“Mati Fernández siempre me dice que debí seguir jugando, que era mejor que él”

Hace un tiempo, Matías Fernández sorprendió al dar una entrevista y, casi sin quererlo, dio a conocer una historia totalmente desconocida. “¿Te acuerdas de Joao?”, le preguntó Claudio Borghi en el programa ‘Plan Vital de a Tres’ y el recién retirado jugador desempolvó parte de la historia.

“Todavía hablo con él. Era extraordinario, de los mejores jugadores que he visto en mi vida. Joao era más promesa que yo, teníamos 13 años, vivía en Rancagua y para que se viniera a Santiago se trajeron también a su familia y mandaron jugadores profesionales por él. Imagínese el nivel que tenía para que hagan eso por un niño de su edad” , contó el ‘14′.

Pero, ¿quién es Joao y qué fue de él? De partida ese es su apodo, porque su nombre es Manuel Alejandro Pereira, y en diálogo con As contó su parte de una historia futbolística que parecía dada para el éxito. Pero no fue así. Hoy es operador de sistemas en una empresa informática, además de haber estudiado Educación Física.

- ¿Es verdad que era mejor que Matías Fernández?

- Tenemos una relación de amistad, compartimos pieza, íbamos al mismo colegio y andábamos para todos lados juntos. ¿Si era mejor? A veces nos citaban a entrenar con el plantel y por ejemplo yo iba dos veces y el una, o sea yo era más requerido. De hecho, él siempre me dice ‘hueón, debiste seguir jugando, eras mejor que yo’.

- ¿Qué atributos tenía que no poseía el ‘Mati?

- Yo quizá era más encarador, hacía bicicletas, tenía un juego más vistoso y también era rapidísimo. Lo que sí, yo nunca le enseñé nada al ‘Mati’, ninguna jugada. Por ejemplo la ‘Mati rabona’ se la copió a un jugador de barrio de La Calera. Ahí la rescató y la modificó.

- ¿Y por qué no logró tener una carrera como la de Matías?

- Por las lesiones, tuve algunas importantes en la rodilla. A los 17 años fue la primera y justo en ese tiempo salía nómina, así que me perdí casi todo ese proceso. Al año siguiente otra vez tuve problemas en la rodilla y ahí mi juego cambió. Yo era explosivo y marcaba diferencias, después perdí un poco eso y mi carrera se vio condicionada.

- Igual tras dejar Colo Colo intentó en otros lados...

- Terminé la etapa de juvenil y el ‘Bichi’ me quiso ayudar y me subió al plantel 2006. Estuve casi todo el año, pero nunca me pude recuperar bien y pedí mi salida. Me llamaron de O’Higgins y al final en Colo Colo me dieron el pase. Estaba Jorge Garcés y en la pretemporada me fui a préstamo a Colchagua en Tercera, ahí anduve bien y salí goleador del campeonato. Volví el 2010, cuando llegó Sampaoli, y él me hizo debutar, pero me empezó a pasar lo mismo con la rodilla, ya no me aguantaba el físico con tanto entrenamiento. Después me fui a Magallanes, luego a Temuco, pero a los 23 años me puse a estudiar Educación Física.

- ¿Le costó tomar decisión?

- No, no me costó, porque sabía que no iba a estar en un nivel que me hubiese gustado y fui perdiendo motivación. En Tercera División te basta con jugar a media máquina para marcar diferencias, pero no en el Ascenso o en Primera.

- ¿Se ha puesto a pensar cómo hubiese sido su carrera sin las lesiones?

- Después de ver a Matías, lo que fue como jugador, o a Vidal también que casi no jugaba en juveniles, sí lo he pensado y creo que hubiese tenido una carrera muy parecida a la del ‘Mati’. De hecho mi señora, a la que conocí en Colo Colo, siempre me dice en broma ‘ahora podríamos estar tranquilos, de vacaciones en Europa’.

- ¿Cómo era Fernández en sus inicios y cómo evalúa la carrera que tuvo en el extranjero? Muchos dicen que pudo dar aún más...

- Matías fue siempre igual, me sorprende que le cueste tanto hablar con la prensa, porque en la interna tira la talla, habla mucho, de repente se ponía a decir algo y todos nos quedábamos callados. Tiene personalidad. Sobre su carrera, quizá todos pensaban que podía hacer más. Cuando fue a España hablábamos y en Villarreal le costó porque le pedían marcar mucho por la orilla y cuando tenía la pelota estaba muy ahogado, eso lo condicionó. Él decía que si no se aplicaba tácticamente no jugaba, porque allá todos son buenísimos y eran estas otras cosas las que marcaban la diferencia.