Alexis sabe ser campeón

Alexis Sánchez sumó un nuevo título. El tocopillano ha festejado campeonatos de liga con Colo Colo, River Plate, Barcelona y el Inter de Milán. Con el Arsenal ganó torneos alternativos y con la Selección trepó a la cima continental dos veces.

Pero esta corona es diferente.

A lo largo de su carrera, Alexis Sánchez solía ser el mejor del equipo. O en el podio del plantel, si queremos hilar fino. Estaba siempre entre los más relevantes de cada temporada, desde Cobreloa en adelante, con la excepción de su opaco paso por el Manchester United. En el resto, siempre era el mejor o pegaba en el palo. Pero en esta ocasión le correspondió un rol diferente dentro de una liga que el Inter ganó de punta a punta.

Nos acostumbramos al brillo permanente de Sánchez. Decir que hemos crecido con él no es una metáfora ni una frase hecha. Es la pura y santa verdad. Desde el novato que despuntó en Cobreloa, asombrando a propios y ajenos con una calidad y jerarquía inapelables. Cuando vemos a Sánchez en cancha, seguimos viendo al Niño Maravilla. Bajo esa mirada, pensamos que Alexis siempre debe ser titular, jugar todos los partidos, todos los minutos, en todas las competencias. El técnico que decide dejarlo en la banca se convierte en enemigo público y, obviamente, no entiende nada de este juego.

Pero si damos dos pesos más atrás podemos apreciar una perspectiva diferente, más cercana a la actual realidad de Sánchez. Para este Inter, para su entrenador Simone Inzaghi, Alexis es un jugador de equipo, una pieza importante en el diseño de los partidos, que no incluye sólo el 11 titular sino el margen de mejora que encuentra en su plantilla. En la óptica de su técnico, el chileno es una pieza que puede cambiar la historia de los partidos, sostener algunos resultados y mantener la promesa de desequilibrio que te otorga un futbolista de esa calidad.

Algunos le llamarán actor secundario o de reparto. Pero para ser campeón, en un torneo largo, necesitas una plantilla, no sólo un once estelar. Variables, fórmulas, futbolistas que desde afuera te propongan soluciones. Y Sánchez cumple ese rol en este Inter, aunque nuestros deseos vayan en una dirección mucho más protagónica. Se integró tarde, con el torneo ya iniciado y ese fue un costo que tuvo que pagar durante toda la temporada.

Más allá de sus extraordinarias capacidades futbolísticas, hay un rasgo que distingue a Alexis: su gen competitivo. A lo largo de su carrera ha jugado en equipos que tienen ambiciones de ganar algo, de competir hacia arriba. Seguir buscando desafíos deportivos lo transforman en un jugador vigente, aunque no sea titular indiscutido. Será el propio Sánchez quien deberá determinar si su próxima estación mantiene ese perfil. Ahora es momento de felicitarlo por un nuevo título, otro más. Aunque haya jugado mucho menos, Alexis Sánchez es campeón en propiedad.