Entrevista AS
“Le prometí a mi hijo que jugaría”: el duro camino del arquero goleador de Segunda
Diego Figueroa hizo noticia el fin de semana pasado al marcar un gol agónico para Real San Joaquín. En charla con AS, describe todo lo que vivió para este presente.
Minuto 95:22. Real San Joaquín perdía 2-1 en La Pintana ante San Antonio Unido. Pero justo en ese instante, Diego Figueroa (32), protagonista de esta historia, puso el 2-2 con un cabezazo potente. ¿El detalle? Era el arquero del cuadro de la Región Metropolitana. La curiosa escena se hizo viral de inmediato.
“Lo vivo tranquilo, sabiendo que esto de que un arquero marque un gol no es común. Atrae luces, llama la atención, además fue un momento significativo para el partido, donde no teníamos muchas más opciones”, comenta Figueroa en charla con AS Chile.
Figueroa es consciente que su acción produjo repercusión, pero él mantiene la calma. Y de hecho, aprovecha el espacio para dar a conocer su historia, que cuenta con pasos hasta por el fútbol amateur y con un año y cuatro meses sin jugar producto de dos graves lesiones. Es por eso que aquel gol marcado en La Pintana no es solamente una jugada que sirvió para empatar un partido profesional, significa mucho más.
“Siempre he tratado de continuar jugando. Gracias a eso hoy estoy en el fútbol. Me considero un buen arquero, pero en el camino he visto muchos más buenos que yo, pero que se han quedado. Creo que la constancia ha sido clave en mi carrera, pero era duro cuando no quedaban muchas opciones o expectativas, porque yo tengo familia, entonces hay factores económicos y futbolísticos. Venía de jugar en Primera B, entonces se empiezan a cerrar los campeonatos, existe la desmotivación”, indica.
- ¿A qué o a quiénes se aferraba para seguir luchando?
- A mí familia. Yo le prometí a mi hijo que jugaría, que iba a volver al fútbol. Y aquí estoy. Si me retiraba, era imposible que en unos años más volviera. Era ahora o ahora.
- Usted se lesionó los ligamentos de un hombro y, después de una larga recuperación, sufrió una fractura en el pie. Fue un año y cuatro meses sin jugar. ¿Cómo describiría esos momentos?
- Yo estaba listo del hombro, hice una recuperación larga, pero muy buena con muchos kinesiólogos. Gracias a eso, lo del hombro quedó atrás. Y cuando ya me sentía pleno, y con varias opciones de equipos que me llamaron, en un gimnasio me doblé el tobillo y me fracturé el quinto metatarsiano prácticamente solo. Fue un golpe anímico muy fuerte, porque la había remado varios meses y me pasó eso. No es una lesión tan grave, es bien común, no tengo ninguna secuela, pero eso me hizo pensar en decir basta en aquel instante y esperar al campeonato siguiente. En la etapa de las lesiones me llamaron algunos clubes, pero la gente del fútbol me conoce. Yo quizás no me voy a retirar con títulos, con grandes logros, pero soy un tipo derecho, que me gusta trabajar y no me gusta quedar mal con nadie. No iba a ir a un lugar no estando recuperado. Soy entrenador de arqueros también, hice mis cursos de INAF porque quiero seguir ligado al fútbol el día de mañana.
- ¿Cómo se sustentó económicamente en ese tiempo en el que no jugó? ¿Suspendió contratos?
- En Deportes Valdivia tenía contrato vigente, entonces no me podían despedir, pero llegó un punto en el que quise salir del club sin problemas. Para eso, llegamos a un acuerdo para finiquitar. Después estuve un par de meses con licencia y luego a la realidad. Uno cuando sale de la burbuja se da cuenta que tienes que generar tus lucas.
- Cuando salió de esa burbuja, ¿con qué realidad se encontró?
- Es que tenía mis escuelitas de arqueros en Viña, cuando estuve en Wanderers. Después en Valdivia. Siempre todo lo que hice fue relacionado al fútbol y no a otros rubros. Gracias al apoyo de Rinat, la marca que me auspicia hace muchos años, me dieron la opción de ser distribuidor autorizado por ellos. Entonces vendo guantes, implementación deportiva, etcétera. En eso me fui manejando.
- Hace un rato, contaba que era “ahora o ahora” lo de ser futbolista. Pero, ¿qué hubiese pasado si esa chance no se daba?
- Si no se daba, mi intención era retornar a mi casa, que es Wanderers y quizás ser preparador de arqueros allá. Hoy se ha hablado mucho del gol, pero todo el camino fue complejo.
- ¿Cuántos años más se proyecta como jugador activo?
- Mi proyecto es el día a día. Me siento bien físicamente, puedo seguir potenciándome. Los arqueros tenemos esa ventaja de jugar unos añitos más. En algún momento sentí que el fútbol me iba a dejar, pero hoy me está dando la mano otra vez.
- Pasó por prácticamente todas las categorías del fútbol chileno. ¿Está conforme con la carrera que ha hecho hasta ahora?
- Sí, porque gracias a Dios estoy jugando. El mayor mensaje que le puedo dejar a la gente que me conoce es que tienen que luchar por lo que quieren. En mi vida me he encontrado a un montón de arqueros mejores que yo, pero aquí estoy, porque he luchado y disfruto cada momento. Hay dicho muy popular entre los futbolistas y que es cien por ciento real: “el que llega no es el más bueno, sino el más constante”.
- ¿Qué sueños le quedan por cumplir?
- Tengo varios. Ojalá volver a Wanderers, quiero terminar mi carrera allí y jugar en la categoría que sea, pero ahí. Y a la par ir formando arqueros en el club. También, en un sueño más lejano, sería maravilloso poder jugar con mi hijo. No sé si me va a dar el físico para poder hacerlo, pero me encantaría. Y lo pienso hasta en una pichanga del barrio.