“Me hubiese gustado haber jugado más en la U... Mi hijo nunca me había visto en una cancha y cuando lo hizo lloró”

Eduardo Navea irrumpió con fuerza el 2006 luego de debutar en el primer equipo de la Universidad de Chile. El ex futbolista, hoy trabajador del Liceo Brígida Walker de Ñuñoa, asomó como una de las grandes promesas del fútbol chileno, aunque tras pasos por diferentes clubes del ascenso, se retiró en 2017 con apenas 31 años.

En los azules disputó tres partidos oficiales y convirtió un gol, ante Deportes Concepción en 2008 dándole el triunfo 2-1 a la U en el minuto 87. Pese a no haber sumado más duelos oficiales, Navea se crió en el Caracol Azul en medio del complejo momento económico que atravesaba el club en ese momento, aunque años más tarde fue parte también del histórico plantel del 2011, encabezado por Jorge Sampaoli.

“Mi hijo chico nunca me alcanzó a ver jugar en una cancha de fútbol y ahora hace poco para el partido a beneficio de Cristóbal Campos me invitaron y me vio jugar. Fue emocionante porque él no tenía recuerdos míos jugando en un estadio y ese día cuando me vio se puso a llorar. Fue un lindo momento”, asegura en conversación con As.

- ¿Qué significa la U en su vida?

- Yo llegué a los 13 años a la U y me fui a los 25. Estuve en el plantel de Arturo Salah, de Salvador Capitano, de Gustavo Huerta, de Jorge Sampaoli, por nombrar algunas etapas. Tuve la suerte de poder compartir con muchos jugadores históricos y viví momentos muy lindos durante todos esos años, me tocó salir mucho a préstamo, pero guardo muy buenos recuerdos. Le tengo un gran cariño a la U.

- ¿Le quedó la espina de quizás haber podido jugar más en el club?

- Yo siempre he dicho que me hubiese gustado jugar más partidos en la U, pero el momento económico de la institución en esos años era muy malo. De hecho, yo fui uno de los primeros que empezó a salir a préstamo por lo mismo, porque la situación era complicada. Estaba todo el tema de la quiebra y me tocó salir varias veces a préstamo porque la U necesitaba tener jugadores así, ya que los clubes le daban un porcentaje economico por tener a algunos futbolistas.

- Le tocó vivir ese complejo momento de la quiebra...

- Me acuerdo que los más jóvenes recibíamos una ayuda social de 20 mil pesos de esa época, o sea era nada. Ahí Marcelo Salas, que había vuelto, se puso la mano al bolsillo y nos subió esa ayuda, él arregló al final todo con nosotros, pero a nivel económico estar en la U no convenía, salir a préstamo era la mejor opción. Algunos se quedaron sí, porque aguantaron, pero era porque tenían también una base económica de la familia, entonces no les faltaba en ese sentido.

- ¿Cómo fue el momento en que decidió salir definitivamente de la U?

- Cuando llega Sampaoli todos los jugadores nos presentamos a los entrenamientos, incluídos los que volvíamos de los préstamos. Ahí estuve un año con él, pude conocer el Centro Deportivo Azul que estaba recién inaugurándose en ese momento, yo había estado en el Caracol Azul y eso fue un gran salto para el club. Compartí con todos esos jugadores que terminaron formando una época histórica para el club y bueno después ya el 2012 Iberia decidió comprar mi pase y ahí me quedé hasta mi retiro en 2017.

Su ‘olvidada’ etapa en la U de Jorge Sampaoli: “Almorzábamos todos juntos en el CDA”

- ¿Qué recuerdos tiene de ese inolvidable 2011 para la historia de la institución?

- Lo de Sampaoli era otro tipo de trabajo, nada que ver con lo que había tenido antes, mucha intensidad y muy enfocado en lo físico. Cuando uno le cree al técnico y él te dice las cosas como son, se empieza a generar un ambiente muy bueno y gracias a Dios fue lo que ocurrió ese año. Quizás mucha gente no se acuerda, pero Sampaoli tenía un grupo grande ese año, éramos cerca de 35 jugadores y él tenía un equipo para la Copa Chile, otro en el Campeonato Nacional y otro en la Copa Sudamericana, que por lo general eran los mismos.

- ¿Cómo fue su relación con él?

- Lo que tenía Sampaoli es que trabajaba mucho con los que no estábamos jugando en ese momento, de hecho almorzábamos todos juntos en el CDA. El tipo estaba preocupado de todo, nos preguntaba cómo estábamos y si nos faltaba algo, era bastante cercano al jugador, yo le agarré mucho cariño. Recuerdo que en los entrenamientos nosotros le decíamos ‘para qué vamos a correr tanto’ y nos respondía ‘es para que después ustedes vuelen en la cancha’ (ríe). Ese grupo era muy bueno a nivel humano, todos remaban para el mismo lado, tanto a los que les tocaba jugar como los que formábamos parte del plantel. No había envidia como se ve ahora en los clubes.

- Durante su etapa en los azules tuvo un montón de compañeros destacados. ¿Recuerda a alguno en especial?

- Bueno con Waldo Ponce somos amigos desde hace años y con Johnny Herrera también. Cuando yo subí al primer equipo de la U a los 16 años, ellos fueron los primeros en acogerme de buena forma, siempre tengo buenos recuerdos de ellos. Bueno como comentaba también compartí muchos momentos con Marcelo (Salas), con Caté (Manuel Ibarra), con Pepe (José Rojas) por recordar a algunos.

- ¿Cuál fue el jugador más talentoso con el que compartió?

- Uno que recuerdo mucho fue Walter Montillo. Cuando llegó el 2008 a la U, en el primer entrenamiento nosotros dijimos ‘y este de dónde salió’. Era joven, técnicamente era espectacular y físicamente andaba muy bien, sabíamos que la iba a romper. En esa Copa Libertadores del 2010 yo ya estaba jugando en Temuco y me acuerdo haber visto ese partido donde le hace ese gol a Flamengo en que se la pica al arquero, estaba con Marcelo (Salas) que ahí ya era dirigente del club y dijimos ‘no, Montillo está a otro nivel’ y así terminó siendo después a lo largo de su carrera.