Es chilena, estudia medicina y sueña con los Juegos Olímpicos: “Es una vida agotadora, pero amo lo que hago”
“El otro día también me pasó que me pegaron tan fuerte en el brazo que tuve que ir a llorar al baño porque ya no podía más del dolor”, asegura Ignacia Cifuentes.


Ignacia Cifuentes Guzmán brilló en los Juegos Panamericanos Santiago 2023, donde saltó a la fama y comenzó a tener mayor reconocimiento, pese a su corta edad. La esgrimista nacional tiene 23 años y disfruta de su poco tiempo libre para descansar unos días en Viña del Mar, instancia en la que aprovecha para conversar con As en su casa en la Quinta Región.
La deportista chilena combina sus dos pasiones, el deporte y los estudios. Cifuentes está estudiando medicina, por lo que debe compatibilizar ambas cosas, aunque no duda a la hora de hablar sobre lo que para ella es sagrado. “El deporte me ha entregado muchos valores, entre ellos la constancia, resiliencia, disciplina y la paciencia de que no todo va a darse como uno quiere ni cuando uno quiere. Me ha enseñado a no bajar los brazos cuando uno pierde, pero a la vez tener siempre una actitud ganadora”.
- ¿Cómo nace su pasión por la esgrima?
- Cuando chica era fanática de Star Wars, así que esgrima fue lo más parecido que pillé para ser una ‘Jedi’. Después vi el deporte como tal en una película y ahí dije ‘ya este es sí o sí mi deporte’, así que aquí estamos 13 años después. Es un deporte muy lindo, me pone feliz que después de los Panamericanos la gente lo buscara un poco más, que se masificara más, es un deporte de combate donde uno recibe golpes.
- En ese sentido, es un deporte que tiene varias curiosidades que no muchas personas saben...
- La gente no sabe, pero duele cuando te hacen un punto de esgrima. Me pasó hace poco que fui al médico a hacerme unos exámenes y me vieron varios moretones en el cuerpo. Pensaron que me habían pegado o algo así y tuve que explicarle que era deportista y que practicaba esgrima (ríe). El otro día también me pasó que me pegaron tan fuerte en el brazo que tuve que ir a llorar al baño porque ya no podía más del dolor.
- ¿Cómo es su preparación a nivel físico?
- Ahora en verano, que estaba sin la universidad, se me hizo mucho más fácil obviamente. Estaba entrenando a las 10 de la mañana, ahí tengo dos horas de combates de esgrima, después en la tarde tengo lecciones individuales, que es un entrenamiento un poquito más específico, después de eso tengo terapia kinésica y ya en la tarde noche hago pesas. Son hartas horas del día las que le dedico a esto, además de cuidarme en la alimentación. Trato de seguir mi pauta al 100%, pero cuesta un poco, igual hay veces que me como un completo o dulces que me gustan mucho (ríe).
- No le voy a preguntar entonces lo que hace fuera del deporte con tan poco tiempo libre...
- Soy muy de familia, me encanta pasar tiempo con ellos. También salir con mis amigas, pero siempre hacemos panoramas más ‘tranqui’, vamos a subir cerros, a hacer escalada o a andar en bici, siempre todo ligado al deporte. Fuera de eso, me gusta mucho cocinar, sobre todo hacer postres, la torta cuatro leches me queda increíble, si la llegan a probar va a ser la mejor torta que van a probar en su vida (ríe). Y ahora estoy tomando un curso de cerámica con mi mamá, así que ese es otro panorama nuevo.
-¿Qué es lo que más cuesta de ser deportista profesional?
- Yo partí muy chica, entonces a los 14 años ya andaba en muchas competencias, períodos que a veces duraban muchos meses. Uno se pierde etapas de la vida, ya sea en el colegio, con amigos, vacaciones familiares, pero la verdad es que siento que todo eso me sumó. No me arrepiento de nada, para mí es una total ganancia el tema del deporte porque me cambió la vida y siento que lo que me entregó no me lo pudo haber dado nada más.

“Me acuesto tarde estudiando y al otro día me tengo que levantar a las seis de la mañana”
- Además del deporte, está estudiando medicina. ¿Cuesta mucho compatibilizar ambas cosas?
- Cuesta mucho, no recomiendo para nada estudiar medicina y menos hacer un deporte de alto rendimiento juntos (ríe). Hay que saber lidiar con los tiempos, uno está cansada porque me acuesto tarde estudiando y después al otro día me tengo que levantar a las seis de la mañana para ir a entrenar y eso implica recorrer todo Santiago. Es una vida muy agotadora, pero amo lo que hago entonces lo hago feliz.
- ¿Cuáles son sus sueños en la vida?
- Yo creo que como todo deportista es participar de unos Juegos Olímpicos, es la meta más grande que tengo. Me gustaría también poder tener alguna medalla en los Juegos Panamericanos. A nivel personal mi objetivo es terminar mi carrera, poder quedar en la especialidad que quiero que es neurocirugía y ya después poder ejercer en eso a futuro.
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opinión se publicará con nombres y apellidos