“Soy autocrítico, fui muy indisciplinado y me jugó en contra”

Jaime Droguett fue uno de los hombres sobresalientes en la Copa Chile. El delantero de Deportes Rengo, de 34 años, anotó el gol del triunfo en la victoria ante Curicó y el elenco de Segunda División eliminó a los albirrojos del certamen. Los últimos años no fueron buenos para el atacante, estuvo lejos del fútbol y, cuando parecía que su carrera concluía, consiguió una oportunidad en el club que hace su estreno en el profesionalismo.

- Su última etapa fue en Puerto Montt antes de la pandemia…

- Claro, y después por la situación se hizo complicado buscar club. De todas maneras, se dio la chance de trabajar igual en el fútbol, lo estaba haciendo de coordinador en la escuela oficial de la U en Maipú. Es una linda experiencia trabajar con niños, brindarles las experiencias que a lo mejor uno tuvo como profesional, que sí se pueden conseguir los sueños. También estuve de profe en una escuela de fútbol de alto rendimiento en Chicureo.

- Siempre ligado a la actividad futbolística…

- Por supuesto, también tengo mi propia escuela de adultos también, es un lindo proyecto. Fomentamos el entrenamiento en gente que a lo mejor cuando niños no tuvieron la posibilidad de estar en una escuela de fútbol. Me toca entrenar a personas que juegan muy bien y otros que nunca habían tocado la pelota en su vida y se han motivado para estar en la escuela. Se ejercitan, salen de la rutina y eso ayuda en su salud mental. Ha sido también una linda experiencia esa escuela de adultos.

- ¿Se mantuvo entrenando por su cuenta con la idea de retornar al fútbol competitivo?

- Siempre estuve entrenando y también cambiando muchos hábitos. Cuando sales del fútbol, tienes que preguntarte por qué pasó. Soy muy autocrítico, fui un jugador muy indisciplinado, quizás no tan profesional y eso me jugó en contra. Siempre en el fútbol se dice ‘claro, es buen jugador, pero…’. También se ve el ámbito personal y quizás eso me jugó un poco en contra.

- ¿Qué cosas cambió?

- Muchos hábitos, dejé el alcohol, dejé de salir en la noche, empecé a hacer las cosas bien al margen de si volvía o no al fútbol. Haciendo las cosas bien, todo empezó a mejorar y, cuando se me dio la posibilidad de ir a probarme a Rengo, pude demostrar que uno es buen jugador. Los dirigentes y el director técnico (Matías Garrido) me dieron su confianza, y así estamos hoy en el profesionalismo.

- Ya tiene 34 años, ¿cuáles son sus expectativas ahora?

- Tratar de tener un término de carrera como corresponde. Sentían que no era el tiempo adecuado salir a los 31 años del fútbol. Tenía esa espinita clavada de que puedo dar más, que podía entregar algo más. Algo me queda todavía, porque si no, no hubiese podido jugar todavía, no vuelvo, me quedo haciendo clases. Siempre he confiado en mí, confío en mis condiciones, sé que puedo darle un buen término a mi carrera. También por mis hijos, mi hija sí me vio jugar, pero mi hijo, el más chiquitito, no y le encanta el fútbol. Vio el gol por la televisión, vio a su padre y se alegró.

- Un motivación extra para usted…

- Claro, antes era más inmaduro y no estaba viendo que, cuando uno es padre, más que todo tiene que ser un ejemplo para sus hijos. Ahora trato de terminar bien mi carrera y ser un buen ejemplo para ellos. Mi hija también se ha reencantado, porque antes quizás haciendo las cosas mal uno se aleja mucho de la familia. Hoy, a mi señora también tengo que agradecerle, porque sin el apoyo de ella no podría haber vuelto al fútbol profesional.

Ampliar

- ¿Cómo se ha sentido en la vuelta a la competencia profesional luego de todo este tiempo?

- Gracias a Dios, bien. He sido titular en todos los encuentros que hemos disputado. Me he preparado muy bien, la pretemporada la hice lo más profesional posible, el tema de la alimentación, los suplementos vitamínicos. En mi renacer en el fútbol, mi idea es ser un ejemplo para esos muchachos que están con nosotros y son muy jóvenes. Si uno no mete disciplina en esto, estamos jodidos. El fútbol no va con la indisciplina, a mí me costó aprenderlo, pero quizás nunca es tarde.

Pariente de...

El delantero de Rengo es hermano de Hugo Droguett, destacado ex futbolista de Universidad de Chile, la Roja y varios clubes en México. “Siempre ha estado presente en mi carrera. De hecho, cuando yo estaba en los cadetes de la U, mi hermano ya era profesional y jugaba en la U de Conce y después se fue a la U. Ese fue un proceso lindo, porque siempre fui pelotero en el estadio. También como todo joven que se cría en un club, iba a ver los partidos y siempre mi hermano fue un ejemplo a seguir”, afirma.

- ¿Eso le permitió tener más cercanía que otros muchachos con el mundo del fútbol profesional?

- Claro… nosotros veníamos de un barrio no muy bueno en Renca y verlo a él triunfar también fue una motivación extra. Pensaba que si tenía las condiciones como hermano, podía optar a ser profesional. Gracias a Dios, se pudo dar. Claramente fueron realidades diferentes, Hugo jugó afuera, en la Selección, tuvo una carrera más exitosa, pero dentro de todo no me puedo quejar de mi carrera. He podido estar inserto en el fútbol profesional, también estuve afuera un tiempo. Y ahora estoy volviendo a retomar esto que uno tanto ama. También uno tiene que tener autocrítica sobre qué cosas hizo bien y cuáles hizo mal.

- Su inicio en el fútbol fue singular, partió actuando primero en el extranjero, en México…

- Estuve en la U, pero no pude llegar a acuerdo en el tema del contrato cuando era juvenil. No me puedo quejar, eso sí, la U se portó muy bien conmigo, pero lastimosamente no pudimos llegar a un acuerdo entre ambas partes. Me tocó irme joven a México, con 17 años. Estuve seis meses en León Guanajuato, que estaba en segunda división en México. Después, en 2008 firmé contrato profesional con los Tecos de Guadalajara. Hugo entonces estaba en Morelia, había jugado antes en los Tecos, cuando el equipo estuvo en primera.

- Después vuelve a Chile y hace un recorrido, por más de una década, en varios clubes y diferentes divisiones también…

- Sí, en Primera B, por Tercera División, porque todavía no existía la Segunda División Profesional. Pero en Primera B fue mi estadía más larga, en San Felipe, Puerto Montt, Coquimbo. Estoy muy agradecido de toda la gente de San Felipe. Llegué el 2014, estuve tres años, y la verdad es que eso le dio un plus a mi carrera. Gracias al presidente del club, pude conseguir muchas cosas, comprarme mi casa… siempre voy a estar agradecido de San Felipe. Fui criado en la U, pero el club que me brindó todas las oportunidades y con el que me identifico es San Felipe.

- ¿En ese intertanto se ilusionaba con llegar a jugar en Primera División?

- Sí, por supuesto. Tuve chances, dos oportunidades de haber jugado en Primera División, pero lastimosamente por las cosas de la vida no se pudieron concretar. Me quedó obviamente esa espinita de poder haber jugado en Primera División. Obviamente que siendo más joven uno tiene más condiciones, pero nunca es tarde. No me considero un jugador tan limitado como para no poder jugar en Primera. Me gustaría sacarme esa espinita, pero si no se da, que todo fluya nomás.