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Una estrella mundial aterriza en Chile: “Hoy aprendí a desacelerar”
“Creo que aún sigo curioso, y adicto a la adrenalina que te da el miedo saludable. Soy adicto al proceso”, señaló la leyenda del skate.
Ryan Sheckler, leyenda del skate, visitará Chile el próximo 5 de octubre en el Red Bull Drop in Tour Sudamérica. Previo a su llegada al país, el atleta reveló el largo camino que ha recorrido para llevar su vida y su carrera al siguiente nivel.
El skateboarding es un deporte conocido por llevar a los atletas a un extremo, empujando cada vez más el nivel de trucos y habilidades posibles. Son muchos los nombres y leyendas que resuenan en la escena, pero hay uno que sigue grabado en la memoria de las personas: Ryan Sheckler.
Mucho ha pasado desde que veíamos la cara de Sheckler en diarios y TV, y la vida del atleta de Red Bull ha tenido altibajos dignos de una película. Habiendo batallado incontables lesiones, y un arduo camino de recuperación de su relación con el alcohol, el Sheckler de hoy parece haber alcanzado otro plano en su vida.
“Hasta hace poco, mi identidad – toda mi vida- había estado ligada al skateboarding. Nunca abordé quién era Ryan como persona. Y al hacerlo, se me abrieron todas estas puertas, y situaciones que antes me hubiesen abrumado, hoy son completamente manejables”, comentó el skater a Red Bull Bulletin.
“Durante mucho tiempo, llevé una vida muy rápida, y hoy aprendí a desacelerar. Probablemente he pasado más de cinco años de mi vida recuperándome de lesiones. Ahí es cuando mi mente se altera, y las preguntas empiezan a surgir. ´¿Estoy hecho para esto? ¿Realmente lo quiero? ¿Qué estoy haciendo?’. Y esas preguntas son muy radicales, especialmente cuando estás en el suelo y no puedes hacer nada”, sostuvo el deportista.
Producción audiovisual
Esta lucha mental, y el largo camino de Sheckler para llegar a donde está hoy, se relata fielmente en “Rolling Away”, el más reciente documental del atleta, que lo acompaña durante la grabación de su última videoparte, “Lifer”, producción que describe como “la más importante de su carrera”.
El Sheckler de hoy tiene como uno de sus grandes focos el ser un mentor para las nuevas generaciones, y ofrecerles la guía que él nunca tuvo. A través de su marca “Sandlot Times”, su contacto con los jóvenes talentos es constante, dándole un espacio para acompañarlos. “Honestamente, no me interesa mi legado. Cuando las personas hablen de mí, quiero que vean a una persona que ayudó a otros a tener éxito y alcanzar su potencial”, detalló.
Sobre Lifer, y los tres años y diferentes lesiones que le costaron filmarla, dice: “Creo que aún sigo curioso, y adicto a la adrenalina que te da el miedo saludable. Soy adicto al proceso”, sostuvo.