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Entrevista AS

De La Legua a cumplir el sueño: "Veía a niños 'jugando' con pistolas y ahora los veo con la pelota"

Benjamín Reyes es el único jugador de la población que defiende a Real San Joaquín, nuevo integrante del profesionalismo. En AS, cuenta su historia.

Benjamín Reyes es el único jugador de la población que defiende a Real San Joaquín, nuevo integrante del profesionalismo. En AS, cuenta su historia.
@benja.reyesr.31

En el fútbol amateur hay historias únicas. Es el lugar donde la fortaleza y la constancia son claves para intentar cumplir los objetivos. Y a veces, hay casos en los que la estigmatización social pone un peso extra a esa lucha. Todo lo anterior se resume a la vida de Benjamín Reyes (23), arquero de Real San Joaquín, club que ascendió a la Segunda División Profesional.

'Benja' es el único jugador del plantel nacido y criado en la Población La Legua, sede del club que dejó una huella en 2021. Por su origen, ha sido discriminado en incontables ocasiones. Pero a él no le importó. Después de 10 años luchando ante las adversidades (llegó al club cuando era la Escuela de Fútbol Bam Bam Zamorano), Reyes cumplió su sueño: llegar al profesionalismo. En AS Chile, relata todo lo que debió vivir para hoy disfrutar del éxito.

"Vengo luchándola hace años con el 'profe' Jaime (Lizama). Soy de los que ve la realidad de este logro. Soy el único jugador de La Legua, sé lo que pasa dentro, lo que se habla, entonces es una alegría y un orgullo", cuenta Reyes.

- ¿Ha tenido que lidiar con la estigmatización que hay sobre su Población?
- Gracias a mis padres he podido cultivar valores para no ser igual que el resto, como se dice. Gracias a Dios me tocaron unos padres con otra mentalidad. Yo tengo familiares que están metidos en el ambiente, pero mis padres son distintos. Mi papá es Profesor y mi mamá Trabajadora Social, entonces siempre me guiaron por el buen camino. Todo eso me llevó a conseguir el ascenso y terminar mis estudios.

- ¿Se ha sentido marginado o discriminado por la sociedad por ser de La Legua?
- En ocasiones sí. Tú vas para un lado y te dicen: '¿de dónde eres?' y yo digo orgulloso: 'yo soy de La Legua'. Una vez, cuando estaba estudiando en la Santo Tomás, un 'profe' dijo algo de La Legua en forma despectiva, negativa. Por suerte, tenía buenos compañeros que le dijeron que no hiciera ese tipo de comentarios, porque había alumnos de la población en la clase. A mis padres también les ha pasado, pero siempre me han dicho que hay que ser orgulloso del lugar del que uno es. Pero sí te miran en menos según de dónde eres.

- Hay muchos comentarios negativos por parte de la sociedad para con su población. ¿Qué significa vivir en ella?
- Me ha tocado vivir de todo, pero siempre de lejos. Tengo amigos, conocidos con los que me relaciono gracias al deporte. Uno se acostumbra a las balas y a todo lo que pasa. Antes vivía en el núcleo de todo, así que era más aún. En varias ocasiones ha estado en riesgo mi vida o de mis cercanos. A un familiar le llegó una bala loca y casi pasó a mayores, por ejemplo.

- Lleva 10 años aproximadamente en el club. ¿Qué le hacía seguir peleando por llegar al profesionalismo teniendo en cuenta que en el amateurismo no recibe un sueldo?
- El amor por el fútbol y las ganas de cerrar bocas. Mucha gente de aquí me decía cosas negativas. Cuando me critican, me da mucha fuerza, me gusta callar bocas. Este año fue distinto porque hubo un cambio de mentalidad en los jugadores. De 2020 quedamos tres o cuatro jugadores y los que llegaron tenían las ganas reales de llegar al profesionalismo.

- ¿Cómo vivió las horas previas al partido del ascenso?
- Cuando Trasandino le ganó a Ranco, pensé: 'esta es nuestra chance'. No estaba preocupado del partido en sí, sino de una lesión que tenía. Estaba con molestias en la planta de un pie, no podía pisar, pegarle a la pelota, nada. Pero sabía que iba a jugar y escuchaba a mi familia. Era ahora o nunca. Era mi último año en ANFA. Me costó dormir porque estaba ansioso. Sí sentí que se nos escapaba el ascenso cuando nos hacen el gol a los 3 minutos. Me quería morir (ríe).

- ¿Cuándo le tomó el peso a lo conseguido?
- Recién cuando terminó el partido. Antes no me sentía en el profesionalismo, traté de estar enfocado hasta el pitazo final.

- ¿Le cambia mucho la vida el hecho de llegar al profesionalismo?
- Tengo que vivirlo primero para poder responderlo. Eso sí, en La Legua es diferente. Acá veía o veo a muchos niños 'jugando' con pistolas y ahora los veo con la pelota con la polera del Real San Joaquín. Es bonito.

- ¿Se ve como un referente o un héroe local?
- A veces lo siento así, pero prefiero dejárselo a la gente. Lo que sí, varios cabros de La Legua me han dicho que están orgullosos de mí porque soy el único de la población y sienten que los representaba. Yo les digo que el ascenso es para los que jugaron, para los que no pudieron subir por dos puntos, para todos.

- ¿Cuáles son sus metas ahora?
- Prepararme para la exigencia de la categoría, rendir bien y llegar a Primera algún día, es mi sueño.

- ¿Qué referentes tiene?
- Desde chico me gustó Iker Casillas. Algunos en el barrio me dicen Iker por ese mismo fanatismo. Y me siento identificado con la historia de Keylor Navas. Siempre, en los equipos que ha estado, lo han mirado en menos, pero cuando le toca jugar, rinde y aparece en los momentos importantes.

Su rol social en La Legua

Además de jugar, Reyes también cumple un rol importante en su querida población. "Soy preparador físico y le hacía entrenamientos personalizados a la gente de La Legua y ahí en El Pinar hay una escuela de niños de todos los equipos de la asociación, también trabajo en eso".

- Ahora que llegó al profesionalismo, ¿con qué sueña para su población?
- Me gustaría hacer un gimnasio, porque siempre las personas a las que entreno me preguntan a cuál voy. Todos están motivados a entrenar, pero en este sector no hay, entonces desmotiva. Por ahora, está el fútbol y varios niños se acercan a jugar o saludarme.