. Eso requiere un cierto tiempo de adaptación de los jugadores, de los técnicos. Y sobre todo cuando son entrenadores que vienen de afuera. Es muy difícil tener tiempo en la U, porque se necesitan resultados inmediatos. La presión de todos lados es muy fuerte.

- Entonces, ¿qué aconsejaría?

- Veo difícil que salgan campeones, porque es realmente improbable pensar que logren esa regularidad. En el fútbol nunca se sabe, pero hoy lo veo poco probable. Ojalá en este torneo se den cuenta o tengan bien en claro los jugadores que rindan para el torneo siguiente y ahí puedan sacar las conclusiones y dejar a los jugadores que realmente han rendido y armar una base para el futuro. Porque si el año que viene vuelven a cambiar 15 jugadores y al técnico, es muy difícil que puedan tener un proyecto que realmente se mantenga en el tiempo y que traiga resultados.

- ¿Qué le ha parecido la dupla que han conformado Palacios y Ronnie?

- Se complementan bien. Tienen características distintas y me parece que van a darle buenos resultados a la U. Son jugadores que se generan situaciones y hacen goles, independiente de lo que sea la estructura de juego del equipo, pero ojalá que esta pueda complementar y ayudar a que destaquen. Deseo que les vaya espectacular. Y no solamente a ellos, sino que a cualquier jugador que le toque estar. Ahí también está Cristóbal Muñoz, con una grandísima proyección. Ojalá que pueda tener todos los minutos posibles. Es un jugador que le va a dar muchas alegrías a la U. Al igual que Assadi y Osorio, que son los juveniles que están destacando en el último tiempo.

- ¿Qué otro canterano destacaría?

- Hay muchos. Assadi, Osorio y Muñoz le van a dar muchas alegrías y ojalá que puedan tener esa estructura de equipo que les permita potenciarse y no quemarse. Porque los terminan poniendo al final por una emergencia y no para darle lo que realmente merecen. Ojalá que puedan desarrollar todo su potencial sin tener esa exigencia de tener que entrar y hacer dos goles cada uno. Pero bueno, los equipos grandes funcionan así. También me gusta mucho Mauricio Morales, el volante central que en el último tiempo no ha tenido el rodaje que realmente yo creía que iba a tener. Lo veía en los entrenamientos y creía que tenía un gran potencial. Pero bueno, los entrenadores van decidiendo y van viendo en el día a día lo que más les gusta.

- ¿Aún le da vuelta a su salida de la U o ya es tema superado?

- No, la verdad es que nunca le di muchas vueltas al tema. Simplemente conté con la verdad lo que había pasado. Se dio así y toda la vida voy a estar agradecido a la U por la oportunidad de vestir esa camiseta. Fue un paso espectacular en mi carrera, para mi familia, y voy a estar agradecido toda la vida, independiente de que no fue el final que me hubiera imaginado. Siempre le deseo lo mejor y siempre estoy pendiente de que le vaya espectacular.

- ¿Se imaginaba retirándose en la U?

- En su momento me lo imaginaba, pero no se dio y doy vuelta la página. Siempre lo hago. Soy muy optimista a todo lo que me va pasando. No haberme retirado en la U me abrió la puerta a volver a Europa, algo que yo no hubiera imaginado. Y aquí estamos, en Europa, en Italia, un país maravilloso, con mi familia. Siempre busco el lado positivo de las cosas. Donde se cierra una puerta, se abre una ventana, y acá estoy, disfrutando de mi presente futbolístico y familiar.

- ¿Se siente un nombre importante de la U?

- No, con todos los nombres que han pasado por la U... Yo siempre pienso que cada uno tiene que hacer su propia historia y, al finalizar su paso por cualquier club, tiene que haber dado el máximo e irse tranquilo. Es lo que me pasa a mí. A veces me ha tocado hacer más goles, menos goles, participar más, participar menos, pero siempre me voy con la tranquilidad de haber dejado todo. En cada entrenamiento, de haber sido un buen compañero, de haber sido muy profesional. Para mí, el mayor logro es que hoy alguien vaya por cualquier club y pregunte por Joaquín Larrivey. Estoy convencido de que el comentario que van a dar va a ser muy bueno. Eso vale más que cualquier título y cualquier gol.

- ¿Qué opinión tiene actualmente de Luis Roggiero y Michael Clark?

- Ninguna. Con Luis he hablado varias veces, con Clark también, y ya hablé de mi experiencia con ellos. Les deseo lo mejor, porque representan a la U, un club que quiero mucho, pero no tengo ninguna opinión. Nada que decir.

- Entremos en detalles de lo que significa la U en su vida...

- Significa mucho. Fue uno de mis mejores pasos futbolísticos y disfruté mucho. Más allá de lo que fue el último periodo, extremadamente tenso, siempre lo viví con el optimismo de que íbamos a salvarnos del descenso. Me hubiese gustado disfrutar más a la gente, con la cual tengo un cariño mutuo espectacular. A diario me llegan mensajes en las redes sociales. Le tengo aprecio a la gente de Chile, que no solo me abrió las puertas a mí, sino a toda mi familia. A mis hijos, a mi mujer... Fueron dos años muy lindos para nosotros. Sin dudas, vamos a volver a Chile. A jugar o directamente a dirigir.

- ¿Qué es lo que más extraña de Chile, de la U?

- Lo que más extraño de todos los lugares que pasé, pero en especial Chile, son los amigos. Mi mujer te puede decir que extraña otras cosas, mis hijos extrañan mucho su jardín, sus compañeros, sus maestras... Pero lo que extraño yo son mis amigos, con los cuales tengo contacto casi a diario, ex compañeros con los que hice una amistad, más allá del fútbol. El día a día en la U fue muy bueno, maravilloso. Me sentí como en casa, y eso es producto de que uno hizo las cosas bien. Y hacer las cosas bien no significa hacer goles, sino que ser una buena persona. Lo que más extraño son realmente las personas que fueron dejando huella en mí.

- ¿Hasta qué edad se proyecta jugando fútbol?

- Yo creo que hay dos cosas: cuando uno tiene ganas y lo quieren. Uno puede tener ganas y después no te quiere nadie, o te quieren de lugares a los cuales no tienes ganas de ir a esta altura de la vida. Entonces, por ahora tengo ganas y estoy en un lugar que me encanta. En realidad, yo quiero tener ganas toda la vida. El tema es que también están las ganas de querer dirigir. Por ahora tengo más ganas de jugar que de ser entrenador. Cuando las ganas de ser entrenador les ganen a las ganas de ser jugador, empezaré mi carrera como entrenador. Ya tengo mi cuerpo técnico preparado.

- ¿Le ha pasado que se levanta sin ganas de entrenar o jugar?

- No, nunca. Creo que, si me pasa, automáticamente dejaría de jugar. La verdad es que hoy voy muy feliz a entrenar. Ni que te digo a jugar. Disfruto los entrenamientos, los partidos. Me acuerdo de que una vez lo hablaba con ‘Bose’ en su última etapa en la U y me decía: ‘Lo que pasa es que tú no tienes ningún dolor (ríe) y yo juego y me duele todo tres días. Te veo a ti y te tengo un poco de envidia, porque no te pasa nada de lo que me pasa a mí'. La verdad es que ‘Bose’ siempre tuvo ganas de jugar, pero muchas veces los dolores no le permitían disfrutar todo lo que él disfrutaba en la cancha. Realmente soy un privilegiado en ese aspecto. Me cuido y me siento muy capacitado para seguir jugando.

- Me decía que ya tiene definido su cuerpo técnico. ¿Quiénes lo conformarán?

- Leandro Sartor será mi ayudante de campo; Sergio Achaval, mi segundo ayudante, que hoy está trabajando en Deportivo Morón, en la Segunda División del fútbol argentino; Esteban Bertotti, el preparador físico; y Dani Stano, el analista de rivales y videos. Es una mezcla de buenas personas que tienen ganas y mucho conocimiento. Venimos trabajando hace un tiempo... Vamos a tocar la puerta y nos darán la oportunidad para demostrar todo nuestro trabajo y potencial.

- ¿No le propuso a Montillo ser su mano derecha?

- No, porque a Walter no le gusta. Le gusta más la representación. Ya es mi representante y lo seguirá siendo cuando yo sea entrenador. A él le atrapa más el mundo de poder ayudar, sobre todo a los chicos más jóvenes, que recién están saliendo. Me encantaría (tenerlo en su cuerpo técnico), pero yo sé que no le gusta. Entonces, nunca se lo propuse.

- ¿Está conforme con su carrera?

- No sé si palabra es conforme. Estoy feliz, porque está siendo una carrera en la que estoy dando lo mejor de mí. A veces hay mejores o peores resultados, pero es una carrera que me llevó a dar la vuelta al mundo y que me permite vivir muy bien de lo que me gusta. Sin duda cumplí el sueño de chico. Pero no solamente el mío. Soy consciente de que cumplí el sueño de muchos amigos, de mi familia. Estoy muy feliz con lo hecho y siempre tengo las ganas de seguir haciendo cosas. Esa siempre fue mi filosofía: tratar de dar lo mejor de mí. Obviamente, uno siempre está más contento o más triste por los resultados, pero así es el deporte. A veces se gana, a veces se pierde. Lo importante es poder dar el máximo y estar feliz.