Lleva 10 años en Chile, llegó del fútbol amateur y es el goleador del Ascenso: “Trabajé de albañil”

Sin duda, Óscar Ortega ha sido el jugador más relevante de la etapa inicial del Campeonato Ascenso. El argentino encabeza la lista de anotadores y convirtió los cinco tantos que Santiago Morning registra en el comienzo del 2022. Con 32 años, es un actor permanente de la segunda categoría del fútbol chileno, pues hoy afronta la undécima temporada en Chile desde su llegada en 2012. Ortega actuó también en Unión Temuco, Deportes Temuco y, en 2021, ascendió con Ñublense. De su década en el torneo local, sobre sus orígenes en un pequeño pueblo de Santa Fe (Argentina) y acerca del gran presente en el elenco metropolitano, el trasandino dialogó con AS.

“No arrancamos como queríamos, porque llevamos un partido ganado y dos empatados, pero en lo personal estoy contento, con confianza. El profe (Fabián Manzuca) me ha pasado la jineta (de capitán) que eso es muy importante para mí. En general, estamos bien”, manifestó Ortega.

“Jugué en todas las posiciones de la mitad para adelante, pero en el lugar donde me siento más cómodo, y quizás rindo más, es al lado del ‘9′, retrasado un poquito, como mediapunta. Ahí es donde me gusta jugar y por eso llego tantas veces al gol”, añade.

- ¿Qué otras cosas cree que han sido importantes en este inicio de temporada?

- Son muchas cosas. Primero es la confianza que te da el técnico y tus compañeros. Después, la creencia que tiene uno mismo en su forma de jugar, creer siempre, perseverar. Y después todo es trabajo en la semana… pero esto no es solo mío, también está la ayuda de los compañeros. Somos 11 dentro de la cancha y todos aportan lo mismo, pero ahora me toca hacer los goles a mí (ríe).

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- Lleva una década en el país, ¿Por qué no ha tenido la oportunidad de jugar en Primera División?

- Es lo que me pregunto siempre yo… qué sé yo, Dios sabrá. Yo estoy tranquilo, hoy estoy en el ‘Chago’ y quiero hacer bien las cosas acá. Después, el tiempo dirá si juego en Primera, no lo sé. Por ahora, vivo el presente.

- Ascendió con Ñublense en 2020, ¿no existió la chance de seguir en el plantel?

- Mira, no lo sé, porque de eso se encargó mi representante. No sé si después hablaron los dirigentes con él. Yo hice lo que tenía que hacer, fui y aporté mi granito de arena. Por suerte, se dieron las cosas y después el pase pertenecía a Santiago Morning y ellos tenían que arreglar. Pero mis ganas de quedarme allá siempre estuvieron, desde que llegué. Trataré de hacer lo mejor posible ahora para que se me dé otra oportunidad.

Pasado en la construcción

- ¿Cómo surgió la posibilidad de llegar el fútbol chileno, en 2012?

- No hice cadetes, solo jugué por las inferiores de mi club en mi pueblo (Berabevú). Se llama 9 de julio y juega en una liga local. Se dio la casualidad de que, el 2011, nosotros jugamos una final ahí, en la zona, y me vio Ricardo Lunari. Me contactó rápido, me preguntó si tenía ganas de salir del país y llegar a Chile. No lo dudé, en ese momento yo estaba trabajando y jugando al fútbol. Entonces vine para acá a probar suerte, total no perdía nada.

- ¿Fue difícil la llegada? Significó un cambio de vida, pasó a ser futbolista profesional.

- Me costó en un principio, en el 2012. Extrañaba mucho, estaba solo, pero había que aguantársela, hacer un sacrificio. Sin embargo, aquí estoy todavía. No había salido nunca de mi pueblo y salir de mi zona de confort, eso fue difícil. Después, cuando me fui acostumbrando acá, con las ayuda de los dirigentes, de los técnicos, de los compañeros que tuve, se me hizo muy fácil.

- ¿Al momento de la propuesta para venir e Chile, imaginaba que podía llegar a ser futbolista profesional todavía?

- Cuando era niño siempre soñaba con llegar al fútbol profesional. Siempre tuve las ganas de jugar en el fútbol argentino, pero… qué se yo, no sé, nunca pensé que se me iba a dar. El sueño estuvo siempre ahí.

- ¿En qué trabajaba en su pueblo cuando se vino a Santiago Morning?

- Estuve trabajando con un amigo en construcción, de albañil. Después, me fui a trabajar con mi tío en señales. Cuando cumplí 19 años, me dediqué un poco al fútbol de allá hasta venir para acá. Había una pequeña ayuda económica del club, pero la cosa era trabajar o estudiar también. Otra cosa no había para hacer ahí.

Inicios en el profesionalismo

- ¿Después de un tiempo en Chile, sintió que pudo jugar como lo hacía en Argentina?

- El primer año sentí que estaba como en mi pueblo. El problema era que llegaba a entrenamiento y era totalmente normal, pero después cuando llegaba al departamento, estaba solo y ahí me daba la cosa. En los entrenamientos y en el fútbol, no me costó nada adaptarme.

- ¿En algún no sintió que al no haber pasado por el fútbol formativo le faltaban cosas para desempeñarse mejor?

- No, en ese instante no. Pero si a lo mejor hubiera tenido cadetes o hubiera estado en club profesional desde niño, no sé si estaría acá. Pero bueno, las cosas pasan por algo. Allá jugué hasta los 16 en las inferiores y después pasé a una reserva de la Primera, de los 17 en adelante. Allá te largaban a jugar no más, como que no te enseñaban nada, era solo jugar.

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- ¿Qué le parecido el fútbol chileno? ¿Siente que es propicio para su juego?

- Mira, en el Ascenso es difícil jugar. Por ejemplo, en mi caso, yo recibo la pelota y me llegan dos o tres jugadores. En el mismo partido contra San Felipe (empate 1-1 por le fecha 3), las líneas estaban muy juntas y era muy difícil. Ahora el nivel que uno ve en Primera División es muy diferente al fútbol argentino. Acá se pierde mucho tiempo, alegan, hacen tiempo, tienen poco tiempo de juego.

- ¿Siente que, por sus características de juego ofensivas, se podría insertar bien en Primera División?

- Qué sé yo… es fútbol. Pienso que no me va a costar mucho. Si se me da la oportunidad de jugar en Primera, siento que me puedo adaptar rápido. Pero primero déjame disfrutar el momento con Santiago Morning y después a fin de año vemos si cumplimos el objetivo (de ascender). Después vemos, tengo que vivir el día a día.

Planes a futuro

- ¿Cuáles son sus planes individuales?

- No, lo mío es vivir el día a día. Pensar en el momento, sí tenga una meta y un sueño, que es poder ascender al club que me trajo a jugar profesionalmente. Pero si no se da, qué vamos a hacer. También tiene que tener un poco de suerte esto.

- ¿Pensaba o tenía la expectativa de estar tanto tiempo acá?

- La verdad es que no en estar tanto tiempo y me voy a quedar más tiempo todavía. En algún momento me dio vuelta la idea de volver a mi pueblo, pero fue seis o siete años atrás. Ahora, no sé si me quiero ir, estoy tranquilo, tengo familia. Mi pareja es argentina, tengo un hijo chileno que tiene cuatro años y estamos esperando otro. Mi señora esta de 23 semanas.

- ¿Después del fútbol, le gustaría seguir en el país?

- No lo sé, no pienso en irme o quedarme. Lo que sí quiero es jugar seis o siete años más. Después veré si se da la posibilidad de poder quedarme acá y seguir ligado al fútbol, o volverme a Argentina.

- ¿Cuál cree usted que sido el mejor momento de estos 10 años en el Ascenso?

- No sé, es difícil. En el 2012 hice muchos goles, pero peleamos el descenso. Después, cuando vino Jaime (García, actual DT de Ñublense) hice muchos goles, ahí peleamos un poquito arriba. Depende del técnico que tengas. Uno te puede hacer andar bien, quizás otro te va a hacer anotar más goles, pero en este 2022 ha sido el mejor arranque que he tenido. Si me preguntas con cuál año me quedo, te respondo el del ascenso con Ñublense (en 2020). Había una opción de compra para seguir, pero no quiero entrar en detalles, no sé qué pasó ahí.