“Siento una pena gigante, nunca viví esto en mis 20 años en Chile... Afecta en la vida personal”
Juan Pablo Miño recibió 20 fechas de castigo en Segunda División. En diálogo con AS, se defendió: “Nunca existió ese tipo de agresión contra el árbitro”.
La sanción del Tribunal de Disciplina de la ANFP causó impacto hace algunos días y tuvo a Juan Pablo Miño como protagonista. El experimentado volante de Brujas de Salamanca recibió 20 fecha de castigo, tras ser expulsado ante Osorno. Bastián Pavez, árbitro del encuentro de Segunda División, denunció un cabezazo en el pómulo y un pisotón propinados por el ex Cobresal y Audax Italiano, entre otros clubes. El mediocampista argentino conversó con AS e hizo sus descargos.
“En el informe el árbitro puso que recibió un cabezazo de mi parte y se ve claro en las imágenes que lo mío es solamente un reclamo. En el contexto de un partido, donde las pulsaciones están a otro nivel. Uno va a reclamar, pero jamás se me ocurrió agredirlo físicamente con un cabezazo en el rostro. Lamentablemente, en el informe no midió las consecuencias de lo que estaba poniendo", explicó Miño, de 37 años y casi dos décadas actuando en Chile.
“Siento una pena gigante, nunca viví esto en mis 20 años de carrera acá en Chile. Esto también afecta en la vida personal, más allá de lo futbolístico. Una acusación así y que te den tanta cantidad de fechas es complicado. He visto jugadores que se los han llevado detenidos del partido y les han dado menos de cinco fechas”, agregó el argentino.
- ¿Ratifica que nunca pasó lo que indica el informe arbitral?
- Las imágenes están más claras que yo, en ningún momento, lo agredo físicamente. Me pongo a pensar que si hubiera existido tal agresión como sale en el informe, mínimamente habría tenido algún hematoma, alguna herida o hubiera pedido asistencia médica. No hubiera podido seguir arbitrando, hubiera hecho la denuncia también con los carabineros por la Ley de Estadio Seguro. Estoy muy sorprendido y afectado por esta situación. Espero que se pueda aclarar bien con las imágenes.
- ¿Pudo hacer sus descargos en la primera instancia del Tribunal de Disciplina?
- Mira, el tema fue que en la audiencia solo pudo hablar el árbitro y después de eso vino la sentencia del tribunal. Ahora, el club puede reunir todas las pruebas y evidencias para apelar a este fallo. Hay tiempo hasta el martes de la semana que viene.
- ¿Cuentan con pruebas y argumentos potentes para revertir el fallo?
- Lo que siento es que nunca existió ese tipo de agresión que está en el informe. Para informar tal agresión, mínimamente debería haber pruebas físicas, primero. Algo que demuestre que lo golpeé, pero son cosas que uno no entiende. Me afectan en mi vida personal, a uno le cortan la carrera. Uno vive de esto y para esto, y en mis antecedentes jamás pasó algo así de esta forma.
- Usted es un jugador fuerte en la cancha…
- Uno reconoce que tiene el temperamento para jugar, pero nunca he tenido este tipo de agresividad física. Más encima, contra el árbitro. Eso está demás aclararlo. También he recibido muchos llamados de ex compañeros, de periodistas. Me decían que es increíble ver en las imágenes que no hay una agresión de esa magnitud y las fechas que me dieron. Es algo muy extraño.
- ¿Hasta la expulsión era un partido tranquilo?
- Mira, la verdad que esta es una categoría complicada por el tema de los arbitrajes. Uno tiene en claro que son personas y que uno como jugador comete errores y los árbitros igual. Personalmente, siento que a nosotros se nos ha cargado mucho la mano. Con cobros injustos y expulsiones injustas. Eso uno lo viene acumulando. Fue el reclamo en el contexto de un partido disputado.
- ¿Cuenta con el respaldo del club?
- Sí, han puesto a los abogados al servicio de mi ayuda. Está más que claro que las imágenes muestran que en ningún momento le pego un cabezazo en la cara al árbitro. No existió nunca tal cosa. Brujas, con el dueño Miguel Pereira, me han dado todo el apoyo. Están los abogados trabajando en eso y están las pruebas para demostrar que lo que puso en el informe el árbitro está totalmente alejado de la realidad. Esto me corta las piernas, porque la suspensión es prácticamente por un año y por una situación que no ocurrió.
- ¿Lo impulsa también evitar que se dañe su imagen en el fútbol chileno?
- Jugué muchos años en la B y muchos en Primera, y nunca pasó algo así. Claro que uno tiene su temperamento, pero jugando. Nunca tuve la intención de agredir físicamente a un árbitro, eso es lo que más me duele. Yo creo que el árbitro, a la hora de escribir el informe, nunca midió las consecuencias de lo que me podía llegar a perjudicar. Lo último que me queda es pelearla hasta las últimas opciones que tenga. Agotar todas las instancias para demostrar que lo está escrito en ese informe es falso.