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ENTREVISTA AS

Es chileno y triunfa junto a su amigo en un deporte que promete: “Si hubiese ego, no habría funcionado”

Matías Silva contó cómo ha sido su trabajo junto a Hugo Catrileo. Ambos tuvieron éxito en Santiago 2023 y hoy esperan el Maratón de Santiago.

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Es chileno y triunfa junto a su amigo en un deporte que promete: “Si hubiese ego, no habría funcionado”

El próximo 28 de abril se realizará el Maratón de Santiago. Uno de los atletas nacionales que se prepara para la cita y se traza objetivos ambiciosos, es Matías Silva. El deportista del Team Gatorade, que terminó cuarto en los 42K de Santiago 2023, se ha enfocado durante los últimos meses en retomar su nivel, ya que pasó por un período complejo, según comenta a AS.

“La preparación ha sido bastante buena. Había tenido dificultades para entrenar últimamente, porque en febrero fui a Sevilla y no me fue como esperaba, eso me bajó el ánimo. Luego fui a Osorno y salí cuarto, ahí me di cuenta que me había afectado estar parado. En el alto rendimiento hay detalles finos que cambian todo: comer diferente, modificar la rutina. Me costó harto, pero bajé de peso, entrené mejor, con la mente enfocada y ahora sigo en eso”, señala.

Por lo mismo, dedicó gran parte de su tiempo más reciente a procesar esa caída. “Lo que hago es vivir el momento, así como cuando estoy feliz, que abrazo el momento, cuando algo me afecta intento lo mismo, lo vivo”, adelanta. Silva, que competirá por primera vez en los 42K del Maratón de Santiago, valora también en esta entrevista el trabajo junto a su gran amigo, Hugo Catrileo.

- Me decía entonces que vivía también las decepciones.

- Sí, no trato de meterlo bajo la alfombra, sino que vivo la mala racha. Luego dimensiono lo que he hecho, pienso que no es la primera vez que he salido de una situación así, recuerdo todo lo que he entrenado y que, obvio, no quiero perder. Pienso que lo que me mueve es el amor por este deporte y así salgo.

- ¿Cuál es su objetivo en el Maratón de Santiago?

- Es ambicioso, porque son mis primeros 42K, pero quiero estar en el grupo delantero con los atletas de Kenia. Pase lo que pase, voy con la mentalidad de estar con los punteros.

- ¿Qué importancia tiene ese maratón para usted?

- Es un maratón súper simbólico, es muy importante, porque acá nacen corredores nuevos. No es sólo una corrida familiar o competitiva, sino que hay historias: está el papá que quiere sorprender a su hijo, a su hija o a su esposa. También hay metas, como la gente que piensa “este año hago los 10K y el próximo voy por los 21K”. La comunidad runner crece.

- ¿Cuándo comenzó su afición por el running?

- Yo cuando era niño sufría de hiperactividad, entonces mi mamá siempre me mandó a hacer deporte. Yo hacía mucho desorden en la casa, hacía hoyos en la pared, desarmaba los electrodomésticos (ríe), mi mente volaba a mil kilómetros por hora. Entonces hice tenis, básquet, fútbol, pero la verdad nunca enganché con los deportes colectivos. Hasta que me di cuenta que me gustaba el hecho de cansarme, de terminar exhausto, más que el propio deporte. Hasta que, a los 16 años, mi profe de educación física me mandó a mí y un compañero a un cross country en Puente Alto, que era donde yo vivía. Ahí le pregunté a mi papá, que fue un atleta destacado, cómo podía correr, porque no tenía idea. Me dijo “no partas fuerte, anda lento y luego arremetes sobre el final”. Y gané. Yo había ido con buzo, ni me preparé, entonces mi profe prendió las luces y me mandó con Miguel Chandía al Estadio de Puente Alto. Después de un tiempo, él me dijo que yo tenía que dar otro salto y me envió al Estadio Nacional, donde conocí al profe Mario Rodríguez, con quien clasifiqué el 2012 a Barcelona. Así fue mi camino, en resumidas cuentas.

- ¿Qué significó Santiago 2023 para usted?

- Santiago 2023 fue súper especial, primero porque fue en Chile, pero además porque pude mostrarle a mi familia por qué he sacrificado todos estos años por el deporte. Ellos me habían visto entrenar o en videos, pero nunca ahondaron tanto en el tema y cuando me vieron ahí, entendieron porque me iba tres veces al año a entrenar a México, por qué me gasto todos mis ahorros en entrenamiento, porque paso Año Nuevo o mi cumpleaños entrenando, entendieron por qué tanta pasión y amor por este deporte. Y fue una carrera que me dio más valor como atleta, demostré qué tipo de corredor soy y cómo enfrento las carreras. Se dice siempre que en Chile no hay maratonistas, pero demostramos que sí hay y que nos paramos de igual a igual con cualquiera.

- ¿Cómo es su relación con Hugo Catrileo? El crecimiento de ambos ha sido muy importante.

- Con Hugo somos súper amigos, lo considero parte de mi familia. Hoy vivimos juntos en Temuco, entonces tenemos una relación de hermanos. Él es parte de mi equipo y yo parte del suyo, entonces el trabajo que hemos tenido como equipo ha sido clave, la amistad es crucial. Con él nos conocimos en 2016. Cuando uno no quiere entrenar o pierde el foco, el otro está ahí y va y te empuja, no con palabras, sino que con el ejemplo. La disciplina y el esfuerzo de uno siempre contagia al otro y así hemos ido creciendo. Si hubiese ego, esto no habría funcionado. Yo me alegro cuando a él le va bien, y sé que él también cuando a mí me va bien. Yo trato de dar el mensaje a los deportistas que no se hagan envidia, que si el otro es mejor lo usen como combustible, no para que hablen mal. Porque pasa mucho que cuando uno es exitoso, la gente se aleja, el saludo ya no es tan sincero, o ese tipo de cosas. Y nuestro profe, Víctor Belmar, ha sido clave también.

- Después del Maratón de Santiago, ¿qué sigue para usted?

- Claro no lo tengo, porque quiero hacer pista después de mayo. Hugo (Catrileo) empezará la preparación para los Juegos Olímpicos, entonces se irá a México y seguramente yo lo ayudaré y viajaré con él. Después, en agosto quiero hacer la media maratón de Buenos Aires, a la que voy todos los años y, a final de año, ver algún maratón para competir ahí.

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