Diga 33

Colo Colo no tuvo rivales en la obtención de su corona número 33 en el fútbol chileno. Porque la extraordinaria campaña que han realizado sus inmediatos perseguidores, Curicó y Ñublense, está lejos de amagar la vuelta olímpica del Cacique. Campeón sin apelación por todos los factores del juego. El equipo que más partidos ganó, el que menos perdió, el más goleador, el menos batido y, lo más relevante, el que mejor jugó en la carrera larga que significa toda una temporada. Al final de la primera rueda los albos terminaron en la punta igualados con Unión Española y Ñublense. En la segunda rueda ha ganado nueve partidos, empató tres y perdió uno. Simplemente demoledor.

El proceso es un término extremadamente manoseado, pero encaja perfecto en la ruta de Gustavo Quinteros en la banca de Colo Colo. En el 2020 asumió para salvar al equipo del descenso y lo consiguió en la angustiosa liguilla de promoción, con partido de desempate ante la Universidad de Concepción. A partir de ahí decidieron una poda que nunca es fácil, pues se fueron varios jugadores estelares: Esteban Paredes, Jorge Valdivia, Matías Fernández, Carlos Carmona, Jaime Valdés, Julio Barroso. Varios de ellos, importantes en la historia del cuadro blanco. Quinteros quería otra cosa, tenía un plan diferente y el equipo varió. Peleó un título que parecía asegurado y que se le fue por errores propios, el Covid y una arremetida imparable de la Universidad Católica.

Este 2022 no tuvo contrapeso. Armó un equipo que se sabe de memoria. Un arquero confiable, zagueros centrales que se complementan, laterales que marcan diferencia, una mitad del terreno donde las transiciones son rápidas, juego por banda, un centrodelantero que convierte y se asocia. Fue capaz de camuflar la partida de quizás su mejor jugador, Pablo Solari, que a mitad de campeonato se fue a jugar a River Plate.

El terreno internacional sigue siendo un pendiente para Colo Colo y para todos los equipos chilenos. La diferencia de ritmo, además de presupuestos incomparables, hacen que los nacionales miren estos torneos de muy lejos. Un pendiente que seguramente será la primera asignatura a cumplir en la temporada venidera. El tiempo dirá si será con Quinteros en la banca o no.

Gustavo Quinteros debutó como entrenador ante Coquimbo, con un angustioso empate cuando el equipo peleaba el descenso. En la misma tierra se consagra campeón. El destino muchas veces vuelve a su forma circular.