¿Rebelión? El ‘quiebre’ que provocó Quinteros en Brasil
El DT varió la propuesta posicional que le había dado dos triunfos en los duelos precedentes y el Cacique mostró una falencia que fue clave en la goleada.
La derrota de Colo Colo ante América Minas Gerais, en los playoffs de los octavos de final de la Copa Sudamericana, dejó varios frentes abiertos en el Cacique. Uno que llama la atención tiene que ver con el aspecto táctico, a raíz del desacuerdo con Gustavo Quinteros exhibido por algunos integrantes del plantel albo. No había acontecido antes, ni siquiera en todo el ciclo del DT en el Monumental, por lo que inmediatamente quedó en el registro.
Otro sistema
Finalmente, Quinteros optó por una formación con el sistema de juego 1-3-5-2 en Belo Horizonte, desechando la opción de conservar el esquema 1-4-2-1-3 empleado en el partido de ida en el Monumental, que concluyó con un triunfo por 2-1 de Colo Colo. Incluso, en el duelo posterior por el Campeonato Nacional 2023, ante O’Higgins (victoria por 2-0), los albos también mantuvieron la organización posicional del triunfo contra los brasileños.
“La línea de tres nos costó mucho, pasó por ahí. Si entrábamos en línea de cuatro y hacíamos lo mismo que allá (en Chile), capaz que cambiaba”, sostuvo Maximiliano Falcón tras la eliminación de la Copa Sudamericana. Esteban Pavez, por su parte, aseguró que “el primer tiempo fue muy malo. Tácticamente, nos ganaron en todas las líneas. Fue un 3-0 que nos dolió bastante y fue difícil revertir eso”.
Falencia clave
La debilidad defensiva fue el factor clave que hundió al Cacique en Belo Horizonte, sobre todo en la mitad inicial de la primera fracción. Los tres centrales, Falcón, Alan Saldivia y Erick Wiemberg, y los dos carrileros o laterales-volantes, Óscar Opazo y Agustín Bouzat, no pudieron contra el juego en amplitud y profundidad del bloque ofensivo local. Tanto así, que el entretiempo Quinteros reorganizó al Cacique con una formación 1-4-2-1-3, a raíz del ingreso de Jordy Thompson y la salida de Wiemberg.
El principal referente en ataque de los locales fue el uruguayo Gonzalo Mastriani, quien anotó dos goles y de quien debió encargarse el trío de centrales en las acciones constantes de presión y cobertura. Esto dejó espacios para que Matheuzinho y Rodrigo Baranda, volantes ofensivos del cuadro local, jugaran con plena libertad a las espaldas de los mediocampistas centrales albos, Esteban Pavez y César Fuentes, y en las zonas interiores de los carrileros colocolinos, Opazo y Bouzat, quienes debían encargarse del control de los laterales-volantes opuestos, Rodriguinho y Nicolás.
Incontrolables
El segundo elemento determinante en la caída de los albos tuvo que ver con la velocidad de progresión que desplegó el bloque ofensivo rival. Las acciones de ataque más decisivas, que terminaron en los tres goles del primer tiempo, adquirieron trascendencia por la rapidez de desplazamiento del balón y de los movimientos de los jugadores que intervinieron. Entonces, la zaga colocolina, junto a la desventaja de la inferioridad posicional, debió enfrentar también asociaciones veloces frecuentemente muy difíciles de neutralizar.
Ante este panorama defensivo, surgió la duda en torno a qué habría sucedido con los albos con una formación de línea de cuatro en la zaga, tal como lo planteó Falcón. Al menos, en los dos partidos precedentes, contra los mismos brasileños y en el Campeonato Nacional 2023, las falencias exhibidas en Belo Horizonte ni siquiera habían adquirido el cariz de insinuaciones.