ENTREVISTA AS
Vive en USA desde los 3 años, pero eligió a Chile: “Santiago 2023 es el campeonato de mi vida”
La esquiadora náutica se quedó con la medalla de oro en el Mundial Sub 21 de México: “Siempre me imaginé en un podio con la bandera chilena”.
Agustina Varas (20) es una de las promesas del deporte chileno. Hace unas semanas, la esquiadora náutica se quedó con la medalla de oro en el Mundial Sub 21 de México, en la categoría de Salto. No es su primera vez, ya que había festejado antes la misma consecución con sólo 18 años, en la cita planetaria que, esa vez, se disputó en Estados Unidos.
“Esta vez tenía más presión, porque ya me había quedado con el oro antes, pero lo gané chica, era la de menor edad esa vez en la categoría. Ahora fue distinto, tuve que demostrar que podía hacerlo de nuevo. Además, quería aportar con todos los puntos posibles al equipo chileno”, señala, en diálogo con AS.
La joven deportista, que además estudia Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Alabama, reside desde los 3 años en Estados Unidos, pero decidió representar a nuestro país. Hoy, revela que no fue fácil el trayecto hacia el podio en el último certamen: “Estaba pasando por una etapa muy difícil mentalmente, de manejar un poco el miedo. El salto es un deporte de alto riesgo y adrenalina. Cuando ya gané y pude superar todas emociones difíciles, quedé súper contenta. Tuve a toda mi familia y amigos apoyándome”.
- ¿Ese miedo apareció por algo puntual? ¿Cómo lo superó?
- Todos los saltadores tienen cierto nivel de miedo, es un aspecto importante del salto y siento que lo que hace bueno a un saltador, es dejar atrás eso, poder superarlo. Lo hablé con mis entrenadores, cada atleta es diferente. Yo les tengo mucha confianza a mis entrenadores, pude aprender. Aprendí diferentes estrategias.
- ¿Cuándo le comenzó a gustar el esquí náutico?
- Yo aprendí de chica, a mi papá le encanta esquiar, nos enseñó a mis hermanos grandes y a mí también. Yo esquiaba harto en Laguna Aculeo, ahí aprendí, pero después cuando me fui a vivir a Estados Unidos, lo hacía en un lago público. Cuando era niña y mis papás no me llevaban a esquiar porque llovía o hacía mucho frío, lloraba (sonríe), porque tenía ganas de ir igual. A los 13 años empecé a competir por Chile. Ahí lo tomé más en serio, aunque siempre fue una actividad muy familiar, de recreación. Y ahora, hace poco, a los 18 años, tomé conciencia de que soy capaz de hacer esto a un nivel más alto de lo que pensaba. Cuando empecé, nunca creí que era posible llegar a donde estoy. Creer más en mí es algo que he trabajado en los últimos años.
- ¿Por qué se fue a Estados Unidos?
- Yo me fui a los tres años a Estados Unidos. Fue por el trabajo de mi papá. Se suponía que íbamos a Washington por un par de años, ese era el plan. Pero nos fuimos quedando, hice mis amigos, mis hermanos están acá, estudié acá. Entonces nunca se presentó la oportunidad de regresar. Además, como nos costó mucho venirnos, no quisimos pasar por ese proceso de nuevo. Para mí ha sido bueno, porque acá es más fácil entrenar. Y también estoy agradecida del deporte, porque es lo que más fortalece mi vínculo con Chile. Sin eso, quizás no es tan fácil.
- ¿Nunca pensó en competir representando a Estados Unidos?
- Me lo ofrecieron, pero yo nunca sentí ese vínculo fuerte con Estados Unidos. Muchos vienen acá y sienten ese orgullo por la bandera, por cantar el himno. Yo lo veía en otros esquiadores. Y yo no lo sentí. Nunca me imaginé cantando el himno de Estados Unidos en un podio, siempre lo pensé con la bandera de Chile. Fue algo más de sentimiento, no lo pensé mucho.
- Se fue muy pequeña a Estados Unidos, pero ¿extraña Chile a veces?
- Sí, obvio, me gustaría pasar mucho más tiempo en Chile. Ahora, como estoy estudiando acá, es difícil. Recuerdo que para la época de la pandemia tuve clases online, y ahí me fui tres meses a Chile y tuve, por primera vez, la experiencia de un día a día allá. Siempre me voy de vacaciones, pero la vida más cotidiana no la había pasado. Y también extraño a mi familia, claro.
- ¿Los Juegos Panamericanos son su objetivo principal?
- Sí, de hecho decidí congelar para estar full para el próximo Mundial (será en Estados Unidos) y luego para los Panamericanos, que son la competencia de mi vida. Hoy entreno y hay mucha competencia día a día en el muelle, entonces eso me motiva, cuando tienes competidores así al lado, te empuja a saltar mejor cada día. Y le he dado mayor énfasis al trabajo físico y mental. Quiero llegar al muelle en Santiago 2023 sabiendo que hice todo lo posible por competir en mi mejor momento.
- ¿Cómo cree que favorecerá a Chile un megaevento como Santiago 2023?
- Es una muy buena oportunidad para Santiago y Chile. Siento que tenemos muy buenos deportistas, muchos a nivel mundial, y esta es la mejor oportunidad de demostrar eso y el trabajo que se está haciendo. La gente está entusiasmada y se ha visto en la venta de entradas. Es un megaevento muy importante que no sólo ayudará a los deportistas, sino que armará una cultura de deporte en Chile, y eso es un beneficio para todo un país.