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ENTREVISTA AS

“Chile me regaló 8 años maravillosos... Aquí me sentí querido y como en familia”

‘Cachito’ Vigil: “Le agradezco a Chile por haber confiado en una persona que no era del país, esto me marcó para siempre. Fui valorado y respaldado”, dijo.

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“Chile me regaló 8 años maravillosos... Aquí me sentí querido y como en familia”
Prensa FehochFrank Uijlenbroek

Son las 10:00 horas del miércoles y en la Región Metropolitana llueve fuerte. Mientras el agua cae sobre el Estadio Nacional, las jugadoras de la selección chilena de hockey césped no dejan de correr: “El frío no importa”, se escucha como arenga.

Las Diablas viven horas especiales en el Centro ‘Claudia Schüler’: es la última práctica en Chile con Sergio “Cachito” Vigil como DT. El argentino cambiará de cargo después de la Copa de Naciones, que se realizará la primera semana de junio.

El viaje a Cataluña, donde se desarrollará la edición 2024 del torneo, está programado para este domingo 26 de mayo. Sin embargo, previo a tomar el avión, ‘Cachito’ Vigil accede a conversar con AS Chile. Es su última entrevista como técnico de la Selección antes de asumir como head coach nacional de talentos y formación.

“Quiero felicitar a las chicas porque nosotros dimos una nómina de 20 jugadoras y hoy estaba entrenando todas, incluso las que no están en la lista. Esas chicas hoy trabajaron con lluvia, como si viajasen con el equipo. Eso demuestra que somos un equipo mucho más grande, estas son las medallas olímpicas de la vida”, afirma.

- ¿Qué siente? Llegó en 2015 y ahora está a unas semanas de dejar de entrenar a las Diablas...

- Todavía no me imagino sin estar entrenando, pero pienso que voy a tener un equipo más grande de entrenadores y lleno de niñas y niños en busca de la excelencia. El primer día junto con las chicas nos permitimos tener un sueño grande y romper estructuras, y mi nuevo cargo es correrse un poquito a otra función. Nunca he estado sin entrenar a un equipo y hoy, cuando salí de esa cancha, no me lo imaginaba. Por suerte todavía me queda la Nations Cup, pero será algo que tendré que procesar.

- ¿Entonces está ilusionado con el cargo que desempeñará ahora (head coach nacional de talentos y formación)?

- Es algo que debo volverle al hockey. El trabajo en las divisiones menores muchas veces se puede ver como algo de menos importancia, pero es indispensable. Que pensaran en mí para ese rol, me llena de compromiso, responsabilidad y entusiasmo.

- ¿Qué significa Chile para usted?

- (Silencio durante 20 segundos) Chile es un país y una comunidad que me regaló ocho años maravillosos de afecto, confianza y reconocimiento humano. Me hicieron sentir parte, me hicieron sentir familia (lágrimas).

- ¿Por qué fue tan importante el paso a dirigir en Chile?

- Para mí, no era fácil dirigir otro seleccionado. Las Leones fueron mi vida, ellas me permitieron estar aquí. Lo mismo el club Ciudad, River Plate, la selección masculina, Los Cedros y todos los clubes en los que fui coordinador o entrenador. Yo era una persona de padres trabajadores y era muy difícil viajar más allá de 200 kilómetros de Buenos Aires, y el hockey me regaló la posibilidad de conocer otros países. La selección argentina me permitió ser y fue algo único, entonces pasó mucho tiempo en que no acepté ninguna oferta. Un día, acepté a Chile.

- ¿Le costó aceptar la propuesta de Chile?

- No sé por qué la acepté, acá (en la cabeza) no lo entendía, pero la tripa me decía ‘¿por qué no?’. Y ocurrió. No fue fácil, pero volví a sentirme como en familia, con las Diablas volví a sentir ese amor.

- ¿Siente que dejó un legado imborrable?

- Siento que juntos hemos construido el legado. No son las personas individuales, sino que cada individuo al servicio de lo colectivo. Nada puede tener un legado profundo y trascendente si no es colectivo, yo soy un eslabón dentro de un equipo que decidió soñar en grande. Nos transformarnos para ayudar a transformar un deporte y para hacerlo cada día más lindo. La familia del hockey es el eje.

- ¿Qué lección sacó de todo este proceso?

- Entendí que uno ama a las personas, más allá de los colores que nos toca defender. Esas personas, las Diablas y el hockey chileno, me hicieron sentir como en familia. Eso me marcó y no lo voy a olvidar en mi vida. Me enseñaron a que nunca deje el camino, si me encanta entrenar y la alta competencia. Este equipo me marcó para siempre. Gracias por haber confiado en una persona que no era del país, pero que hicieron sentir como si siempre lo hubiese sido. Gracias a la dirigencia, a la federación, a las personas de distintos deportes de Chile, a las personas de la feria a la que voy en Príncipe de Gales, a los porteros de edificios y a los taxistas que me preguntaban por las Diablitas, a todos ellos gracias. Me sentí querido, valorado y apoyado.