Un cambio brutal en la UC: de las críticas al fin de un ‘invento’
Los cruzados llegarán en su mejor momento al clásico contra la U. Golearon y exhibieron una forma de juego nunca antes vista con Tiago Nunes.


Universidad Católica contará con una oportunidad única para confirmar el sorprendente nivel de juego que exhibió en el triunfo por 6-0 contra Everton, que le permitió acceder al liderato del Campeonato Nacional. Los cruzados enfrentarán este sábado a Universidad de Chile en otra versión del clásico y la visita llegará al Estadio Nacional en el mejor momento futbolístico desde que Tiago Nunes se encuentran al mando del plantel.
En el Bicentenario de La Florida, la UC goleó con claridad el cuadro de Viña del Mar e incluso el marcador pudo ser más expresivo en vista del gran nivel individual y colectivo mostrado. El elenco franjeado fue un equipo dinámico en ambas fases del juego, con una posesión del balón fluida y directa, seguro en la última línea y con un accionar por los bandas apabullante y que no tuvo contrapeso de parte del cuadro rival.
Muchos problemas
Lo hecho por los dirigidos por Nunes fue un claro contrapunto a lo exhibido durante el 2025. Al margen de los triunfos y derrotas o de la nueva eliminación en la fase local de la Copa Sudamericana, contra Everton dejaron una gran impresión en su forma de juego, que fue más concordante con el patrimonio futbolístico del club. Antes, el equipo no se encontraba en el campo, mostrando claras falencias en la construcción de juego, en la función defensiva y sin la improvisación indispensable de los hombres con mayor capacidad futbolística en un cuadro grande.
Otro equipo
Lo que más llamó la atención de la UC en la goleada de la fecha pasada fue el gran volumen de juego ofensivo. Los cruzados atacaron constantemente y los hombres de Everton no tuvieron respiro. Las acciones de gol ascendieron a 16 y de estas 10 concluyeron con un tiro a la portería visitante, incluyendo los seis tantos anotados. La cifra es elevadísima, considerando que una buena faena de ataque contempla un promedio de tres o cuatro llegadas en cada uno de los dos tiempos de un partido.
Ratificación de una idea
Hasta el duelo contra Everton, la UC había sido fuertemente criticada por las escasas luces de su diseño ofensivo, que contemplaba sólo el envío de centros al área penal oponente desde todas las alturas de las zonas laterales de la cancha. Sin embargo, en la fecha pasada, cuatro goles se concretaron bajo este formato de ataque. Los otros dos tantos fueron producto de una acción individual de Clemente Montes y de un segundo balón disponible en el área de meta tras un córner, que conectó desde el suelo Fernando Zampedri. Esta vez, los envíos laterales tuvieron mayor calidad y precisión. Además, los movimientos y apariciones de los receptores fueron más eficaces frente al arco rival.
Poder en la bandas
También lo mejor que mostró la UC en la victoria antes del Clásico Universitario fue el funcionamiento de las duplas de ataque, defensa y juego en los espacios laterales e intermedios de la cancha. Eugenio Mena se alzó como la gran figura del encuentro con dos asistencias y un buen tanto de cabeza. Pero su labor se vio potenciada, en las asociaciones y acciones defensivas, por la faena de Cristian Cuevas. Sin una incidencia similar en la operatividad colectiva, por el sector opuesto ocurrió algo más menos similar con Branco Ampuero y Jader Gentil, quien tuvo la mejor actuación desde que llegó a Chile.
Fin de un “invento”
Ya lo había insinuado antes, pero contra Everton fue la ratificación del cese de una variante posicional que jamás tuvo asidero y efecto en el funcionamiento del elenco cruzado. Esta consistía en el retroceso de Jhojan Valencia, desde la ubicación de volante defensivo, como tercer central durante la fase de creación y ataque. El movimiento tornaba más lenta y predecible la elaboración de juego de los cruzados, además de situar a los laterales como eventuales mediocampistas, lo que perjudicaba su incidencia colectiva por el inicio de sus intervenciones varios metros más adelante en la cancha. En la goleada por 6-0 antes de medirse contra la U, Valencia actuó como un ’6′ neto, delante de la dupla de centrales, y los laterales se involucraban en el juego viniendo siempre desde atrás.